Pacha y Paqha: tiempo
y espacio en la filosofía andina
22-7-2016
En el Quechua y en el Aymara, solo existe el PACHA para
nombrar espacio y tiempo, en el Puquina no, existe un vocablo para tiempo que
es PACHA y otro para el espacio que es PAQHA.
Este vocablo también designa y significa lo
"oculto", lo "misterioso", lo "secreto".
El tiempo para nuestra cultura no tiene la imagen de
"una flecha" como lo es en occidente, más bien está representado
simbólicamente por "un rayo" o también por la "huella de la
serpiente", es decir por un zig-zag; esto sucede porque en el mundo andino
el tiempo tiene un "reverso" cíclico, mejor dicho tiene un
"KUTI", una especie de "rebobinarse". Este símbolo del
zig-zag, solo se le puede “imaginar”, si y solo sí, se tiene la conciencia de
que así es el desplazamiento del tiempo...obvio. La forma cómo “se piensa” el
tiempo, es también la forma cómo “se maneja” el tiempo, una de las claves de la
diferenciación de la filosofía de cada cultura y de su diferente “manejo”.
Los círculos concéntricos en movimiento, son un símbolo
dinámico que expresa la ley general del movimiento y del tiempo. El tiempo
fluye desde adentro y hacia afuera y regresa de afuera hacia adentro, en ciclos
permanentes. No hay nada estático; nada “es” porque todo se “está haciendo”, porque
nada está quieto, nada está “siendo”, no existe nada inmóvil, no hay algo sin
“hacer nada”; nada va y viene solamente “siendo”, todo está “haciéndose y
deshaciéndose”, transformándose, yendo o viniendo, nada comienza y nada
termina, todo se recrea, no hay “Ser” ni “Siendo”...todo es un “hacer y
deshacer” de los “pares en oposición y complemento”. No hay SER... todo es un
A-SER, o mejor dicho: un HACER.
Desde nuestra perspectiva podemos distinguir esta imagen en
el agua quieta cuya aparente “quietud” es rota por una piedra que cae y rompe
su superficie. Se puede sintetizar todo el movimiento, en solo tres círculos
concéntricos que son un corte sobre la superficie del agua, pero que en
realidad son esferas concéntricas, que representan a los DOS únicos “Pachas” o
extremos, o mundos interconectados por un flujo constante que va y viene, y que
cuando se cruzan en un “Chawpi” o punto de encuentro y de equilibrio, crean el
momento sublime de nuestra existencia, que es también “el estado de nuestra
conciencia”. Estas DOS PACHAS son la esfera más exterior o “afuera-arriba”
representa al Hanan Pacha, en lo sustantivo, o sea el firmamento y sus astros,
pero en el plano vivencial o verbal, abarca lo espiritual y es “lo que se fue”,
es decir, todo lo que se nos adelantó en el tiempo. El pasado no queda atrás,
siempre marcha adelante porque es lo que ya existió, porque el tiempo está
marcado o signado por la vida, esa “vida que ya fue” y marcha por delante de
nosotros. Esto es inexorable, la muerte ajena marcha siempre por delante de
nosotros, y para los demás, uno “nunca muere antes” de nacer y/o de los que ya
murieron y “se nos adelantaron”. Por eso el pasado marcha por delante de
nosotros, hasta que la muerte “marca” nuestro paso o pasado por esta
existencia. Lo que “se fue”, siempre se fue por delante, nunca “se fue para
atrás”. Lo que pasa es que en castellano deberíamos tener un lenguaje para el
tiempo y otro para el espacio, como en el Qhapaq Simi o Puquina: El Pacha y el
Paqha, el tiempo y el espacio.
Lo que se llama comúnmente “pasado”, ya existió, y sigue
existiendo de alguna forma y marcha por delante nuestro. Por eso “crecemos para
afuera” pero también crecemos “para adentro”.
En el tiempo del “Wiñaya Pacha” o tiempo eterno, se crece
para “adelante”, pero también para “atrás”, se crece para “afuera”, pero
también para “adentro”. Ahora bien, la esfera interior más pequeñita y todo lo
que hay en su infinito interior, es el Uku Pacha, el mundo que llamamos
microcosmos, o el mundo “de adentro”, subterráneo, lo que ocupan las semillas y
los entierros, o también el inframundo y sus entidades, a las que no podemos
ver, pero es también donde brota y nace interminable el tiempo que ya viene
desde adentro o “desde atrás” y que “empuja todo el sistema” hacia “adelante y
afuera”, en nuestro imaginario sistema de esferas concéntricas. Esto último es
lo que llamamos “futuro”.
¿Y el tiempo presente?
…Cuando estos dos Pachas se cruzan en un Chawpi, o el “lugar
del encuentro y del equilibrio”, se da el espacio y el tiempo del aquí y del
ahora. Es el círculo donde se proporcionan o equilibran la oposición y el
complemento de los pares, el Punku umbral o puerta, lugar del cruce entre los
dos Pachas que acabamos de explicar. Es el espacio y el momento que nos permite
percibirnos y percibir a los demás objetos del cosmos, a los seres amados, al
agua, a las montañas; a todo. Esta “esfera” intermedia se llama Kay Pacha, el
mundo del aquí y del ahora, que “acaso ¿existe?” pasa tan rápido que apenas
parece xistir, pero en el plano de la conciencia humana “es lo único que
existe”, el pasado y el futuro están “contenidos” allí; representa el
movimiento del espacio que el tiempo “hace y deshace”.
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1 Pacha y Paqha, es uno de los temas reiterativos de la
reciente novela de Javier Lajo: ¡Allin Kawsay! El retorno de los Qhapaq Inka.