Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-6-2013
¡Alanismo: cáncer moral
y político!
Sin dolo alguno y en defensa de la causa pública hay que
afirmar que desde que el alanismo aprovechó los entresijos múltiples de la agonía
de Haya de la Torre y su muerte el 2 de agosto de 1979, esa corriente o
tendencia hizo cuanto le fue posible para destrozar no sólo al Partido Aprista,
sino también, y sobre todo, a la política nacional. Lo inmoral tornó en
directiva, la zancadilla y el engaño en voz de orden, la picardía y trampa en
ley de comportamiento. La detención de Facundo Chinguel es consecuencia lógica
de una cadena de actos reñidos con la ética y contra las leyes. El susodicho es
hijo cimarrón y legítimo del alanismo.
He sostenido antes que:
"Uno de los contrabandos más eximios, de esos que
parecen verdad pero son más bien aparentes que reales, ha sido la especie que
pretende mimetizar al aprismo con la carrera particular, personal,
absolutamente angurrienta de mando del señor Alan García Pérez, ex presidente
del Perú, durante el bochornoso, por aventurero, quinquenio de ejercicio
gubernativo entre 1985-1990. Así, la noche de 1992, cuando la fuga del Mozallón
por los techos, tras una incómoda estancia en un barril sin agua, hacia
Colombia, se estudió bien el destino. Entre 1949-1954, Haya de la Torre fue inquilino forzado
de la Embajada
de Colombia porque la dictadura odriísta lo mantuvo virtualmente preso. Pero
Víctor Raúl fue creador de una doctrina con atisbos audaces de propuesta
latinoamericana. Al conjuro de su voz y de su formidable presencia moral, las
multitudes encaminaban sus protestas, entonaban sus cantos, marchaban a la
revuelta, morían frente a los paredones o se pudrían en las ergástulas. Eran
los tiempos en que el destino de una buena parte de peruanos era: encierro, destierro, entierro." ¡El aprismo es aprismo, no alanismo!
http://www.voltairenet.org/article163796.html,
Liberación , 20-1-2001.
Hasta hace algunas décadas a los apristas podía achacárseles
fanatismo, devoción por sus ideas, terquedad en sus proclamas. Gracias al señor
Alan García Pérez y a partir de su primer desgobierno 1985-1990, a los
militantes, sin excepción, de ese partido, se les atribuye prácticas
delincuenciales de todo jaez y calibre. Luego de la experiencia claudicante
entre 2006-2011, el asunto devino en realidades dramáticas.
Tiempo atrás sostuve y lo reafirmo:
"No
hay escatología o injuria en que no hayan incurrido los ladrones alanistas:
destruyeron al Partido, lo despojaron de ideología, pulverizaron la
Fraternidad, lo anemizaron en su concepción social de Frente Unico de
Trabajadores Manuales e Intelectuales, escupieron sobre el sacrificio de sus
héroes y mártires, convirtieron el robo y la monra en “formas de vida” y la
mejor demostración es que para el habitante común y corriente “todos los
apristas son vulgares rateros”. Al estafador, caco y vil exaccionador
simplemente hay que reconocerlo como tal. Y de manera vitalicia.
¡A estos no
se les saluda, se les escupe con indignación!
Ser
alanista es exhibir prontuario y ser mirado con la sospecha de que robó o dejó
robar o copió y se apropió de lo que no era suyo. Siempre un elemento postizo,
inane, innoble, capaz de negociar por unas pocas monedas cualquier afán
egoísta.
¿Qué
esperan los buenos apristas supérstites en todo el Perú para ponerse los
pantalones y limpiar el templo de tanta traición?
¿He dicho
algo distinto de lo que todos conocen pero de lo que NO hablan? Problema y
miedos ajenos, no míos." ¿Son
invencibles ladrones alanistas?
El cáncer moral
y político que es el alanismo no afinca su pezuña infecciosa tan sólo en las
hoy raleadas filas del Partido Aprista. ¡De ninguna manera! ¡Ha corrompido
hasta el tuétano la política nacional! Hay quienes sin ser apristas incurren en
las mismas majaderías mañosas que su pícaro mentor y trafican con la fe del
pueblo, esquilman las arcas del Estado, hacen de la política vil negociado
culpable que maldecía Haya de la Torre y empobrecen, cada día más, al hombre
común y simple de la calle que blasfema de estos cacos pero contra los que NO
puede hacer nada porque hecha la ley, hecha la trampa.
¿Cantará
Facundo Chinguel respecto de las tramoyas, múltiples y todas jugosas, en que
pudieron haber incurrido otros beneficiados con los narco-indultos? ¿seguirá
tan orondo y cretino luego que sus amigos le han abandonado a su mala y penal
suerte?
El cáncer moral
y político que es el alanismo posee facetas de mala opereta. Días atrás vimos a
su principal bufón enunciando recetas económicas para que el gobierno actual
levante los porcentajes de crecimiento económico. ¿No sería mejor que calle y
prepare su defensa en temas como el Estadio Nacional pseudo colegio emblemático,
los narco-indultos, la casita de un millón de dólares y acápites sucedáneos? El
tuerto es rey en un país de ciegos y al lado de la fauna mediocre que es
nuestra política, aquel Pierrot parece inteligente, porque aprovecha del nivel
de sentina.
Y no nos
vengan a decir, los corifeos, que "así es la política".
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