por Herbert Mujica Rojas
20-3-2007
San Dionisio acusado de genocidio
"RESUELVE: Declarar FUNDADA la Queja de Derecho interpuesta por Hugo
Froilán Calle Alva en relación a la denuncia contra Dionisio Romero
Seminario, Arturo Woodman Pollit, Vladimiro Montesinos Torres,
Santiago Martin Rivas, Guillermo Supo Sánchez, Carlos Pichilingue
Guevara, Julio Chuqui Aguirre, Juan Rivera Lazo, César Alvarado
Salinas, Julio Salazar Monroe por el delito de Genocidio;
disponiéndose la realización de las diligencias necesarias para el
esclarecimiento de los hechos expuestos por el denunciante en su
declaración indagatoria en todo su contexto, recibiéndose la
declaración del denunciado Dionisio Romero Seminario para que declare
respecto a los hechos que le sindican, la declaración de Vladimiro
Montesinos Torres y se practiquen las demás diligencias que resulten
necesarias, remitiéndose los actuados a la Quinta Fiscalía Penal
Supraprovincial para que amplíe la investigación en el plazo más breve
posible; notifíquese la presente…….. El suscrito asume el
conocimiento de la presente queja en mérito a la Resolución emitida
por el Despacho de la Fiscal de la Nación de fecha diecinueve de enero
de dos mil siete……". La notificación de la Primera Fiscalía
Supraprovincial se produjo el 12-3-2007, de modo que es un asunto,
recientísimo.
¿Puede sorprender que San Dionisio se junte con la calaña de
individuos nombrados en la Queja fundada? No, no parece porque el
matrimonio de conveniencia entre lo que representaba en el hampa local
e internacional, Vladimiro Montesinos Torres y su relación con San
Dionisio está clara e inequívocamente probada y evidenciada en
múltiples filmaciones. Que los abogánsteres que el banquero de los
banqueros contrata con dólares eficientísimos y globalizados,
pretendan, edulcorar o presentar como actos de buena fe y
cristianísimos gestos bondadosos, es otra cosa sin duda, profundamente
corrupta.
Sería interesante conocer qué opina sobre su socio San Dionisio el
grupo Claro de Chile. ¿Se hacen los bobos ciegos, sordos y mudos?
¿persistirán en tal complicidad, de haberla, luego de tomar
conocimiento de estos trámites judiciales en que está envuelto, como
de costumbre, San Dionisio? ¿o es la solidaridad de clase y posición
de dominio la que hermana, para robar globalizadamente, a los grandes
capitostes empresariales, en este caso de Perú y Chile? ¿Acaso la
ética, tema superado por San Dionisio, no produce?
En el considerando PRIMERO se dice: "Que, si bien es cierto, de la
denuncia de parte obrante de fojas tres a cuatro aparecen cargos de
manera genérica contra los denunciados, también es cierto que los
hechos están claramente establecidos por la declaración indagatoria de
fojas treinta y uno, específicamente en la respuesta a la pregunta
tercera, el denunciante señala que los denunciados Dionisio Romero
Seminario y Arturo Woodman Pollit cuando visitaron a Vladimiro
Montesinos Torres en las instalaciones del Servicio de Inteligencia
Nacional, (cuya reunión se registra en vídeo y transcrita como vídeo
número mil quinientos ochenta y tres, realizada el veinte y dos de
julio de mil novecientos noventa y nueva cuya primera página corre a
fojas siete), le habrían solicitado a éste el apoyo para que
proporcione agentes del SIN para que concurran a la sede de la empresa
Palma del Espino en Tocache de propiedad del Grupo Romero por la
existencia de problemas relacionados con la subversión. Agregando que
Santiago Martin Rivas, Guillermo Supo Sánchez, Carlos Pichilingue
Guevara, Julio Chuqui Aguirre señalando que habrían participado en esa
operación Juan Rivera Lazo, César Alvarado Salinas, Julio Salazar
Monroe. Situación que también se infiere de la declaración de Romero
Seminario proporcionadas a la Comisión de Investigación del Congreso
el nueve de abril el año dos mil dos que corre a fojas cincuenta y
seis y siguientes cuando da a entender que se habría producido la
intervención de personal militar o policial por orden de Vladimiro
Montesinos Torres a los que denominaron "agentes" a la empresa
mencionada en la que habrían encontrado dos infiltrados, un chofer y
otra persona no identificados;".
Hace pocos días, el presidente García, no se sabe aconsejado por
quién, enunció el nombre de San Dionisio y referido a un tema de
pequeña empresa. ¿No sabe el primer funcionario del país, quién es el
señor ahora acusado de genocidio y con quiénes camina? Pregunté ¿es
San Dionisio el cambio responsable? Todos callan en cualquier idioma
porque la respuesta es harto incómoda. El refrán dice: dime con quién
andas y te diré quién eres. San Dionisio siempre gustó –y gusta- de
estar acompañado por colegas de menor graduación, proveniencia social
o lugar en el aparato productivo (no debe olvidarse que en Perú el
robo, la estafa, el crimen, son una industria ampliamente
generalizada).
Estos son documentos públicos. Nada podrá hacer Alvarito para
"desaparecer", ni siquiera renunciando al diezmo (10%), con dólares
contantes y sonantes los mismos. La transcripción es fiel y
calientita. Pero hay que recordar que si un rayo cae en Lima
metropolitana o un infarto calibre 45 o un trailer se sale de su rumbo
y provoca víctimas, ya no habrá duda de a quién culpar. Los mafiosos
actúan así subvirtiendo la naturaleza y aprovechando la mudez
institucional que aqueja a Congreso, gobierno, partidos y demás
instituciones.
A San Dionisio hay que rendirle homenaje público y qué mejor sentencia
que: ¡Por sus obras les conocereis!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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