Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
3-7-2024
¡Insufribles y mañosas apps!
https://senaldealerta.pe/insufribles-y-manosas-apps/#google_vignette
-App (abreviatura
del término inglés application), es una herramienta de software que se puede
utilizar en dispositivos móviles, tablets y computadoras después de instalarla.
Su finalidad es ayudar al usuario a realizar algo, ya sea de forma profesional
como para su ocio o como entretenimiento.
-Mañoso: que
tiene maña, hábil, diestro, apañado, habilidoso, industrioso, experimentado,
experto, ácido.
Estuve ayer hora y media (90 minutos), en la aplicación de
una proveedora de servicios de telefonía, cable e internet y con la esperanza
de registrar un severo reclamo porque cobran por 200 mbs de velocidad pero sólo
tengo la mitad. ¡Fue imposible!
Dice la literatura que la aplicación alivia el trámite, es
rápido, en línea y más preciso porque los responsables toman debida nota y
“solucionan” el problema. De seguro que debe ser así pero primero hay que
superar la vía crucis o trabalengua que es la malhadada app.
Subrayemos primero que las app reemplazan y hacen inútil el
soporte humano vía telefónica. Es un robot quien contesta o un formulario de lo
más enrevesado el que le proponen llenar y para lo cual consignan múltiples
códigos: internet; internet fijo con teléfono fijo; cable, internet, móvil;
abonado o usuario; dni (con fecha de expedición) y 100 textos más.
¿Le ayudan cuando el sistema no va para atrás ni para
adelante porque no reconoce lo que usted marcó? ¡De ninguna manera y con eso se
cumple el cínico objetivo de la app: ¡ahuyentar a los usuarios que reclaman por
lo que pagan!
La gran empresa de telecomunicaciones deja de contratar
personal e impulsa la app pero ¿cuál el cometido de este software? Muy simple:
aburrir al cliente que carece literalmente de paciencia y tiempo y tampoco
tiene que ser un adivino para acertar con las múltiples opciones.
¡Cuánto menos reclamos, más “eficiencia” y menos
complicaciones para las telecomunicadoras! Pagan menos, automatizan los
servicios y simulan un servicio que es muy malo.
La tecnología no siempre está al servicio del trabajador.
Normalmente le reemplaza y le hace inútil porque su fuerza de trabajo no provee
de ningún quehacer rentado. O sea la desocupación es un mal muy visible en esta
clase de empresas.
Charlé con dos empleados que venden celulares y que son
patrocinados por las grandes firmas de telefonía. El régimen no puede ser más
inhumano: entran a las 9 am. y, salvo los 30 minutos de refrigerio (a su
costo), permanecen hasta las 10 pm., cierran su caja y se retiran a las 10.40,
hasta el siguiente día.
El cínico aconsejará darse por bien pagado porque, “al
menos”, tiene chamba. El lector reparará que la explotación vuelve a las
andadas como en las atroces imágenes de Dickens en la Inglaterra de su siglo.
¿Cuánto gana el operario? Por toda la jornada durante 30
días, incluidos sábados y domingos, la suma de S/ 1200 que obviamente no le
alcanza. Además, tampoco está con su familia, no departe con sus hijos a los
que no ve casi nunca, pero los grilletes lo aprisionan a eso, o a seguir
buscando empleo que escaso a ultranza, sí que es.
Usted puede quejarse de las empresas de telefonía, a veces
le solucionan la bronca y reparan el daño. Pero ocurre también lo contrario,
conozco el caso de una firma ibérica que cortó el teléfono fijo y a los meses
remitió un reclamo por el pago del servicio ¡que ellos mismos habían retirado!
Otra estafa la constituye la aceptación de la oferta de más
velocidad en navegación de internet, usted da el sí, paga la tarifa alzada pero
¡el servicio más rápido no llega nunca!
Si usted se atrasa ¡un día! en el servicio regular, le
cortan la línea a la mala y no hay pero que valga.
El abuso de la posición de dominio de estas firmas es
flagrante, como lo es que la deprimente atención al usuario sea la regla y por
excepción, se cumple a cabalidad con el cliente.
¿Hacen algo las autoridades? ¿Se preocupan los políticos de
amparar las decenas de miles de quejas de los usuarios?
¿Cuánto ganan estas empresas con sus “servicios” deficientes
de telefonía fija y móvil, con internet, con cable (plagado de publicidad)? ¿No
son estas las corporaciones que pagan luego de 24 años, los impuestos a la
renta, mañosamente judicializados por los abogángsterse a su servicio y que se
llaman “grandes estudios legales”?
Esas apps mañosas están hechas para cansar, aburrir,
encolerizar y, por último, hacer desistir al cliente de su reclamo. Una
protesta menos, es un dolor de cabeza superado para estos desvergonzados que
aún no aprenden que el respeto es fundamental en la venta y posventa de
servicios tan importantes.