¡Poniendo orden en nuestro interior emocional!
por Isabel Peña Rodríguez; isabelpenarodriguez@yahoo.com
2-4-2020
Al asomarnos a nuestro
interior, tenemos, a veces, la sensación similar de levantar la tapa del baúl
de nuestra casa y al hacerlo nos encontramos con muchas cosas y objetos fuera
de uso, pero con una carga emocional profunda e intensa.
Eso aviva nuestros recuerdos
y muchas escenas familiares, sensaciones, música, olores, colores, etc., todos
aquellos elementos que un día conformaron el ahora de aquél momento pasado.
Cuando nosotros tenemos
acceso a nuestro interior emocional, se presentan dos aspectos esenciales, en
primer lugar nos negamos a entrar a nuestra parte interior, oponemos resistencia,
hay una fuerza extraña que dificulta ingresar y lo otro es que nuestras
emociones internas, aunque aparentemente dormidas, están activas e influyen y
perturban nuestras actividades diarias. Son, en último término, las que ordenan
nuestra forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, nuestra
capacidad o incapacidad para tener una vida con bienestar.
“Entiendo
que mi amor a mí mismo es la mayor posesión que tendré nunca. El amor por mí
mismo/a solo nace cuando acepto y experimento mis sentimientos como son en ese
mismo momento, tanto los agradables como los desagradables. Mi yo dolorido se
cura al acogerlo yo de buen grado. Armarme a mí mismo/a me proporciona la
fuerza para transformarme”
Se
trata de sentir utilizando nuestra capacidad para experimentar lo que ocurre en
este mismo momento en nuestro entorno y en nuestro interior.
Las
vivencias de nuestra vida, hacen resurgir constantemente emociones eliminadas
del subconsciente, esos sentimientos suprimidos se nos manifiestan a través de
nuestro mecanismo de proyección.
Nuestra
cólera, sensación de soledad, miedos, rabia, etc., son sentimientos que en
realidad proceden de nuestro subconsciente emocional suprimido, pero nosotros
lo atribuimos a otros estímulos.
Estas
emociones suprimidas debemos rescatarlas del olvido y tomar conciencia de
ellas. Se debe de abandonar conscientemente esos mecanismos de autorrechazo y
aceptar.
Existen
tres pasos muy importantes para restablecer nuestro equilibrio emocional: la
toma de conciencia, aceptación y experiencia.
La
herida que se produce en la mente del ser humano, como el miedo, la envidia, el
egoísmo, la mentira, la desconfianza, la violencia son las más dificiles de
curar. Y esas heridas son las responsables de nuestro sufrimiento.
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*Psicoterapeuta
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