Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
11-12-2024
Exportaciones aumentan: ¿cuánto más gana el trabajador?
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Las cifras son inobjetables y frías: el aumento de las
exportaciones peruanas en los últimos años, procura mayores ingresos.
¿Cuánto de esas mejores cotizaciones, precios y ventas se
refleja en el bolsillo de los trabajadores de las distintas ramas?
Recordemos.
En
diciembre de 2019, las exportaciones peruanas sumaron un total de US$ 4,470
millones, lo que supuso un aumento del 5.4% con respecto a lo registrado en
diciembre del año anterior. Sin embargo, el total de envíos acumulado al cierre
del año ascendió a US$ 45,985 millones, lo que evidencia una caída del 4.2% con
relación a 2018. Este resultado obedece, principalmente, al retroceso de
nuestros envíos tradicionales que, con un valor de US$ 32,188 millones, cayeron
un 7.4%, tras tres años de recuperación. Por su parte, las exportaciones no
tradicionales aumentaron un 4.2%, pero no contrarrestaron el bajo dinamismo de
nuestros envíos del rubro tradicional.
La ministra de Comercio Exterior y Turismo,
Desilú León Chempén, informó, noviembre, que las exportaciones peruanas, entre
enero y setiembre del 2024, alcanzaron los US$ 53 651 millones, creciendo 14,6%
frente al mismo periodo del año anterior. En estos meses, los productos
peruanos llegaron a 174 mercados.
“Casi todos los sectores de nuestra economía
nacional han presentado crecimiento en sus envíos al exterior. Desde la
minería, la agricultura, la pesca, productos químicos, textiles, y metalurgia;
este desempeño ratifica que, este 2024, obtendremos un nuevo récord exportador,
por cuarto año consecutivo”, destacó la titular del Mincetur.
Según el Reporte Mensual de Comercio Exterior–Setiembre
de Mincetur, la minería sumó envíos por US$ 34 308 millones, con un crecimiento
de 14,9%, donde destacaron las exportaciones de cobre y oro, principales bienes
que el Perú exporta (50% de la exportación total), crecieron 1,7% y 56,1%
respectivamente. Asimismo, crecieron las exportaciones de estaño (+36,7%),
molibdeno (+20,8%) y concentrados de plata (+131,4%).
La venta de nuestros
productos de exportación tradicional y no tradicional obtuvieron mejor precio,
por tanto, la cobranza fue sensiblemente mejor. ¿Quién se benefició? Por lo
menos el Estado peruano consiguió miles de millones de dólares que arribaron
por la dinámica del mercado internacional, en este caso al alza.
¿Cuánto de ese
dinero como bono, recompensa, premio, gratificación, honorario de éxito o como
deseen llamarle, nutrió el bolsillo de los trabajadores cuya paga, además de
modesta, jamás recibe estímulo de ninguna clase al alza?
Teóricamente el
Estado, vía el gobierno de turno, contará con mayores recursos que ¿están
libres de ataduras o destinos ya pactados como el pago de la deuda externa o
compromisos financieros recientes?
¿Quién fiscaliza el
tratamiento de esos ingresos extra que obtiene el Estado? El simplón empleado
que se hace llamar empresario, cuando no es más que un servidor público,
tronará: ¡para eso está la Contraloría! Y son decenas los cuestionamientos que
¡esa misma Contraloría! ha recibido en los últimos 5 ó 6 años de gestión.
¿Qué control
político hay en el uso de esos recursos adicionales para evitar negociados y
componendas con nombres y apellidos, con amigos y socios, padrinos y compadres
allende y aquende nuestras fronteras?
El trabajador manual
e intelectual, recibe siempre el mismo salario. Si las exportaciones tienen
mejor precio de venta, sólo la entidad o institución, recibirá más. El hombre o
mujer que usó su inteligencia y músculo, no ganará ¡ni un centavo más!
¿Equivale lo
anterior a que tendrán buen destino los miles de millones de dólares ingresados
a caja? Quien diga que sí, es un tonto de capirote o estúpido summa cumme laude.
En arca abierta –reza el dicho- el justo peca. Pero nuestras arcas fiscales
tienen las puertas abiertas de par en par desde hace 200 ó más años y justos
sólo hay en el cielo.
El alborozo, alegría
y júbilo que implican las mayores exportaciones es más ilusorio que real.
¿Cuántas miles de camas más hay en los destartalados hospitales públicos? ¿Se
aumentó el número de postas médicas en los distritos? ¿Han sido rehabilitadas
las plantas de oxígeno por si nos ataca otra pandemia? ¿Las brigadas de salud
mental están entrenadas y listas para sus trabajos de campo (¿existen?)?
Un Estado de guerra,
con un pueblo en pie en la lucha antimperialista que significa mejores ingresos
desde el bolsillo del trabajador hasta exportaciones con valor agregado, para
que no sean solo piedras y cortezas, sino productos más elaborados, es la tarea
de un gran frente político, dispuesto a trabajar y trabajar con ciencia y
conciencia.
El embuste, mentira
o añagaza, tiene patas cortas. Exportamos más pero seguimos dando el espectáculo
denigrante de miseria callejera, empleados públicos termitas, políticos
ladrones y sinverguenzas, empresarios explotadores sin pizca alguna de
humanidad creativa.