Tuesday, November 27, 2012

Luis Salgado: Debería revisarse paso de Aurelio Pastor en el sector Justicia

Luis Salgado: Debería revisarse paso de Aurelio Pastor en el sector Justicia


27-11-2012

Ideeleradio.pe | Lima - Perú | 0 Comentarios

Ex procurador supranacional y militante del Apra recordó que el indulto a favor de José Enrique Crousillat López se dio en su gestión. 

Un audio que avergüenza | Inicio

Ideeleradio.- Debería revisarse el paso de Aurelio Pastor por el Ministerio de Justicia, afirmó el exprocurador supranacional y militante del Apra, Luis Alberto Salgado, al recordar el indulto que fue otorgado durante esa gestión a favor del ex empresario televisivo José Enrique Crousillat López.

"[¿Debería revisarse el paso del congresista Aurelio Pastor en el sector Justicia?] No sólo de Aurelio Pastor, sino en general, ahora que ha surgido este audio que avergüenza y que ha dado motivo a una suspensión temporal de sus funciones [en el Apra] que es lo mínimo y elemental [que merece], que las investigaciones determinen lo que han de determinar", indicó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

"[…] Sí, debería investigarse porque ha habido miles [de casos resueltos] entre conmutaciones, gracias presidenciales e indultos, seguramente una cierta cantidad justificada de gente y hay otros que debieron ser indultados en grado terminal y simplemente no lo fueron que no estaban vinculados a la política ni nada y no lo fueron. Hay otros casos, hay que ver los casos grandes, por ejemplo, de narcotraficantes o de jefes de bandas de secuestradores en cómo se respondió a esas solicitudes de indulto y ver si finalmente se concedió el indulto y si están en libertad o no, y ver cuál es la situación de estas personas", puntualizó.

No me sorprende el caso Pastor | Inicio

Salgado Tantte dijo, en ese sentido, que no le sorprende la actitud del excongresista aprista y recordó lo ocurrido durante su gestión cuando se le concedió el indulto "por razones humanitarias" a José Enrique Crousillat López Torres, expropietario de América Televisión. Refirió que se falsificaron documentos y que el expediente nunca debió llegar al despacho del entonces presidente Alan García.

"Pastor era el ministro del despacho y los que trabajan en la administración pública se sabe la determinante influencia que tiene en este caso los jefes del sector […] En el caso del indulto a Crousillat en un hecho que yo califiqué como un acto de corrupción y que debería ser investigado, procesado y sancionar a los responsables, hasta ahora no tengo noticias que esto haya sido así", declaró.

"Esa comisión de indultos lo que hizo fue alcanzarle al presidente y fue indultado y puesto en libertad el señor Crousillat sin haber pagado primero los 80 millones de reparación que ordenaba la resolución judicial, luego de que recibiera 69 millones de soles de Montesinos, robado del Estado para seguir respaldando el gobierno de Fujimori", refirió.

¡Así se fabrica la amnesia colectiva!

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

27-11-2007

 

¡Así se fabrica la amnesia colectiva!

http://www.voltairenet.org/article153273.html

 

En primer lugar: ¡Un vibrante homenaje a los heroicos soldados peruanos que un día como hoy en 1879, dieron a la nación, una página de victoria y valentía en Tarapacá!

 

Importa poco el despreciable y culposo olvido en que entidades oficiales de todo tipo, incluidas las privadas, partidos, asociaciones, universidades, colegios, etc, quisieran sumir a un hecho, de los pocos, que en aquella guerra de invasión ganaron gloria y perennidad para Perú.

 

Ni un canal de televisión, radio o diarios (con alguna notable excepción por confirmar), recuerda la batalla de Tarapacá porque es un "hecho del pasado". ¡Cómo si evocar temas de enorme importancia, por escasos y favorables al Perú, constituyera un crimen! Conviene la pregunta: ¿es esto una casualidad? ¿o ha vuelto a funcionar la fábrica que inocula aviesa y mañosamente la amnesia colectiva en millones de peruanos? Me atrevo a afirmar, denunciando, que: ¡así se cocina la amnesia colectiva!

 

¿Cómo no van a ignorar qué ocurrió los peruanos, en su pasado trágico o histórico si, quienes debían recordarlo o rememorarlo, simplemente se ponen de acuerdo, en la tácita cobardía de sus miserables existencias, para no mencionar el hecho? ¿Fue Tarapacá algo olvidable, desdeñable? ¡De ninguna manera, fue una solitaria excepción a la larga cadena de fracasos a que nos condujo una oligarquía inepta, cobarde, profundamente adocenada y pusilánime que en 1879 (tampoco había sabido responder en 1836) envió a una guerra con pronóstico de fracaso anunciado, a miles de hombres y mujeres que protagonizaron el sacrificio de luchar por la patria! ¿En nombre de qué modernización o globalización debe echarse al tacho semejante fecha como la de hoy?

 

Los retrasados mentales que están en Defensa o Interior sólo reaccionan cuando el terrorismo asesina policías, captura comisarías o se apodera de explosivos. Su reacción inmediata, orgánica, insuficiente, sólo pasa por pedir más recursos que el contribuyente tiene que sufragar para que se paguen más consultorías, más sueldos a enemigos del Perú infiltrados a muy alto nivel y con la hipócrita tesis que se pelea por los derechos humanos. ¿Qué derechos humanos son los de aquellos que mueren en la refriega y sólo reciben menciones honrosas, discursos estúpidos y ascensos póstumos? Por eso es que hasta el Establo se mostró renuente a autorizar los recursos solicitados en la convicción que estas dependencias se han manejado con una mediocridad digna de la taifa de obnubilados que las dirigen. Y, por cierto, en estos lugares, a nadie se le ha ocurrido recordar la batalla de Tarapacá.

 

La historia no consiste en borrar o maquillar los hechos del ayer. ¡De ninguna manera! Años atrás, el hoy ministro de Defensa, Allan Wagner, firmó en 1985 un acta con su par chileno de Relaciones Exteriores de esa época, Jaime del Valle Alliende, por la que hacían votos por una historia común o una re-escritura de lo acontecido entre Perú y Chile. ¿Cumple sus votos Wagner hoy, olvidando Tarapacá?

 

Pueblo que olvida sus yerros y se permite el desprecio de la historia, transita, inevitablemente, por los caminos de sus más desgraciados errores. ¿Están concientes los líderes que por alguna casualidad, ocupan hoy puestos de mando, de lo que acontece cuando le borran de la memoria lo ocurrido en el ayer porque se impulsa, fabrica, cocina y adereza la amnesia colectiva, una vez más?

 

Frente a la desverguenza protagonizada hoy, en su inmensa mayoría, por los medios de comunicación y por quienes debían portarse a la altura de las circunstancias, recordando y homenajeando a los que lucharon por la patria en Tarapacá, debemos subrayar que siempre existirán voces protestantes, de repente minoritarias o aisladas, pero enérgicas e indubitables a la hora de clamar por los justos fueros irrenunciables de verguenza y heroismo de que dieron demostración esos valientes en 1879. ¡Herejías de hoy, credo de mañana!

 

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

 

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

 

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

 

¡Sólo el talento salvará al Perú!

 

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El Lima N° 8 y la batalla de Tarapacá

El Lima N° 8 y la batalla de Tarapacá

por Ernesto Linares; elinaresm@yahoo.com

http://perusupropiarespuesta.com/el-lima-n-8-y-la-batalla-de-tarapaca/

 

27-11-2012

 

La batalla de Tarapacá fue una gran victoria del ejército aliado (casi todo el ejército era peruano, menos el batallón Loa, que eran bolivianos residentes en Perú y no pasaban de 300) durante la guerra con Chile y hasta mediados del siglo XX era muy recordada en el país, no como ahora.

 

En una antigua edición del diario El Comercio del siglo XX (16/8/1948), encontramos el testimonio de tres sobrevivientes de la batalla de Tarapacá, quienes participaron como soldados del batallón Lima N° 8. Su versión de la batalla, a pesar de ser 69 años después de haberse librado ésta, es importante, porque generalmente se dan las versiones de jefes y oficiales, no de la plana menor.

 

Antes de este relato, vayamos a la historia del batallón Lima N° 8.

 

Perú empezó a enviar tropas al sur en marzo de 1879, tras el inicio del conflicto entre Chile y Bolivia. El batallón Lima N° 8, que hasta entonces era el batallón de marina, pasó a conformar la 3ª División al mando del general de brigada Manuel González La Cotera junto con el batallón Puno N° 6 y una batería de artillería de montaña. El viaje de esta división al sur fue toda una Odisea.

 

La 3ª División se embarcó en el transporte Chalaco con destino a Iquique. El Chalaco zarpó al sur el 2 de abril a las 2:30 am, llevando también artillería para Arica. Arribaron a este puerto el 5 de abril y ante la noticia de que el puerto chileno estaba bloqueado, desembarcó toda la 3ª División, además de dos cañones Parrott de a 100 libras. Al día siguiente, se reembarcaron en el Chalaco el batallón Puno con media batería de artillería y desembarcaron en Pisagua el 7 de abril, en sólo 40 minutos. Ese mismo día, el Chalaco arriba a Arica y desembarca un cañón Parrott de a 150 libras (1). El transporte Chalaco regresó a Arica el 12 de abril, luego de recoger en Mollendo a la 4ª División, al mando del coronel Alejandro Besada y conformada por las gendarmerías de Arequipa y Puno. Ese día se reembarca en el Chalaco el batallón Lima N° 8 con la media batería de artillería que se había quedado en Arica y zarpan a media noche en dirección a Pisagua. El Chalaco avista a un blindado chileno, el Cochrane, y regresa a Arica el 13 de abril, desembarcando a toda la tropa, unas 1,600 personas. Nuevamente zarpa el Chalaco a Pisagua el 15 de abril, llevando no sólo a la tropa sino también a los generales Juan Buendía y Pedro Bustamante, jefe del Ejército del Sur y jefe del estado mayor respectivamente. Ese mismo día arriban a Pisagua y todos desembarcan. Así llegó el batallón Lima N° 8 al teatro de operaciones.

 

Posteriormente, la 3ª División pasó a ser la División Vanguardia y su jefe cambia del general La Cotera al coronel Justo Pastor Dávila. La tropa estaba armada con el rifle peruano, parecido al Chassepot, reformado por el coronel Emilio Castañón en Alemania en 1875 con cartucho metálico y no de papel como el Chassepot.

 

El batallón Lima N° 8 tenía cuatro jefes, 30 oficiales, un cirujano y 422 hombres de tropa, al 28 de octubre de 1879.(3) En ese momento, la División Vanguardia estaba junto con la División Exploradora en La Noria. Al 18 de noviembre, en la víspera de la batalla de San Francisco, el Lima N° 8 tenía una fuerza disponible, con jefes y oficiales, de 454 hombres.(4)

 

Después de esa última fecha, no hay datos concretos de la fuerza disponible del batallón Lima N° 8. El general Juan Buendía sólo recogió el dato de que en la batalla de Tarapacá el ejército aliado contaba con 4,345 hombres de tropa (5) y que al inicio de la batalla eran unos 3,000,(6) estando el Lima N° 8 con el resto de las fuerzas, que recién se unieron a la batalla en la última hora y media. El periodista tacneño Modesto Molina, quien estuvo con el ejército aliado en la campaña del sur, consignó que la División Vanguardia contaba con 500 hombres durante la batalla de Tarapacá,(7)  es decir, unos 250 hombres por cada batallón, Puno N° 6 y Lima N° 8. De acuerdo al coronel chileno Luis Arteaga, jefe del destacamento chileno que combatió en la batalla, su tropa era de 2,300 hombres.(8)

 

Al inicio de la batalla de Tarapacá, el Lima N° 8 no estaba en el pueblo de Tarapacá sino en la aldea de Pachica, unos 20 Km al norte, donde estaban las divisiones 1ª y Vanguardia del ejército peruano, pues estas divisiones eran el primer escalón de la retirada del ejército hacia Arica. Si bien el Lima N° 8 no se unió a la batalla hasta casi el final, no por eso dejó de participar en la acción. El parte oficial del coronel Belisario Suárez, jefe del estado mayor del Ejército del Sur, dice lo siguiente:

 

“…Cuando en toda la línea se rechazaba a la fuerza chilena, a pesar de sus posiciones y de su tenacidad, en 9 horas de combate, se presentaron en el alto por el camino de Pachica, donde se encontraban de estación, las divisiones Vanguardia y Primera del ejército. Su sola presencia completó la dispersión de los contrarios, no sin que antes tuviera la segunda ocasión de tomar a vivo fuego en la lucha indescriptible otra de las posiciones alevosas de la fuerza chilena y de distinguirse la primera por la atisbada y ejemplar serenidad con que su comandante general, el señor coronel Dávila, la condujo, armas a discreción sufriendo impasible el fuego del enemigo hasta dominarlo, con solo su resuelta y táctica actitud…”.(9)

 

Uno de los soldados sobrevivientes del Lima N° 8 fue Francisco R. Sagasti, quien dio una entrevista al diario El Comercio cuando ya tenía 87 años y tenía el grado de capitán. El entonces cabo Sagasti, había sido parte del batallón Pichincha N° 1, que fue disuelto luego del asesinato de Manuel Pardo (16/11/1878) y paso a formar parte de las filas del recién constituido Lima N° 8. El reportero del diario El Comercio escribió el siguiente relato de Sagasti, que incluye no sólo la batalla sino también la retirada a Arica:

 

“… El entonces cabo Sagasti trabajaba en la oficina del Comando, cuando se enteraron los jefes de la presencia de fuerzas enemigas. Nuestro interlocutor nos explica la configuración del terreno. Tarapacá es un codo de cerros, con una entrada y una salida.

 

La lucha fue tremenda. La seguimos en el relato fluido de don Francisco R. Sagasti. Al fin los peruanos coronaron su esfuerzo. Pero no por eso disminuyeron las aflicciones de los soldados. Las marchas que siguieron realizando hacia Arica fueron terribles. En el pueblo de Camiña distribuyeron a la tropa pedazos de cuero para que se confeccionaran ojotas, pues muchos llevaban los pies envueltos en trapos. ¡Esa era la tropa aguerrida y triunfante que luchaba contra el Destino!

 

Al fin, un día se oyó la gran voz: ¡Arica! Los soldados vencedores en Tarapacá entraron vacilantes de fatiga, en tanto que las fuerzas de la Guarnición les rendían honores militares.

 

- ¿Y allí? Preguntamos.

 

El Comandante sigue su evocación. Ayudamos a fortificar Arica. Yo recuerdo como se izaba con sogas un cañón hasta la cumbre del morro. También recuerdo la entrada de la corbeta Unión. Nos trajo vestuario nuevo. Nos bañamos en el mar y nos cortaron “a coco” para quitarnos los animalitos que nos habían acompañado”.(10)

 

Otro soldado sobreviviente fue Ricardo Ríos, quien con el grado de capitán declaró en El Comercio:

 

“Los limeños… nuestro batallón cumplió como bueno. No nos dejamos mezclarnos con los hombres de otros cuerpos. Eramos unos muchachitos de buenas maneras, pero ya sabe la historia como pelearon... esos jovencitos…

 

… Nuestro entrevistado guarda muy vivo el recuerdo de las marchas tremendas por los desiertos. Hubo una vez en que la tropa deambuló por el desierto completamente desorientada por la “camanchaca” o neblina. Más tarde la sed nos llegó a desesperar y cuando alcanzaron Agua Santa bebieron durante horas sin cansarse”. (11)

 

El más interesante relato es el del soldado Fernando Chávarri, quien escribió una crónica sobre la campaña del sur a la que El Comercio tuvo acceso y publicó un fragmento. A continuación, un extracto de lo publicado en El Comercio:

 

“… el sargento 2° Dionisio Morales Bermúdez, sumamente cansado, llevaba su maletera colgada sobre las caderas en lugar de la espalda. El capitán de la compañía, sin duda por tratarse del hijo del 1er jefe del cuerpo, lo hizo cabalgar a la grupa del mulo. El citado jefe teniente coronel don  Remigio Morales Bermúdez – al ver de que un individuo de tropa estaba cabalgando, se le aproximó y le dijo ¿qué tiene usted? A esta pregunta el sargento contestó como sigue: PAPA estoy muy cansado. A dicha respuesta, el mencionado jefe lo apostrofó MUY MALAMENTE y le dijo: “No soy su padre. Soy su comandante; pie a tierra y a la derecha del batallón” y en seguida le dio un par de riendazos. Todos nosotros al ver esto, decíamos: si eso hace con su hijo, a nosotros nos fusilan…

 

… El día 27 de noviembre, en momentos de que nos preparábamos para continuar la marcha – según se dijo – con dirección a Arica; siendo las 12 del día llegó un propio mandado por el señor General en Jefe del Ejército, con orden de que, inmediatamente contramarcharan las dos divisiones porque en la ciudad de Tarapacá se estaba librando una gran batalla. Partimos inmediatamente y a las TRES de la tarde, llegamos al río, lugar en el que estaba el señor coronel Suárez, Jefe de Estado Mayor General del Ejército, quien dispuso que el batallón Puno N° 6 subiera el cerro por el costado derecho. Que nuestro batallón LIMA N° 8 continuara por el centro de la población y subiera al cerro por el camino real; y que la 1ª División pasara por la quebrada a ocupar HUARASIÑA. Cuando coronábamos la cima del cerro por donde subimos – principiaron a caer las CARIÑOSAS balas de los Comblain chilenos -  una de ellas dio muerte instantánea a nuestro buen compañero Rojas de la 4ª compañía, que, en 2ª fila cubría la espalda del de igual clase Ricardo Ríos que estaba en la 1ª fila. Salieron en guerrilla la 1ª y 2ª compañía y siguió combatiéndose hasta las 6 de la tarde, que cesaron completamente los fuegos”.

 

Chávarri cuenta otras anécdotas, como que les cortaron el pelo coco en Arica por los piojos, etc. Es una lástima no haber encontrado publicada completa la crónica de Fernando Chávarri, quien para 1948 tenía el grado de mayor en retiro, un grado inalcanzable para cualquier soldado raso hoy en día. Probablemente Chávarri lo obtuvo por ser sobreviviente de Tarapacá.

 

Nota

 

(1) Archivo Histórico de la Marina de Guerra del Perú (AHMG), serie: Elementos operaciones, subserie: buques, transporte Chalaco 1879, doc. 65. Parte oficial del capitán de fragata Manuel Villavisencio al capitán de navío Amaro Tizón del 11 de abril de 1879. El mismo parte fue publicado en la Recopilación de Pascual Ahumada, pero sale cañón de a 250 libras en vez de 150 libras del parte original.

 

(2) AHMG, serie: Elementos operaciones, subserie: buques, transporte Chalaco 1879, docs. 69-70. Parte oficial del capitán de fragata Manuel Villavisencio al capitán de navío Amaro Tizón del 19 de abril de 1879.

 

(3) Rubén Vargas Ugarte. 1967. Guerra con Chile. La Campaña del Sur. Memoria del General Juan Buendía y otros documentos inéditos, pp. 152-154. Estado de la existencia de fuerzas.

 

(4) Mariano Felipe Paz Soldán. 1979. Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, tomo II, p. 49.

 

(5) Vargas Ugarte, Op. Cit., p. 38.

 

(6) Pascual Ahumada Moreno. 1886. Guerra del Pacífico, recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referente a la guerra que han dado a la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia, tomo III, pp. 195-196. Parte oficial del general Juan Buendía.

 

(7) Modesto Molina. 1996. Hojas del proceso. Datos para la historia de la Guerra del Pacífico, p. 61.

 

(8) Ahumada, Op. Cit., pp. 187-188. Parte oficial del coronel Luis Arteaga.

 

(9) Boletín de la Guerra. Arica, 17 de diciembre de 1879. Parte oficial del coronel Belisario Suárez al general Juan Buendía.

 

(10) El Comercio, martes 16 de agosto de 1948. “Un sobreviviente de Tarapacá”.

 

(11) Ibídem, “Soldado del batallón Lima N° 8”.

 

(12) Ibídem, “Relato de la campaña del sur”.

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