Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
19-12-2016
PPK: ¡grosera
abdicación presidencial!
¿Para qué le paga el pueblo al presidente Kuczynski?: para
que trabaje y despache y personifique a la Nación. Su oficina es Palacio de
Gobierno. ¿Qué es eso de ir a reunirse con la señora Keiko Fujimori en casa de
Cipriani? La grosera abdicación es inadmisible en forma y fondo.
El presidente PPK debió haber invitado, pública y
objetivamente, a Keiko Fujimori a Palacio. Ella tenía pocos caminos: aceptar y
dialogar o declinar y aparecer ante la opinión pública como poco receptora,
inhábil para la construcción del país y, lo que es peor, con imagen imperfecta
para ¡precisamente! el gobierno cuya rienda perdió por vez segunda, la pasada
elección.
Un jefe de Estado no declina las formas. Y mucho menos descuida
el fondo del asunto: conversar y establecer plataformas mínimas de un trabajo
conjunto. La oposición no debe parecer una jauría de perros rabiosos que se
opone a todo y el gobierno debe ajustarse los pantalones e inspirar
respetabilidad.
Ocurre todo lo contrario. En el Congreso, la barra brava de
Fuerza Popular, hace recordar los tristes y repugnantes días en que el
fujimorismo reinaba a sus anchas luego de haber podrido las Fuerzas Armadas, al
empresariado, tras la noche oscura de violaciones de derechos humanos y la
destrucción del Perú en sus bases morales y que acabó con la renuncia por fax
desde Asia. Un sanchecerrismo primitivo, sin brillo pero con mucha bulla. ¿Es
eso lo que quiere una aspirante a la presidencia?
Pero la bancada de PPK no truena ni suena. Para comenzar
suelen darse el caro lujo de andar en desacuerdo y han sido totalmente ineptos
hasta la fecha de parar pleito. Una ínsita mediocridad, falta de luces, miopía
monumental, ignorancia y frivolidad, les acompaña. Hasta el presidente ha
lamentado estos palos de ciego. ¿Qué esperan para despabilarse señores? Puede
que tengan asegurado el salario durante 5 años, pero la grisura les perseguirá
toda la vida.
Palacio de Gobierno es donde debiera despachar el presidente
del Perú. No en casa de terceros o cuartos y menos de quien es sospechoso de
haberse hecho el bobo cuando los crímenes contra el pueblo acontecidos en las
épocas del terrorismo demencial y la represión militar salvaje. Que turroneros
que fungen de periodistas disimulen o cambien la versión es otra cosa, pero
habemos quienes somos rigurosos y memoriosos.
Si el mandatario no quiere repetir los papelones de otros
jefes de Estado, es hora que actúe con propiedad y cite a las personas a
Palacio, dialogue, discrepe o acuerde y que la Nación sea enterada in extenso
de qué pasó. Y así sabemos quién es quién.
Inaceptable abdicación presidencial.