Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
20-3-2024
Nelson Shack, Contralor chaleco cuida su puesto
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La defensa a troche y moche que ha emprendido públicamente
el Contralor General de la República, Nelson Shack, de la presidenta Dina
Boluarte, ha sorprendido a mucha gente. Pero no es tan misterioso el asunto.
El señor Shack hace largos meses que está en campaña por
permanecer en el cargo y Fuerza Popular ha presentado un proyecto de ley con
esa orientación expresa: que el actual titular de la CGR, permanezca como tal,
hasta que se nombre su reemplazo.
Dicho proyecto de ley 3523-3022 ha sufrido varios baches,
marchas y contramarchas, y ahora está listo para ser tratado en cualquier
próximo pleno.
El peruanismo chaleco (protección antibalas) designa a los
que hacen de guardaespaldas o fungen cuidar a alguien en particular, en este
caso, Dina Boluarte.
Innecesario agregar que la institución que mora
precariamente en Plaza Bolívar se transforma en una caja de Pandora y obsequia
con cualquier cosa al país. No es casualidad que la opinión pública otorgue un
magrísimo respaldo a lo que haga, o no haga, el Parlamento.
Nótese que el tándem entre Congreso y Ejecutivo tiene que
ver con el criollísimo toma y daca: Shack se queda un poco más y por eso
defiende a Boluarte. ¡Y todos felices!
Pero
el señor Shack, tan activo para sus campañas de propaganda, ha omitido dar
cuenta de la Resolución de Contraloría No. 328-2015-CG en torno a la Presentación,
procesamiento y
archivo de las Declaraciones
Juradas de Ingresos de Bienes y Rentas de los funcionarios y
servidores
públicos del Estado.
En esta Directiva,
cuando se refiere a Bienes Muebles del Declarante y Sociedad de Gananciales,
hay una nota inequívoca que dice así: “Pintura, joyas, objeto de arte, antiguedades
(valores mayores a 2 UIT por rubro).
¿Mintió u omitió o
no conoce la Resolución No. 328-2015-CG el titular de la Contraloría Nelson
Shack? El asunto no es deleznable, por el contrario, es una gruesa tapadera
para pasar por alto el mayúsculo yerro de la presidente Boluarte.
¿Quién propone la
terna o al candidato o candidata al puesto de Contralor General?: ¡presidencia,
o sea Dina Boluarte! ¿Quién está haciendo de chaleco a la titular de Palacio?:
el contralor Nelson Shack. ¿Qué entidad confirma o desecha la moción?: el
Congreso.
El asunto, hoy con
la adición de un contralor metido a chaleco antibalas de Boluarte, presenta
imágenes bastante cuestionables. Como en Fuente Ovejuna: ¡todos a una!
El contralor con su
ley puede quedarse hasta que su mandato culmine el próximo julio y con la posibilidad
que su defendida lo proponga nuevamente y sus amables amigos del Congreso le
obsequien su ley y prolongación. ¡El trípode perfecto!
Doña Dina se ha
metido, por una frivolidad boba, en un lío del cual puede salir muy mal parada
y hasta licenciada de su cargo en Palacio. No es suficiente que un contralor
sumamente cuestionado, le eche un salvavidas.
Aunque al Congreso,
doña Dina y al contralor, les importe muy poco el fiel cumplimiento de las
leyes, directivas y resoluciones, estas existen y solo como muestra, vemos que
el contralor hizo tabla rasa de una disposición que menciona a las joyas como
obligación de dar cuenta. ¿Fue pura casualidad o no la vio adrede?
En efecto, el
mismísimo contralor ocultó información sustancial en su Declaración Jurada de
Bienes y Rentas, al asumir el cargo. Como es de verse su falta de apego a lo
que dicen las normas, en el caso presente que nos ocupa o en otros también
importantes, ya es una conducta en el señor Shack.
¿Cómo es que lo
antedicho, irregular y nunca refutado por él mismo, esté pasando desapercibido
ante la opinión pública, el Congreso y la presidencia?
Por si las moscas,
el señor Shack ha firmado un documento de nombramiento que tiene importancia en
la coyuntura de su salida o eventual permanencia en el organismo de control.
Su secretario
general, Luis Miguel Iglesias León, se ha hecho cargo de la Vicecontraloría de
Integridad y Control. El señor de marras posee un título universitario expedido
por una institución que no es reconocida en el mismo Estados Unidos. Y tampoco
en el Perú.
El control sobre la
Contraloría que ejerce su titular, Nelson Shack Yalta, es total, amén que
disfruta del raro privilegio de tener primeras planas en la prensa concentrada
que no analiza mayormente sus actividades, solo las propagandiza.
Para no pocas
personas el tema del reloj Rolex de doña Dina es una fruslería. Y no les falta
razón. El tema es un asunto de contabilidad, si la señora fue funcionaria de
Reniec, es casi imposible que sufragase con ese sueldo, joyas que cuestan
varios miles de dólares.
Entonces recordemos
la sentencia: la mujer del César, no sólo debe serlo, sino parecerlo.
Amén.