Wednesday, April 20, 2016

¡Alanismo: cáncer moral y político!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-6-2013

¡Alanismo: cáncer moral y político!

Sin dolo alguno y en defensa de la causa pública hay que afirmar que desde que el alanismo aprovechó los entresijos múltiples de la agonía de Haya de la Torre y su muerte el 2 de agosto de 1979, esa corriente o tendencia hizo cuanto le fue posible para destrozar no sólo al Partido Aprista, sino también, y sobre todo, a la política nacional. Lo inmoral tornó en directiva, la zancadilla y el engaño en voz de orden, la picardía y trampa en ley de comportamiento. La detención de Facundo Chinguel es consecuencia lógica de una cadena de actos reñidos con la ética y contra las leyes. El susodicho es hijo cimarrón y legítimo del alanismo.

He sostenido antes que:

"Uno de los contrabandos más eximios, de esos que parecen verdad pero son más bien aparentes que reales, ha sido la especie que pretende mimetizar al aprismo con la carrera particular, personal, absolutamente angurrienta de mando del señor Alan García Pérez, ex presidente del Perú, durante el bochornoso, por aventurero, quinquenio de ejercicio gubernativo entre 1985-1990. Así, la noche de 1992, cuando la fuga del Mozallón por los techos, tras una incómoda estancia en un barril sin agua, hacia Colombia, se estudió bien el destino. Entre 1949-1954, Haya de la Torre fue inquilino forzado de la Embajada de Colombia porque la dictadura odriísta lo mantuvo virtualmente preso. Pero Víctor Raúl fue creador de una doctrina con atisbos audaces de propuesta latinoamericana. Al conjuro de su voz y de su formidable presencia moral, las multitudes encaminaban sus protestas, entonaban sus cantos, marchaban a la revuelta, morían frente a los paredones o se pudrían en las ergástulas. Eran los tiempos en que el destino de una buena parte de peruanos era: encierro, destierro, entierro." ¡El aprismo es aprismo, no alanismo!

Hasta hace algunas décadas a los apristas podía achacárseles fanatismo, devoción por sus ideas, terquedad en sus proclamas. Gracias al señor Alan García Pérez y a partir de su primer desgobierno 1985-1990, a los militantes, sin excepción, de ese partido, se les atribuye prácticas delincuenciales de todo jaez y calibre. Luego de la experiencia claudicante entre 2006-2011, el asunto devino en realidades dramáticas.

Tiempo atrás sostuve y lo reafirmo:

"No hay escatología o injuria en que no hayan incurrido los ladrones alanistas: destruyeron al Partido, lo despojaron de ideología, pulverizaron la Fraternidad, lo anemizaron en su concepción social de Frente Unico de Trabajadores Manuales e Intelectuales, escupieron sobre el sacrificio de sus héroes y mártires, convirtieron el robo y la monra en “formas de vida” y la mejor demostración es que para el habitante común y corriente “todos los apristas son vulgares rateros”. Al estafador, caco y vil exaccionador simplemente hay que reconocerlo como tal. Y de manera vitalicia.

¡A estos no se les saluda, se les escupe con indignación!

Ser alanista es exhibir prontuario y ser mirado con la sospecha de que robó o dejó robar o copió y se apropió de lo que no era suyo. Siempre un elemento postizo, inane, innoble, capaz de negociar por unas pocas monedas cualquier afán egoísta.

¿Qué esperan los buenos apristas supérstites en todo el Perú para ponerse los pantalones y limpiar el templo de tanta traición?

¿He dicho algo distinto de lo que todos conocen pero de lo que NO hablan? Problema y miedos ajenos, no míos." ¿Son invencibles ladrones alanistas?

El cáncer moral y político que es el alanismo no afinca su pezuña infecciosa tan sólo en las hoy raleadas filas del Partido Aprista. ¡De ninguna manera! ¡Ha corrompido hasta el tuétano la política nacional! Hay quienes sin ser apristas incurren en las mismas majaderías mañosas que su pícaro mentor y trafican con la fe del pueblo, esquilman las arcas del Estado, hacen de la política vil negociado culpable que maldecía Haya de la Torre y empobrecen, cada día más, al hombre común y simple de la calle que blasfema de estos cacos pero contra los que NO puede hacer nada porque hecha la ley, hecha la trampa.

¿Cantará Facundo Chinguel respecto de las tramoyas, múltiples y todas jugosas, en que pudieron haber incurrido otros beneficiados con los narco-indultos? ¿seguirá tan orondo y cretino luego que sus amigos le han abandonado a su mala y penal suerte?

El cáncer moral y político que es el alanismo posee facetas de mala opereta. Días atrás vimos a su principal bufón enunciando recetas económicas para que el gobierno actual levante los porcentajes de crecimiento económico. ¿No sería mejor que calle y prepare su defensa en temas como el Estadio Nacional pseudo colegio emblemático, los narco-indultos, la casita de un millón de dólares y acápites sucedáneos? El tuerto es rey en un país de ciegos y al lado de la fauna mediocre que es nuestra política, aquel Pierrot parece inteligente, porque aprovecha del nivel de sentina.

Y no nos vengan a decir, los corifeos, que "así es la política".