Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
10-3-2023
¿Confiep, al servicio del Perú?
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El señor Alfonso Bustamante Canny fue elegido presidente de
la Confiep (Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas), la
muy recordada entidad que apoyó a rabiar a Fujimori y que celebró todos las
medidas de la dictadura. Importante no olvidarlo.
Imposible esperar que don Alfonso nos transmita otro mensaje
que el que sigue:
“El modelo
económico ha sido un éxito. El Perú ha crecido más que el promedio mundial, más
que el promedio regional. Sin embargo, lo que ha fallado monumentalmente en los
últimos años es la transferencia de parte de esa riqueza a las poblaciones más
vulnerables.”
Si usted quiere
un promedio junta a alguien que gana al mes S/ 3 mil soles y a otro que recibe
S/ 25 mil. Los suma, S/ 28 mil y divide entre dos para sacar la media engañosa:
S/ 14 mil. Los guarismos también pueden servir para dar resultados inexactos.
Si el modelo
económico (Constitución de 1993, predominio absoluto del capitalismo salvaje, menos
que minúscula capacidad del Estado, reino majestuoso de la empresa privada y
sus contratos de estabilidad tributaria) ha sido un éxito, entonces, ¿por qué
hay tanta pobreza en todas las regiones del Perú?
¿Quiénes han
mantenido el modelo con predominio de
empresas de servicio, sin modificación alguna y abusivos e intocables
estructuras tributarias que además, con los abogángsteres a su servicio, no
pagan los impuestos y hacen prescribir las deudas? ¿No son las grandes empresas
del “modelo exitoso”?
Con las restricciones de 1993, los trabajadores fueron
minimizados en sus reclamos, declarados improcedentes sus protestas y sus
herramientas gremiales cuasi desaparecidas o hundidas en cerros de documentos
judiciales de nunca acabar.
Los grandes mercantilistas se quedaron con los bolsillos
llenos porque, lo ha dicho Bustamante Canny, falló “la transferencia de parte
de esa riqueza a las poblaciones más vulnerables”.
A confesión de parte, relevo de pruebas.
Cuando los señorones dan sus discursos desde las “muy altas
tribunas” a las que acceden como parte de un sistema vilmente abusivo, y con la
ayuda de sus decenas de agentes y consultores en comunicaciones, pretenden
sembrar quimeras y eludir las graves responsabilidades que les tocan a ellos.
Y nos comunica
don Alfonso:
“Vamos a tener
una actitud propositiva con todos los gobiernos que nos toque lidiar, y me
refiero al nacional y los subnacionales, pero también vamos a estar vigilantes
de que no se mantenga el statu quo, realmente se necesita el cambio. El Perú
necesita cambios y no los cambios de Constitución o estos que hemos visto que
no se necesitan para lograr resolver los problemas profundos del Perú. Todos
los gobiernos que tengan los intereses alineados con ello, con reducir las
brechas de la pobreza, con poner al ciudadano al medio, con ser promotores del
crecimiento y no de la destrucción. Con ellos vamos a ser propositivos y con
los que no lo sean vamos a ser muy críticos.”
Nótese el
contrabando. Confiep va a estar con los “cambios” que ellos aprueben y lidiarán
(¿alguna vez lo hicieron?) con cualquier gobierno. Entonces, la opción de nueva
Carta Magna en medio de la ensalada verbal, es nula porque ellos lo dicen. Es
decir, el predominio abusivo, frontal e inamovible de la Constitución de Fujimori
y el reino del abuso, seguirán tal cual.
¿Qué sabe la
Confiep o sus asociados de los problemas profundos del Perú?
¿Qué acciones
ha emprendido para sancionar ejemplarmente a Repsol, la Confiep? ¿Tiene algún
interés siquiera simbólico en los miles de hombres y mujeres que han perdido
sus fuentes de ingresos? ¿Da un centavo la entidad empresarial contra la
contaminación criminal en que ha incurrido Repsol en Ventanilla y algo más al
norte?
En su bla, bla,
bla, bien elaborado para decir poco compromiso y mucha y gárrula sinfonía, don
Alfonso agrega: “En realidad, en todo momento la mayor responsabilidad de la
empresa privada es con la salud de sus empresas (…). Hoy la responsabilidad de
los empresarios, en la medida que se vayan consolidando los anillos de
responsabilidad de sus empresas, va subiendo. En primera línea, está la
responsabilidad con sus trabajadores, el trabajo digno, justo y competitivo.
Después, está la responsabilidad con sus clientes, sus proveedores, sus
accionistas, pero también con la comunidad que los rodea. También en la medida
que nos hacemos partícipes de la economía nacional tenemos un rol propositivo,
sino peligra el modelo en el que vivimos, peligra el crecimiento del país y que
millones de peruanos regresen a la pobreza (…). Un buen ejemplo es el sector
agroexportador.”
Proteger el
modelo que siempre celebraron, el de 1993, porque pueden peligrar sus ingresos
y lo demás es parte del poema y ¡sanseacabó!