Más vale poco con justicia que mucho sin
derecho
por
Germán Lench Cáceres; germanlench@gmail.com
12-10-2018
El
principal objetivo del gobierno es hacer crecer la economía, lo que significa
aumentar la tasa de crecimiento del producto bruto interno (PBI) entre 4% al
4.5%, esto no ha ocurrido. La corrupción y la grave inestabilidad política
pueden generar expectativas negativas, desconfianza en la mediana y pequeña
inversión y en los agentes económicos.
La imprudencia y egoísmo del Ejecutivo y Legislativo por
objetivos diferentes, afecta la economía. Pueden haber dudas a medida que avanza el 2018, el parlamento opositor
se dedica a criticar y continuar su labor obstruccionista. Este suceso estuvo
por hacer convulsionar la economía, tanto es así que la Bolsa de Valores de
Lima reporta un índice selectivo compuesto por las 18 acciones con mayor
liquidez y capitalización que ha caído a mínimos desde el 18 de diciembre de
2017 arrastrado por los títulos mineros y de construcción en medio de las
tensiones políticas tras la cuestión de confianza solicitada por el Ejecutivo.
Adam
Smith en su obra La riqueza de las naciones, publicada en 1776 señala: El Estado
debe proteger a los miembros de la sociedad de la “injusticia”, y concluía, que
la riqueza de un país depende de un esquema jurídico de justicia para todos.
Smith
sostiene, que ejercicio y la financiación de la justicia es una responsabilidad
ya que está implicada en las disputas sobre los derechos de propiedad y las
relaciones económicas. Por tanto, el gobierno tiene por objetivo la seguridad
de las propiedades. En nuestro país, hay impunidad judicial y el sistema de
justicia es un obstáculo para la competitividad por ser corrupto e inseguro.
Michael
Porter en su visita al Perú dijo: “La corrupción es una de las deficiencias
graves que limitan el desarrollo”; afirmó que los éxitos pueden irse al demonio
si no limpiamos el sistema judicial; dijo que se debe alcanzar un Estado de
derecho (un sistema judicial efectivo sin corrupción), así como instituciones
políticas sólidas (estabilidad política y un gobierno efectivo), de lo
contrario no retomaremos el crecimiento.
Estamos
en la obligación de afrontar la corrupción que genera desconfianza en los
inversionistas. El licenciado y profesor
Luis Peña Kanafany decía: más vale poco con justicia que mucho sin derecho.
El Poder
Judicial solicita más recursos con la finalidad de incrementar sueldos y
mejorar la gestión; según el MEF, el Presupuesto Inicial Aprobado PIA del Poder
Judicial el 2006 fue de S/.737,217,174 y
el 2018 es de S/.8,767,049,949 un incremento del 100%; el Ministerio Público
2006 S/. 296,208,942 y el 2018 S/. 1,824,408,000 más 100%.
En primer lugar, las expectativas del gobierno
son bajas. Por alguna razón los inversionistas, pequeños, medianos no están
invirtiendo y por eso no se logra crecer un PBI de 4.5%.
En segundo lugar, se han cometido graves errores políticos. Lucha entre
Poderes Legislativo y Ejecutivo, corrupción del Poder Judicial, tercer
lugar, nuevamente la población no percibe que el gobierno se “conecte”; siente
que “no está presente”.
En cuarto lugar, la inversión pública no
se recupera y para crecer hay que invertir con una gestión pública aceptable,
no se ve el nuevo Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de
Inversiones (Invierte.pe) para acelerar la ejecución de proyectos. La inversión
privada representa el 80% del total de la inversión, mientras que la pública
solo el 20%. Cualquier reactivación pasa por la privada.
Debemos
hacer algo para cambiar esta situación, de lo contrario el crecimiento de
nuestra economía tendrá problemas para mejorar sus niveles de competitividad.