Columna-Señal de Alerta
Herbert Mujica Rojas-Diario Uno
24-5-2022
La sociedad desmemoriada
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No hay ser más feliz
sobre los inmensos pagos del Perú, de norte a sur y de oeste a este, que el
político corrupto, el intelectual mermelero (peruanismo que alude a la coima
que recibe por tal o cual “trabajo”) y el gobernante episódico que basan su
accionar sobre la sociedad que además de silenciosa y concesiva padece de la
falta de memoria o que es simplemente desmemoriada. ¿Se puede tener memoria si
jamás se aprendió historia genuina y referida al análisis exhaustivo de cuánto
ocurrió en nuestra Patria? La respuesta puede tener contornos dramáticos y
absolutamente penosos.
Con excepciones que
parecen gimoteos aplastados por la inmensa máquina corrupta que preserva
verdades plásticas, heroizantes de no pocos traidores, sublimadora de mitos,
ensalzadora de apellidos y linajes, fabricada a costa del alquiler de plumas
pro domo sua, la historia republicana del Perú esconde en su inmenso edificio
no pocas verguenzas, múltiples traiciones y felonías al por mayor bajo el
marchamo del progreso, la inversión, el desarrollo, la globalización, etiquetas
todas de una luenga sinfonía de malas notas y en el festín consagratorio de
taras y malas costumbres.
La sociedad silenciosa
calla porque se averguenza y por la simple causa que es pusilánime hasta para
reconocer sus congénitas fallas en el ADN social. Pero ¡y esto es asqueante! la
faceta desmemoriada deja de recordar las aberraciones y las suplanta por
toneladas de palabras, edulcora realidades y construye con lodo lo que jamás
pudo hacer con sacrificio y argamasa sudorosa de su propia gente. El resultado
es que la palabra anemiza, envilece su contenido, es más bien máscara y antifaz
que resultado del proceso del choque generador de soluciones superiores.
Por tanto a cualquiera
de esos rufianes que suelen robar al estilo tradicional que tropas de ujieres que
tejen habilosamente decretos, leyes, concesiones, contratos, licitaciones con
nombre propio o dedicatoria tácita, se les reputa como ciudadanos capaces de ir
en la cosa pública cuando su destino natural y vitalicio debía ser la cárcel.
La sociedad silenciosa es incapaz de espetar su real título al caco y su frágil
memoria ya no recuerda cómo se enriqueció y a quiénes perjudicó en su
atrabiliaria carrera de piraña con saco y corbata.
El matrimonio de la
sociedad silenciosa y desmemoriada no parece un hecho fortuito. ¡De ninguna
manera! Se la alienta en todos los miedos de comunicación que desinforman y
deforman contenidos, de repente porque un diario lo dice, la expresión obtiene
“consagración” porque otro lo repite. No son los jueces ni las leyes actuadas
meticulosa e imparcialmente las que dictaminan sobre los delitos, son los
miedos de comunicación que determinan quién es y quién no es hampón. Y se da el
caso que los lobos gritan: ¡al lobo, al lobo! ¿Quién moraliza a los
moralizadores? https://diariouno.pe/columna/la-sociedad-desmemoriada/