Tuesday, June 30, 2020

Puerta giratoria criolla y pendencias a la peruana


Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-6-2020

Puerta giratoria criolla y pendencias a la peruana

En el programa Panorama de Canal 5 se dio cuenta el domingo 28, de cómo la actual secretaria del presidente Vizcarra colocó a una pariente de su hija y cómo funciona, rotando puestos y plazas en el Estado, la puerta giratoria. El asunto es muy grave, no hay duda, pero no parece tan raro sino más bien poco conocido. Leamos casos que se producen desde hace largos años y que tienen consecuencias más bien deplorables, para la moral y el país que desperdicia recursos en amigotes, parientes o muy conocidos/conocidas.

Aquí hay un suceso que el refrán grafica muy bien: ¡les dan la mano y se suben hasta el codo! Urgentes explicaciones o remociones inmediatas.

Los que cruzan la puerta giratoria, desde el Estado al ámbito privado y viceversa, son altos funcionarios, poseedores de información privilegiada, con acceso a mecanismos de alta confidencialidad de cualquiera de las dos fuentes: del Estado o privados y hay que recalcar que el fenómeno no es peruano, es universal.

En Perú hemos superado esas fronteras y la puerta giratoria se produce entre las instituciones estatales con el carrusel que protagonizan supuestos monstruos de la burocracia que son cuadros todoterreno y da lo mismo que trabajen con urnas electorales o procesos de votos para autoridades políticas, DNIs o pasaportes.

¿Tan mal estamos que se requiere del concurso de los mismos burócratas desde hace más de 25 ó 30 años, paseándose por las entidades del Estado, con todos los gobiernos y accediendo al trato con proveedores nacionales e internacionales y transitando como Pedro por su casa y de arriba abajo en connivencia con patotas de empleados “ejemplares” que no ven, no oyen, no hablan?

Estas pendencias a la peruana se repiten en el aparato estatal con frecuencia y hay que notar que no se trata solamente de los “líderes”. Es más, mucho más. Verbi gracia, cuando un jefazo gana, aunque los concursos sean a veces cosméticos, una plaza, no llega solo. Requiere con urgencia de la “ayuda” de su personal de confianza, es decir de todos aquellos que saben cubrir las espaldas a cualquier clase de trapacerías y artilugios cuando de negocios se trata. Se produce entonces la figura del destaque, a veces –no siempre- con el mismo haber mensual pagado por los impuestos de los peruanos, y ¡ya está la faena completa!

Por ejemplo hay oportunidades en que el proveedor extranjero paga pasajes y viáticos a funcionarios peruanos y estos viajan felices porque la figura legal de algún contratito o contratazo así lo ampara. Las pendencias de abogados especializados en el lenguaje mañoso así lo permiten. ¿O no? ¿No es cierto que algunos viajaron desde la Av. España a París a supervisar la fabricación de documentos de alta seguridad? ¡Pamplinas!

El amiguismo, complicidad, silencios oportunos y gratificados con viajes, cursos, pretextos de toda laya se perpetran en Perú con el dinero de los contribuyentes. Estas patotas de altos funcionarios caminan por todos los gobiernos y mamando de la cansada ubre del Estado desde hace tres décadas. ¿Por qué el país no ha preparado gente joven y capaz para reemplazar a las vacas sagradas?

Semanas atrás di cuenta de un asunto controvertido que no recibió aclaración alguna: el señor Eduardo Ruiz Botto, con más de 80 años, fue nombrado como asesor de la gerencia general de la Superintendencia Nacional de Migraciones y con un sueldo de casi S/ 15 mil nuevos soles. ¿Con qué méritos y con qué conocimiento? Lo que sí se sabe es que Ruiz Botto fue jefe en la Reniec de Roxana del Aguila actual titular de Migraciones.

¿Qué hacen los nuevos legisladores? ¿La Contraloría General de la República, tampoco oye o no ve y no hace nada? ¿Qué hay de los clubes electorales, también llamados partidos políticos?

En los días que corren se dio a publicidad que Roxana del Aguila (Migraciones) y Mariano Cucho, se presentaron y ya fueron calificados a concurso para acceder a Reniec y ONPE. Ambos tienen largos años de actividad en la burocracia del Estado.

Subrayo que no hay sindicación o señalamiento con nombre o apellido, de lo que carezco sí, sin duda, es de la seguridad que la puerta giratoria a la criolla y las pendencias a la peruana proseguirán hasta que se fulminen estas prácticas que impiden la renovación y el aireamiento de la maquinaria burocrática. Aquí en Perú o en cualquier parte del mundo.



Friday, June 26, 2020

¡Incuestionable derecho a una educación con calidad y prosperidad!


¡Incuestionable derecho a una educación con calidad y prosperidad!
por David Auris Villegas; davidauris@gmail.com

26-6-2020

Vivimos distraídos ante la enorme necesidad de convivir solidariamente. La brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor en nuestro país debida a una educación desigual; siendo propicio derribar nuestro rancio paradigma pedagógico, anclado en un pensamiento neocolonial, para abrir trochas hacia una ineludible revolución educativa de la mejora continua, para movilizar al Perú y Latinoamérica si ambicionamos una vida modestamente acomodada como los chinos.

Todos tenemos el derecho a una educación de calidad, para lograrlo debemos realizar acelerados y profundos cambios estructurales en el sistema educativo por un ecosistema de aprendizaje. Sin embargo, nuestra educación, conducida por funcionarios con precaria visión, incapaces de poner en práctica los nuevos conceptos educativos como alfabetización mediática y otros tópicos, prefieren generar normas burocráticas para valorar la meritocracia de carpeta.

Como respuesta al déficit universal, la UNESCO enarbola: “Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres”. Dándonos pie a definir la calidad educativa, como un proceso continuo de entrenamiento del pensamiento autónomo, crítico, emocional, colaborativo y creativo dentro del marco ético, generando un ecosistema de aprendizaje que involucre a todos los actores sociales en un entorno altamente versátil.

Ante un universo cada vez más automatizado, el rol activo de la educación encabezado por el Estado, ha de abocarse a afinar el capital humano como sugieren los expertos, a través de una política educativa concertada, liderado por científicos interdisciplinarios autónomos ajenos al gobierno de turno, con la única misión de llevar al Perú hacia el desarrollo humano sostenido, reclamado por Amartya Sen.

Para convertirnos en instituciones rankeadas, centrémonos a investigar para producir conocimientos y transformar nuestra realidad. ¿Acaso no es posible generar tecnologías en nuestras universidades e institutos? ¿Es difícil acreditarnos por instituciones internacionales de naciones desarrolladas o sus pares universitarios de esos países? ¿Conviene asociarse a universidades productoras o universidades consumidoras?

En esta línea de calidad, el docente ejerce la labor más delicada, educar personas, por lo que es necesaria su alta remuneración. Comprometiéndolos a ejercer la eticidad profesional, como educador investigador, experto temático, bilingüe, extraordinario didáctico, humanista y eficiente gestor del aprendizaje. Desafiando su línea de investigación el profesor universitario está obligado a publicar un libro y tres papers al año para evitar la momificación académica.

Asimismo, creemos firmemente que la educación empodera al capital humano, patentizándose en el acto pedagógico altamente práctico en el proceso de aprendizaje, apoyándose como telón de fondo, los sílabos o programas curriculares de calidad mundial, con un lenguaje de desarrollo para la vida competitiva de hoy y afrontar con acierto la incertidumbre del mañana.
A partir del comienzo de la formación del ciudadano, el ecosistema educativo está obligado a desarrollar el capital humano, según Enkvist, formando estudiantes autónomos, digitales, investigadores y éticos en todos los niveles, con énfasis en la educación básica. Siendo perentorio que los universitarios y técnicos produzcan patentes y desarrollen investigaciones para la transformación y graduarse a través de artículos científicos, tesis, patentes o producción de aparatos tecnológicos viables.

Precisamente ante la atroz competitividad en esta jungla tecnológica, el empresariado ha de cambiar su know-how, e invertir sus capitales para fabricar artículos manufacturados, como artefactos electrónicos de exportación, produciendo con profesionales científicos y técnicos calificados, formados colaborativamente por todas las instituciones superiores, con pedestal desde la educación básica.

Considerando a la calidad educativa, una tarea de todos para conducirnos hacia el desarrollado sostenido, la sociedad y los padres de familia desde el hogar, asumiremos nuestros mejores esfuerzos educativos y es propicio que los medios de comunicación de señal abierta, asuman su rol pedagógico, limitando sus escandalosos programas que alimentan la miseria humana.

Como un alegato final por la calidad educativa, involucremos a toda la sociedad, desde la educación básica hasta la educación superior. Coincidiendo con Chomsky, aspiremos una educación que fomente creatividad, participación social, cooperación y ciudadanía ética. Creando oportunidades de desarrollo para cada ser humano, imitemos a la cultura japonesa que para surgir unos, tienen que surgir los demás, es decir, apoyémonos todos para avanzar sostenidamente; haciendo de esta época, el siglo de la educación para la prosperidad.

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Notas:
-          Amartya Sen. Entrevista con Amatya Sen, Premio nobel de economía. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=iI9hiB1Tveo&t=122s
-          https://es.unesco.org/
-          Inger Enkvist. El éxito finlandés en educación. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=WrZ9BkNxuSQ  (08/06/2020)
-          Noam Chomsky. Es el momento de enseñar a los niños a entender el mundo. Recuperado de : https://www.youtube.com/watch?v=OEdfJP9S4NE     (15/06/2020)

© David Auris Villegas. Escritor y pedagogo.







Thursday, June 25, 2020

¡Meditación una clave indispensable para la salud mental!


¡Meditación una clave indispensable para la salud mental!
por Isabel Peña Rodríguez*,  isabelpenarodriguez@yahoo.com

25-6-2020

Tener una buena salud mental es importante para el bienestar y desarrollo personal y de nuestras capacidades físicas y emocionales; meditar es una técnica que a lo largo de los tiempos practican muchas personas.

El neurocientífico Alarik Arenander nos incentiva a esta técnica milenaria.

¿En qué consiste la meditación?

La técnica de la meditación es sencilla, empieza por cerrar los ojos, explorarse internamente, etc., etc., sentirás cambios en el cerebro. A pesar de todos los beneficios que nos da la meditación ha sido olvidada y poco difundida.

En pocas sesiones lograrás que la mente se calme y brote mucho orden y paz, llegando esta tranquilidad a todo nuestro cuerpo y la persona sale completamente descansada y motivada.

La técnica de la meditación en los últimos 20 años de investigación neurocientifica ha demostrado que es muy beneficiosa para aliviar tensiones, estrés, ansiedad, ayuda a adelgazar, problemas cardiovasculares o dolencias, como también se puede aplicar ante el bullying y cuando los niños y niñas hayan sufrido violencia y sus beneficios son óptimos y a veces basta con solo cerrar los ojos.

¿Cuánto tiempo nos tomará aprender esta técnica?

Ponerse en las manos de un profesor/a para aprender esta técnica es más útil para afianzar más la misma debido a que cada persona tiene una mente distinta, pero se sabe que entre 5 a 6 sesiones son necesarias para aprender lo esencial y los beneficios de una buena rutina.

En nuestro país la salud mental nunca ha sido prioridad del Estado ni mucho menos como una política que esté al servicio del pueblo.

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*Psicoterapeuta
Consultas: (01) 777-9857, 995 006 364, 944 433 166.






Wednesday, June 24, 2020

Pandemia desnudó carencias y resacas que siempre son penosas


Crónicas corovirales 10

Pandemia desnudó carencias y resacas que siempre son penosas
por Jorge Smith Maguiña; kokosmithm@hotmail.com

24-6-2020

El tema ecológico y el tema de género han sido excesivamente manoseados estos últimos años. En todo el mundo, sobre todo los sectores izquierdistas y/o radicales, han visto en estos temas, una trinchera de la cual prácticamente se han apropiado, como algunos de los últimos reductos para no perder vigencia. Dichos sectores políticos han copado en muchos países los asesoramientos sobre estos temas y en algunos casos los han tratado de promover con mayor o menor suerte. Pocas veces, aun en puestos claves como ministros o secretarios de Estado los abanderados de dichos temas han logrado generar políticas públicas al respecto.

En realidad, más que hacer avanzar la agenda, la han puesto en evidencia. De eso no hay ninguna duda y hay que reconocerlo. Ocurre que dichos cambios pertenecen a lo que se llama los movimientos lentos de la historia. No se adquiere conciencia sobre esos temas de un día al otro, y es aún más ingenuo creer que los cambios sobre esos temas se van a dar por decreto.

Es evidente que la pandemia es un momento muy especial para avanzar en que la población tome conciencia de estos temas, aunque en apariencia no parezcan urgentes. Lo paradójico es que en el caso de lo ecológico la conciencia avanzara por razones inesperadas que se han vuelto positivas.

El confinamiento y paro laboral por casi dos meses en muchos países ha disminuido en algo la emisión de gases de efecto invernadero que mucho tienen que ver con el cambio climático. Por allí entonces que la pandemia ha tenido un efecto positivo. Sobre el segundo tema, el de género (que trataré en un próximo artículo), las consecuencias han sido por el momento -yo diría- hasta negativas, pues todo indica que algo de lo avanzado sobre esta agenda se ha estancado o incluso ha retrocedido. Esperemos que esto sea solo algo pasajero o un error de óptica. Lo cierto es que las cifras preocupan un poco.

El desempleo, es evidente, ha tocado más a las mujeres que a los hombres, pues más mujeres trabajan en el área de servicios y estas áreas han sido muy afectadas. Cuando, como en el momento actual, se está produciendo un tímido reclutamiento para reiniciar labores, en muchos países ha sido a hombres a quienes de preferencia se ha contratado. Por otro lado en muchos casos al quedarse la mujer en casa, cuando hay una familia en casa, la situación ya usual de que las mujeres trabajen más que los hombres en las labores domésticas, lamentablemente se ha consolidado aun más.

En realidad a quien sí debemos reconocerle ser un apóstol sobre ambos temas, el ecológico y el de género y que con convicción y lucidez, y sobre todo por su manejo erudito de los mismos, es a Antonio Guterres, el actual Secretario General de las Naciones Unidas. Díficil escucharlo hablar sobre estos temas y no quedar convencido de la urgencia de los mismos. Lejos del tacto excesivamente diplomático, “politically correct”, de sus antecesores, este ingeniero de profesión y apasionado por la física es un hombre de una rara lucidez. El hecho de haber estado casado con una psicoanalista y tener una hermana psiquiatra, hace que Antonio Guterres, tenga también una visión clara, contundente y compasiva de los diversos e inevitables impactos que tendrá en la salud mental de los ciudadanos de todo el mundo, esta pandemia. Sobre todo a los sectores mas vulnerables como lo son los niños, adultos mayores, inmigrantes y refugiados. Es una suerte que en este momento crucial de la historia alguien como Guterres, esté a la cabeza de las Naciones Unidas, no solo a la cabeza sino en el cerebro de la misma.

I.-El tema ecológico

En lo ecológico, ya algunos años antes de la pandemia, hubo tímidos pero reales avances, en acuerdos escritos y en consensos a futuro. Por lo menos se ha logrado que China, Europa y muchos países del tercer mundo suscriban acuerdos que disminuirán, el uso de combustibles fósiles en los próximos años y optarán más por el uso de recursos renovables. La actual e irresponsable ceguera de los actuales presidentes de Estados Unidos y Brasil, de negar los impactos reales del cambio climático, es algo que los compromete a ellos como personas, que son aves de paso. Sin embargo sus países y sus respectivos pueblos, saben que el cambio climático es real, y los impactos en muchas partes del mundo son negativos. Si bien muchos no adoptan todavía medidas sobre el tema ecológico como una política de Estado, la conciencia de estos cambios es creciente en la población y eso es lo que importa.

La situación sigue siendo, sin embargo, en lo ecológico un poco anárquica, pues muchos países emergentes, en su necesidad de desarrollo- muchas veces confundida con simple crecimiento- han optado por regulaciones excesivas sobre el tema. El caso de países como Perú es evidente. Las regulaciones ambientales peruanas excesivas, rígidas y contradictorias, son más rigurosas que las de Suiza y por lo tanto dichas regulaciones se vuelven disuasivas, para quienes quieran invertir en minería en el país. 

Varios proyectos grandes en esta área minera en Perú fueron cancelados estos últimos años, otros están bloqueados temporalmente y algunos caminan a paso de tortuga. Lo penoso es que la indolencia burocrática esta vez ha coincidido con la pandemia y se está perdiendo un tiempo muy valioso en permitir y acelerar que la actividad retorne en el sector minero, que salvo en la minería informal, es una actividad altamente tecnificada y al estar en lugares apartados, no hay problema de prevenir contagios y donde se pueden aplicar los protocolos pertinentes.

La minería formal no es una fuente muy grande de empleo, como la gente quizás cree, pero dicha actividad, sí es una fuente de ingresos muy grande para el Estado. Por cada mil millones de inversión en el Perú se crean por lo menos 100,000 puestos de empleo. Ahora incluso, en que la pandemia va a llevar a una redefinición prioritaria de muchos ámbitos de la actividad laboral,  la actividad minera puede orientarse a explotar recursos mineros diferentes fuera de los tradicionales.

 Algo de todas maneras es claro y es el hecho que el impulso a trabajar en casa, que la enseñanza sea a distancia, va a llevar a un uso intensivo del uso de computadoras, laptops, tablets y todo tipo de herramientas que sirven para la comunicación digital. Perú que es un país bendito en minería, tiene yacimientos poco explorados de muchos metales raros y escasos, como cadmio, litio, molibdeno y otros, muchos de los cuales sirven para hacer los circuitos, chips y las baterías de estos aparatos.

La pequeña pero real descontaminación del medio ambiente en estos dos meses o más de confinamiento que se han dado en la mayor parte del mundo y que Perú fue uno de los primeros países en decretarlo, paralizó en todos los países gran parte del parque automotor no esencial y a su vez, se detuvo la labor en muchas industrias que por su naturaleza misma son muy  contaminantes. Ambos paros, han permitido lo que no han logrado los movimientos ecologistas los últimos 20 años por lo menos. Un amigo que vive en una zona muy contaminada de Lima, me decía que ahora puede escuchar y distinguir el canto de algunos pajaritos, cuyos trinos ni siquiera se podían escuchar por el ruido de los carros. Además muy pocos venían a posarse en los pocos árboles de la avenida donde vive. Hoy han vuelto en cantidad. La gente ha comenzado a descubrir la posibilidad de respirar un aire más puro y ver un cielo mas limpio. Eso de carambola sin duda acelerará para que la gente si decide comprar un carro querrá que éste funcione a gas y no con combustibles fósiles o otros derivados del petróleo.
                              
Para la gran minería, sobre todo la del cobre, esto también puede ser muy positivo, pues un automóvil a gasolina utiliza en su cableado solo unos 25 kilos de cobre, en cambio un automóvil electrico necesita cuatro veces más de cobre. Muchos países han asumido disminuir el efecto invernadero en los próximos años y se supone que para el 2030 no menos de la mitad de los vehículos funcionarán con gas, si no es con energía eléctrica. Una ocasión única para de una vez por todas desbloquear los grandes proyectos acuíferos que tenemos empantanados.

Una desgracia como la pandemia nos da, como vemos, una nueva oportunidad. Ya bastantes chances hemos dejado pasar en países como el Perú desde la Independencia en 1821. Siempre hubo riqueza minera y luego el boom del guano, el salitre, el caucho, la pesca de anchoveta y otras oportunidades, que luego del enriquecimiento de algunos personajes y considerables ingresos para el Estado, éste terminó inmediatamente malgastándolo o despilfarrándolo en proyectos delirantes. Perú siempre ha vuelto después de un entusiasmo febril y casi eufórico de épocas pasajeras de bonanza, a descubrir que seguimos con instituciones débiles, una infraestructura deficiente, y con servicios médicos y educativos desastrosos. La pandemia con crudeza ha desnudado, podríamos decir vulgarmente ha calateado nuestras carencias, que acarreamos desde siempre. Nuestras resacas siempre son penosas.

El confinamiento obligatorio por la pandemia, detuvo momentáneamente, muchas actividades informales que en diversas áreas específicas tienen un impacto negativo en lo ecológico. La tala informal de árboles en nuestra Amazonía es una. La recesión económica que seguirá a la pandemia, por el momento reducirá el pedido de madera, pero tememos que después la tala informal regresará con fuerza. El hecho que dicha actividad se realice en zonas recónditas del país, donde por otro lado no hay posibilidades de trabajo alternativo, hacen que esta actividad fuera de ser lucrativa, nunca deje de ser floreciente.

Se realiza de vez en cuando, una que otra captura de algún camión cargado de troncos. Son noticias que distraen, titulares para tabloides, que duran unos días, para hacer creer que hay una fiscalización a una actividad depredadora, del medio ambiente, que nos afecta negativamente a todos. Es algo que continúa desde hace décadas, a vista y paciencia de las autoridades.

Las nuevas regulaciones que se darán para actividades que tienen un impacto en lo ecológico, pueden hacerse esta vez con un criterio realista, mientras dura la recesión, que puede ser mas larga y profunda de lo previsto. Minería ilegal y tala informal lamentablemente en muchas zonas del Perú van de la mano. No escuchamos lamentablemente, propuestas viables por parte de los ministerios pertinentes, para aprovechar de dar medidas positivas al respecto, que apoyen el empleo en estas áreas sin generar impactos ecológicos negativos. Lo peor sería que cuando las aguas se calmen, simplemente se “reanuden las actividades”, que las cosas vuelvan a ser como antes, en una versión peor. Si la reactivación, y no simple reanudación, implicará, una ayuda del Estado peruano en forma directa o en facilidades tributarias o de cualquier tipo para las actividades mas diversas entre las cuales la actividad minera como la forestal, cabe imponer progresivamente estándares posibles y alcanzables en el cuidado del medio ambiente.


Tuesday, June 23, 2020

Descorriendo oscurantismos, rompiendo el pacto infame y tácito de hablar a media voz


Prólogo

Descorriendo oscurantismos, rompiendo el pacto infame y tácito de hablar a media voz
Herbert Mujica Rojas-Isabel Peña Rodríguez

23-6-2020

Pocos son los textos o estudios de alguna relevancia que analizan la campaña electoral del Partido Aprista Peruano en 1980. A lo más hay exégesis que pretenden justificar la presencia de no pocos réprobos que asomaban las orejas y definían contornos que con los años ratificaron vocaciones absolutamente delincuenciales, ajenas a la moral y principios de lo que hasta entonces había sido, con sus yerros múltiples y aciertos en el alma popular, voz y clarín de un pueblo anhelante de pan con libertad.

Una premisa fundamental que la lógica establece como inviolable es ¿qué necesidad en 1980 tenían los apristas de apristizar a los de su partido? Las apelaciones a la “fuerza para gobernar” o el escoger a quienes supuestamente simbolizaban la lucha en las cárceles, persecución o en las calles, devinieron en un chasco gigantesco y Fernando Belaunde le sacó casi 800 mil votos de ventaja a Armando Villanueva ese año.

Algo estuvo mal, ridículamente mal.

En 1978, con la excepción de pocos departamentos, Haya de la Torre, octogenario y lúcido, había conducido la victoria aprista en pos de la Asamblea Constituyente. Víctor Raúl fue presidente de esa institución que produjo una Carta Magna humanista, con sentido social y con miras al logro de un Perú justo, culto y libre.

¿Cómo así se logra la voltereta del electorado, apenas 2 años después y para perder con resultados catastróficos?

Los hagiógrafos han pretendido cubrir con un manto de olvido culposo cuanto aconteció en la campaña de 1980. La intención fue borrar aquello que produce escozor, vergüenza. Muchos de sus fautores, publicistas bien pagados y cuentistas de entonces siguen vivos y a ellos no conviene la luz que aclare, ilumine y descorra cortinas gruesas sobre tanta torpeza congénita y también adrede.

Otros fueron cómplices ingenuos en la exaltación de supuestos valores que no fueron tales, bastaba con una diputación o senaduría y ¡qué importaba la presidencia! si cada quien enriquecía su parcela, pretendido prestigio y hegemonía local. Muchos dejaron ese caudal y se arrepintieron sinceramente. Los que estuvieron en planilla, sólo sirven a quien o quienes pagaran sus cuentas.

La enfermedad de Haya de la Torre mientras ejerció la presidencia de la Asamblea Constituyente fue un instante doloroso que tuvo influencia al interior del partido, su funcionamiento y conducción. Aunque parezca inverosímil Víctor Raúl era un dínamo imparable y siempre se daba tiempo para atender sus deberes en el Congreso, en el aprismo, en la lectura y las tareas que se imponía merced a su acerada forma de ver la vida.

Sin embargo de aquello al interior del partido y ante circunstancias reales y objetivas los dirigentes empezaban a orientar sus simpatías just in case ocurriese lo que todos temían: la desaparición de Víctor Raúl.

Grupos significativos se formaron en torno a Luis Alberto Sánchez, Ramiro Prialé, Andrés Townsend Ezcurra y Armando Villanueva del Campo. La justa habría de dirimirse en octubre de 1979, con gruesas acusaciones de fraude, sinsabores y una partida de campaña herida por las fracturas e insanias cometidas por un grupo de exaltados con plan privado y sin escrúpulos. Asomaba con fuerza y con esos propósitos Alan García Pérez.

Con Armando Villanueva de candidato y con la asociación a la fuerza, a la gresca callejera o a la defensa ocasional que grupos apristas ejercían contra adversarios en las universidades o centros laborales, no podía ser una campaña peor signada por el símbolo del previsible fracaso que ocurrió en 1980.

La intuición de Fernando Belaunde le hizo exclamar luego que ese octubre aciago de 1979 designara o mal eligiera aspirante a la presidencia a Villanueva, que su camino de retorno a Palacio se pavimentaba no por sus aciertos sino por los errores en que transitaba con ceguera el aprismo.

Desde 1968 a 1980 habían pasado casi 12 años. En 1969, de haber habido elecciones como estaba previsto, Víctor Raúl hubiera ganado sin mayores problemas. El belaundismo estaba escindido. El odriísmo en ruinas. Los comunistas y socialistas siempre fragmentados. El PPC fue, cuando existió, un partido de abogados potentados en Lima.

Con sus aciertos, que los tuvo, y yerros, múltiples el gobierno militar debió ceder ante la presión popular manifestada por la acción en las calles de los sindicatos y del pueblo que demandaba el retorno de la civilidad y el jalón fundamental fue la huelga nacional del 19 de julio de 1977, entonces desde Bolivia e impedido de volver al Perú por el cierre de la frontera, contemplaba cómo era de fuerte la energía y protesta del pueblo.

La Asamblea Constituyente fue otro jalón extraordinario y que tuvo entre otras virtudes la posibilidad que Haya de la Torre en su ancianidad se mostrara como un elder statestman, veterano hombre de Estado, y muchos de sus votantes no apristas, reconocieron en su larga trayectoria, la de un hombre de indudable carisma y atractivo para tirios y troyanos, unos le adoraban y otros odiaban, pero era imposible dejar de entender entonces que 50 años habían girado en torno a su trabajo político en tiempos que los peruanos tenían 3 opciones: encierro, destierro, entierro.

Cuando las FFAA presentaron su saludo a Víctor Raúl que llegaba al recinto de Plaza Bolívar, la emoción fue sobrecogedora: los hombres de armas daban la bienvenida al civil que había conducido a una significativa parte del pueblo en la lucha por pan con libertad. La bella escena registra los lagrimones emocionados y temblor inocultable de Haya enfundado en abrigador sobretodo y su mirada conmovida en el acto. Estudiante universitario era por esos años y no pude, como no pudo hacerlo nadie, sino sucumbir ante la hidalguía de una especie de abrazo simbólico entre todo el Perú.

Pero la procesión iba por dentro del partido aprista. Dice el refrán: cuando el gato se va, los ratones están de fiesta.

En julio de 1979, el partido llevó a cabo un congreso que, y casi nadie quiere decirlo en voz alta, anticipaba el rosario de equivocaciones que llevaron a la colapsante derrota de 1980. Una conclusión grotesca fue la de consagrar el libro El Antimperialismo y el Apra, escrito en 1928 y publicado en 1933 en Chile, como una especie de catecismo intocable y macizo. Si bien es cierto lo que Haya anticipó en su valioso documento continúa siendo pilar inamovible, las consecuencias no pudieron haber sido peores: la insania de no pocos exaltados convirtió automáticamente a 30 años de aprismo, del mismo autor y pluma y publicado años después, en la antípoda, en el libro “conservador”, “enemigo”. El absurdo no podía ser más ridículo y miserable.

Haya siempre había predicado que la aplicación de los libros a la realidad era de una lógica pétrea. Hacer lo inverso, imponer los libros a la realidad, una bestialidad mayúscula. Pero en 1979, en ese congreso, sí se hizo y se pretendía maniqueamente identificar a una corriente aspirante, la de Armando Villanueva con El Antimperialismo y el Apra y a la otra, la de Andrés Townsend Ezcurra, con 30 años de aprismo. Por arte de birlibirloque, por cundería reprobable, el gran partido aprista se convertía en un circo de baja calidad.

El congreso de 1979 proclamó la candidatura presidencial de Haya de la Torre. Todos sabían que la gravedad de Víctor Raúl era irreversible pero los demagogos guardaban una que otra forma aún. El descarado embate de los pillos y delincuentes se vería poco después.

Sospecho que antes de la campaña presidencial de 1980, desde que se inicia la Asamblea Constituyente, se produce al interior del partido, el estallido de las disensiones, preferencias, simpatías. Todo era legítimo mientras que se ciñese a patrones fraternos y muy estudiosos de qué se debía hacer. No fue así, todo lo contrario, se llevó al aprismo al naufragio sin rescate.

¿Necesitaban los apristas seguir siendo el ghetto ciudadano de largos años precedentes en 1980? La respuesta, entonces y ahora, luego de varias décadas, sigue siendo la misma: NO.

La exaltación de figuras de fuerza, gestos de esa misma naturaleza, luego de 12 años de dictadura militar con heridos, muertos, accidentes, colisiones mil, no dejaba margen a duda: seguir en lo mismo atraería resultados desagradables. Fueron casi 800 mil votos los que sacó de ventaja Belaunde a Villanueva en 1980.

Con Haya de la Torre ante todo el país como presidente de la Asamblea Constituyente, el hombre adorado y sublimado por sus partidarios hasta la muerte, dejó de ser patrimonio de los apristas. Víctor Raúl era conocido por hombres y mujeres que jamás habían, por razones de todo jaez, visto quién era ese hombre de quién los padres, tíos, abuelos y mucha gente hablaba con pasión o antipatía. Su don de gentes, bonhomía, acción enérgica en la conducción de la Asamblea y puesta en orden de no pocos adversarios, le dieron esa estatura magistral que ejercía desde las calles y plazas, esta vez desde el primer poder del Estado.

En buena cuenta, el aprismo, su jefe, sus lemas, sus cánticos, su método de acción realista, habíase acercado al hombre común y corriente que descubría también que Haya no era el demonio fulminante de que había escuchado alguna vez. Esta aproximación, de algún modo, reconcilió al Perú.

Hay crónicas y escritos de cómo viejos y feroces adversarios del aprismo y de Haya de la Torre luego de haberle tratado en la Constituyente proclamaban su admiración sincera y hasta confesaban su tristeza de no haberlo conocido antes. Víctor Raúl, por así decirlo, abrió las compuertas de la civilidad a un debate intenso pero constructivo.

Entonces si lo anterior que es hoy casi un juicio sereno, fue verdad, ¿qué razón –o sinrazón- tenían los “genios” de la campaña aprista de 1980 de exaltar ríspidos caracteres, torpezas y llamados a una supuesta fuerza que no era tal sino anacrónico ademán de fanáticos ignorantes o profesionales de la ruina?

Salir del ghetto, apelar a los simpatizantes, hablar con lenguaje claro, de elevado nivel en la conciencia popular, inspirando al esfuerzo ecuménico del pueblo y otorgando confianza eran algunos de los jalones que el candidato aprista debiera tener como imán para ganar el respaldo en 1980. Armando Villanueva no fue ese candidato.

Cruzar los extramuros del encierro en el ghetto, convocar a los mejores espíritus para sacar al país del atolladero, crear con imaginación política alianzas duraderas y con participación de toda la sociedad civil, era el reto por acometer en 1980. Si el aprismo quería ganar, tenía que buscar un imán portador de esas virtudes.

Se ha dicho poco de una participación fundamental desde la construcción del aprismo en los años 30: la mujer militante. Nuestra distinguida compañera psicoterapeuta, dirigente universitaria CUA y militante desde sus años infantiles del aprismo, líder sindical del Congreso y representante ante la Confederación de Trabajadores del Perú, CTP (en momentos duros cuando Fujimori cerró el Parlamento y botó a cientos de trabajadores), Isabel Peña Rodríguez, nos acompaña en este esfuerzo al alimón de redactar un prólogo a ¿El principio del fin?, esforzado trabajo de Félix Camilo Roncal, Hubert Munaro y Samir F. Quispe, a quienes agradecemos esta encomienda fraterna y responsable. Los párrafos que enriquecen este prólogo al alimón pertenecen a su pluma calificada y leal.

“La mujer aprista ha sido y es una expresión de fuerza y coraje, ha tenido un papel muy importante en el trabajo social de nuestro país, manteniendo siempre la firmeza de sus principios ante cualquier adversidad sobre todo cuando los varones caían presos, eran desterrados o asesinados.

La participación impulsora de la mujer aprista desde las organizaciones de base constituyó pilares de creatividad, esfuerzo y solidaridad en la lucha por la mujer y por la justicia.

Justo y necesario mencionar la memoria de muchas mujeres apristas, verbi gracia, la c. Bertha González Posada Eyzaguirre defendió la igualdad entre la mujer y el hombre, e impulsó con éxito la ley a favor de las mujeres de la Guardia Civil del Perú, para que puedan postular a la Escuela de Oficiales y que pudieran obtener el cargo de Comandantes de la PNP.

Entre otras mujeres apristas leales y luchadoras, debo recordar a la compañera Hilda Urízar Peroni de Arias quien fuera ministra en la cartera de Salud.

En los años fundacionales del Partido, la compañera Magda Portal integró el primer Comité Ejecutivo del PAP, así como otras grandes mujeres destacadas y guerreras.

La impronta popular de mujeres combativas como María Luisa Obregón y Agripina Mimbela, entre otras muchas heroínas anónimas del pueblo, descollaron en sus tareas de enlace, aprovisionamiento de municiones y gritos a viva voz, alentando a los combatientes en los diversos frentes del alzamiento popular de julio de 1932, Trujillo, que se recuerda como el año de la barbarie.

Recordar las líneas próximas es un homenaje a todas esas generaciones apristas de mujeres que en la base, en el hogar, en las prisiones, en el encierro o en el destierro, soportaron vejámenes, sufrimientos, dolores, sin cejar en el esfuerzo que las militantes de hoy pretendemos emular con humildad y entereza aún a pesar de tantas adversidades.

Decimos:

Si la humillaciones mi condena, por exigir lo que me es correspondido.
Si la razón se me cuestiona por permitirme no querer pasar al olvido.
Si la libertad de mi alma, me es arrebatada, sin fundamentos, ni causa;
No demoren en pensar que en la lucha seguiremos hasta calmar la sed de equidad que seguirá hidratando nuestros pensamientos.
Anónimo”

Escribí en 1989, en las solapas del libro 50 años de aprismo, de Andrés Townsend Ezcurra, lo siguiente:

“Por todos estos testimonios, este libro resulta indispensable para comprender la historia del Perú en los últimos 50 años y en particular la historia del Apra. No disimula pero tampoco encona, la disidencia principista que motivó su separación de las filas de un movimiento al cual ha tributado y tributa una leal pero crítica adhesión. Los temas variados de este libro, y sus viñetas en torno a personajes claves del medio siglo -varios de los cuales se publicaron en la prensa en momentos significativos- tienen un indudable valor testimonial y están escritos en estilo periodístico y moderno.

Townsend participó activamente en la Asamblea Constituyente de 1978 y fue autor de gran parte del Preámbulo y de artículos tan importantes como los relativos a la definición del Perú como república democrática y social; el deber del Estado de eliminar toda forma de explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado; a la consagración del Derecho de Huelga; a la oficialización de los idiomas aborígenes; a la separación pacífica de la Iglesia y el Estado; de rechazo al imperialismo, al colonialismo y a la discriminación racial; a la doble ciudadanía para latinoamericanos y españoles. Particularmente importante fue el Art. 100 según el cual “el Perú promueve la integración política, social y cultural de los pueblos de América Latina con miras a la formación de una Comunidad Latinoamericana de Naciones.” 50 años de aprismo, Andrés Townsend Ezcurra, DESA, Lima 1989.

Por aquellos años juveniles de los 70 y 80 aprendí de los viejos maestros y supe mediante encuestas, entrevistas, “discusiones” (¿qué iba a discutir con mis modestos veintitantos años a cuestas?) con grandes dirigentes: Haya de la Torre, Townsend, Nico Mujica, Manuel Solano, Angelmiro Montoya, muchos sindicalistas y líderes barriales y obreros, de cómo era menester esforzarse para lograr objetivos y que el congreso era una etapa de denuncia y difusión y que la presidencia apenas un tramo o camino hacia otros planos superiores.

Opiné sí porque Andrés Townsend Ezcurra de inmenso prestigio intelectual y llegada intensa a vastos sectores no apristas, más allá del ghetto y de la frontera partidaria, debía haber sido la llave maestra en la campaña de 1980.

La probanza de que la decisión de octubre de 1979 fue torpe, la dio el resultado final: el Apra perdió por casi 800 mil votos ante Belaunde.

La historia que vino después con las trapacerías de ciertos personajes, llegará pronto. No se encuadra en el meritorio estudio de nuestros 3 autores Roncal, Munaro y Quispe.

Deseo, por último repetir, otro texto breve que escribí años atrás:

“Hasta este año llegó la edición príncipe de El Partido del Pueblo. Historia Gráfica del Aprismo. Acaso, las nuevas generaciones, tengan para sí el honor de continuar una obra tan llena de fe, devoción y amor por lo que el Partido y su gesta significaron para el país.

Luego de penosa enfermedad y después de haber impuesto su dinámica increíble de vitalidad y noctambulismo, el 2 de agosto de 1979, Víctor Raúl partió hacia el puerto sin retorno como polvo en viaje a las estrellas. Millones de peruanos y latinoamericanos, lloraron la desaparición de este ciudadano del mundo. Era, por increíble que parezca, el punto de partida de un cisma que hizo mucho daño y causó las fricciones más lamentables que partido u organización pudieron sufrir. Costó, de alguna manera la presidencia en 1980 y posibilitó que Fernando Belaunde hiciera su segunda administración.

Entre 1985-1990, llegó al gobierno Alan García Pérez y el reto desbordó las capacidades y entusiasmos de entonces. La experiencia aún no ha sido contada del todo y aguarda a que serenos como reflexivos análisis desnuden en toda su crudeza lo ocurrido. No es a mí a quien toca hacerlo.

Creo que hacer un prólogo o una nota a algo que me tuvo entre sus autores, de repente el más humilde, resultaría incompleto si no rindiera homenaje a la figura inolvidable de Andrés Townsend Ezcurra. El nos dejó el 31 de julio de 1994. Se fue sin odios, sin enconos y así lo expresó en su libro autobiográfico 50 años de aprismo que corregí y edité en 1989. Para mí, don Andrés fue un maestro cariñoso y perdonador de muchísimas calaveradas juveniles en que incurrí entonces. Columbré con él al aprismo como una escuela de vida y no reniego ni declino de cuanto aprendí al lado de figuras como Luis Alberto Sánchez, Luis Heysen, Nicanor Mujica, Carlos Manuel Cox, Luis Rodríguez Vildósola, Manuel Solano y tantos otros.

Hoy en la tribuna de más de 40 años, confío en que los más jóvenes entiendan que el aprismo fue y debe ser, o seguir siendo, una escuela para la vida, no para la sensualidad que otorgan los buenos sueldos y las mujeres fáciles o los puestos de favor, sino escultura esforzada de artistas sociales que tienen por meta el cumplimiento de las ambiciones de pan y libertad. Recuerden que esas fueron las banderas de los chicos que cayeron combatiendo en la Revolución de Trujillo y en tantas otras intentonas insurgentes del aprismo.

A los que se fueron, a la memoria gigantesca de Víctor Raúl, en honor al fraterno Andrés Townsend y en nombre de la revolución que el Perú necesita, como dijera más de una vez, Manuel Seoane, entrego estas líneas preñadas de fraternidad, de cariño y tremenda identificación con la tierra peruana que me vio nacer y acaso algún día pueda también, como tantos otros antes, consagrar la lucha y la victoria de mis ideales para el bien del país. Amén.” setiembre 2001, Historia Gráfica del Aprismo


Monday, June 22, 2020

¿Capturar un Estado que ya está capturado?


Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-6-2020

¿Capturar un Estado que ya está capturado?

El Estado y su representante episódico cada 5 años, el gobierno, en Perú no representa a las grandes mayorías. No responde a sus expectativas de justicia, pan con libertad o igualdad. Por el contrario, es vocero de grupos minúsculos que persisten en la creencia que el país es una chacra, ellos son los mandones y el resto debe acatar cuanto se les ocurra y de lo que se trata es ¡que no toquen sus intereses y ganancias!

Para el profesor Francisco Durand “Nuestro estudio sirve para reflexionar sobre un fenómeno no solo poco estudiado sino pobremente comprendido. La captura del Estado, un pernicioso juego de poder contemporáneo, puede ocurrir en democracias o en dictaduras, y es por lo tanto un fenómeno que no está relacionado a un tipo particular de régimen, indicando cómo ciertos poderes, en este caso el corporativo, pueden lograr privilegios y ventajas con gobiernos elegidos o gobiernos de facto. La captura económica o corporativa, sin embargo, preocupa más en las democracias, porque en principio la suma de decisiones debe ser transparente y operar en un sistema de rendición de cuentas y estado de derecho”. Odebrecht, la empresa que capturaba gobiernos, p. 275, Lima, 2018.

La problemática fundamental sobre qué tipo de Estado y para qué, está totalmente olvidada por los clubes electorales, mal llamados “partidos políticos”. A estos grupos interesa colocar presidentes, congresistas, alcaldes, burócratas y copar todo puesto de poder administrativo pero conservando celosamente el status quo. Nada debe moverse o cambiarse porque he allí la gallina de los huevos de oro y ¡de ninguna manera –dicen- hay que matarla!

El Estado y sus gobiernos son cotos de caza de las sucesivas mafias que alternan colocaciones o manejan de manera mixta las riendas de cómo se administra el poder en el Perú y, ciertamente, muy de acuerdo con los genuinos y grandes poderes que dominan al mundo y que determinan qué produce y qué no Perú, cómo cotiza su moneda, qué clase de sistema económico predomina, si extractivista o exportador de piedras, manteniendo al país engrilletado a cánones tradicionales.

Las mafias que gobiernan desde siempre por “linaje”, apellido con autobombo, “tradición” y traiciones en todo orden de cosas: note el lector quiénes rotan de canal en canal, diario en diario, radioemisora en radioemisora, ministerio en ministerio, de gobierno a gobierno y constatará la subrayada repetición de “politólogos, analistas, estrategas, exégetas” que son los mismos desde hace 40 o más años y con una mediocridad disimulada por toneladas de “estudios” o cantinfladas llamadas pautas o carpetas o diseños estratégicos y rimbombancias por el estilo.

¡Los que sí están dentro y en el Estado –y en los gobiernos- son los tecnócratas sin dios, ni patria ni ley- y no se asemejan a los anarquistas puros y honestos, y que se dieron un capítulo especial en la llamada Carta Magna de 1993 poniendo al Estado como apéndice prescindible y cuasi inútil. Desde entonces el capitalismo salvaje, la explotación del hombre por el Estado y por el hombre es ley sin derechos para las grandes mayorías ni quién los defienda porque todos los poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, están en su contra.

El manto aparente de legalidad es la jurisprudencia de minorías insolentes, discriminadoras y deshonestas que no dudan en hacer leyes desvergonzadas, indemnizarse a sí mismos y prestarse dinero por cientos de millones a bajo interés cuando ellos colocan ese dinero a más alto porcentaje con perjuicio de los clientes. ¡Qué les importa! Reactiva, pocos días atrás, ha sido la demostración más infame de cómo las mafias alimentan sus organismos sin que nadie pueda pararlos.

Los que no pertenecen a las mafias, los negocios independientes, acostumbrados a no pagar coimas, los que se ciñen a las leyes de los organismos de arbitraje, esos, hoy por hoy, corren el peligro de hundirse y con ello provocar el naufragio de cientos o miles de familias a lo largo de todo el Perú.

La tarea del poder y cómo obtenerlo debiera ocupar un plano central en las preocupaciones y ambiciones de la política peruana. “Olvidar” el tema es obsequiarlo –como sucede hoy- a las mafias que hacen lo que les viene en gana.

Friday, June 19, 2020

LAP-AIJCH: reapertura o resolución del contrato de concesión


Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
19-6-2020

LAP-AIJCH: reapertura o resolución del contrato de concesión

¿Por qué a la fecha la concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners (LAP) no ha presentado el Protocolo de Reapertura del primer terminal peruano? ¿Están presionando para conseguir ayuda de Palacio?

El especialista en derecho aéreo, Julián Palacín expresó: “Si LAP no quiere presentar el Protocolo de reapertura del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH) en cumplimiento a las cláusulas del Contrato de Concesión del AIJCH, estaría incumpliendo una obligación fundamental del mismo.

Palacín adelantó, además, que “el Estado peruano podría resolver el Contrato de Concesión por incumplimiento… sería importante que el ministro de Transportes, Carlos Lozada y el FONAFE den instrucciones al directorio de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC), para que prepare un Plan de Contingencia con el Protocolo de Reapertura del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez e inclusive vía Decreto Supremo de Urgencia se podría encargar a CORPAC que con su personal asuma el mando de la reapertura del AIJCH”.

En casi 20 años de concesión, Lima Airport Partners (LAP), ha facturado algo más de 5 mil millones de dólares, con utilidades no conocidas, mínima inversión y conformando una empresa solvente para cumplir sin excusas ni pretextos el contrato que estipula una II pista para el Aeropuerto Jorge Chávez y que hasta hoy no existe.

“Se tiene conocimiento – agrega Palacín- que a la fecha LAP no ha presentado el Protocolo de reapertura como una forma de exigirle ayuda económica financiera al Estado peruano, que como si fuera poco en 2 décadas le ha aprobado todas las adendas que solicitaron, especialmente la del monopolio en perjuicio del turismo peruano y el aumento exorbitante de las tarifas aeroportuarias, que ha tenido que absorber la industria aérea, que a su vez se lo ha trasladado al pasajero en el costo de los billetes de pasajes”.

¿Por qué no se ha construido la II pista del Aeropuerto Jorge Chávez? Son dos décadas casi y las argucias son múltiples, las adendas son 7, todas pedidas por el concesionario LAP y a su favor también. ¿Hay buena fe o dilaciones inexplicables? De cualquier manera casi 20 años parecen muchos para un asunto que no debía tomar como máximo sino 3 ó 4.

Para muestra de transparencia lo obtenido por LAP el 2003:

“La muy polémica IV Addenda introdujo cambios muy sensibles al contrato de concesión. Entre otras precisiones:

"En el caso de que los avances tecnológicos existentes al momento en que deba iniciarse la construcción de la segunda pista hagan inútil o parcialmente inútil, la construcción de la misma, el Concedente contando, previamente, con la opinión técnica de OSITRAN podrá modificar o sustituir la obligación del Concesionario de construir la segunda pista. Esta facultad es exclusiva del Concedente y deberá ser ejercida a más tardar doce (12) meses después de la culminación del procedimiento de entrega." 23-5-2013, LAP: ¡II Pista para el 2020!* http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/lap-%C2%A1ii-pista-para-el-2020

Un tema de dignidad ante las presiones reales o presuntas, si LAP no presenta el Plan de Reapertura que Corpac se haga cargo y que el Estado peruano resuelva el contrato de concesión del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.

Suficiente es el tiempo transcurrido.

Thursday, June 18, 2020

¡Repartiendo la torta y la regla de oro!


Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
18-6-2020

¡Repartiendo la torta y la regla de oro!

¿Se acuerdan cuál es la regla de oro? En Perú quien tiene el ORO hace la regla.

Es decir quienes cortan el jamón de las finanzas, manejan los altos puestos de cualquier administración y son los palafreneros de los de afuera, hacen lo que más conviene a sus millonarios bolsillos. ¿De qué otro modo se entiende que Reactiva y fondos ingentes hayan ido a parar a intereses bajísimos a bancos, miedos de comunicación, clínicas, estudios abogadiles especialistas en regalar al Perú en generosas porciones y para las Pymes un irrisorio porcentaje?

Ha dicho la titular de Confiep, esa especie de oficina regia de las transnacionales, que se puede perforar la estabilidad jurídica y no sé qué más cosas, si se toma en cuenta el conjunto de medidas propuestas por el Congreso. La señora entona el cántico clásico: azúcar caro y cholo barato, despedida perfecta y bajos intereses para los señorones cuyas fortunas, de ser auditadas, delatarían no pocas sorpresas.

El genuino espectáculo que brinda el escenario peruano no deja lugar a dudas: unos pocos privilegiados mandan, hacen y deshacen; el resto mira, sufre, abomina pero NO puede hacer nada. O muy poco. Tal la desorganización de la sociedad civil cuya diáspora alientan sin rebozo los miedos de comunicación, todo con tal de perpetuar un país de confundidas gentes.

¿Qué puede hacer la ñañita que “pilotea” el MEF? Habría primero que preguntarse si fue entrenada para otra cosa que proteger la formalidad que custodia el sistema de intereses altos para los de arriba y que no se muevan ¡un ápice! ¿Son bondadosos los bancos y los agentes financieros que reprogramaron la deuda de cientos de miles de clientes? ¡Para nada! Aquellos podrían vivir ¡sin cobrar un centavo! de todo lo que sí han abusivamente exaccionado con decenas de tasas a los usuarios en los últimos 30 años.

El crimen estriba en que ¿cómo pueden los bancos e instituciones financieras, clínicas y estudios de abogados, miedos comunicativos, contraer préstamos del pueblo peruano, vía el Estado, con intereses bajos, cuando ellos y sus servicios siguen con precios inconmovibles? ¿Alguien sabe si los bancos bajaron las tasas que aplican a todo cuanto pase por su dintel usurero?

El presidente Vizcarra afirma su sorpresa que empresas cuestionadas por lavado de activos accedan al dinero de Reactiva. ¿Y qué ha hecho para parar el asunto y meter en la cárcel a los agentes y operadores de esta estafa? Que se sepa, no gran cosa, si algo.

La oposición o lo que así se llama, se solaza endilgando a Vizcarra todos los males del Perú, los actuales, pasados y los que vengan, por si acaso. Como si eso contribuyera a una construcción social porque no son mas que los resuellos de grupos trogloditas y embusteros capaces de vender no sólo a sus respectivas madres, sino de discutir ¡hasta el precio!

Los clubes electorales ya están alentando candidaturas aquí o acullá. Los miedos de comunicación hacen lo suyo y nos embuten a unas personas cuyo único talento consiste en saber decir idiotez y media. Indaguemos por su concepción integral del Perú y arribaríamos a las sorpresas más desopilantes: gran parte de aquellos ¡ni siquiera conoce más allá de Lima!

La falta de programática política es sensible. Sabemos sí que hay nuevas y superiores propuestas que incluyen a la salud mental como política de Estado y en búsqueda de un Perú justo, culto y libre.

Mientras tanto y en los días que corren, hay que aguantar los plañideros lamentos de quienes profesan la estabilidad jurídica. ¡Pamplinas! ¿Qué es la estabilidad jurídica?: ¡Aquella que sirve para que el azúcar siga caro y el cholo, más barato!



Wednesday, June 17, 2020

I can’t breathe: el racismo estructural en Estados Unidos


Crónicas corovirales 9

I can’t breathe: el racismo estructural en Estados Unidos
por Jorge Smith Maguiña@ kokosmithm@hotmail.com

17-6-2020

“I can´t breathe” (no puedo respirar) fueron algunas de las últimas palabras pronunciadas por George Floyd, al ser asfixiado por un policía que durante casi 9 minutos, tenía su rodilla sobre su cuello causándole la muerte en circunstancias en que ya se encontraba en el suelo, neutralizado y esposado. Esas palabras desesperadas de Floyd, son sin duda las mismas y últimas palabras que no pueden pronunciar, rodeados muchas veces de una inmensa soledad,  los ya más de 103,000 norteamericanos que ya han muerto en esta pandemia.

Este penoso episodio, es una muestra de la persistencia del problema del racismo estructural y que no han sabido resolver los Estados Unidos en casi 250 años de independencia (que se cumplen en 2025) es lo peor que ha podido acontecerles en medio de esta pandemia. Con un presidente como Trump, exacerbando en diversas formas, con impulsivos twiteos todo tipo de brechas y en pocas palabras metiendo leña al fuego en el tratamiento de los inmigrantes y otras minorías y encima teniendo a la mayor parte de la prensa como enemiga, era de esperarse que esto reventara de un momento a otro.

El último caso que generó protestas, revueltas y saqueos de todo tipo fue en 1992, en Los Angeles. Fue con el caso de Rodney King, cuando los policías que lo golpearon salvajemente fueron absueltos, al final del proceso. Los personajes titulares de estos dramas como el de Minneapolis, son parte de un libreto ya conocido y es el tema de los abusos de la policía hacia los afroamericanos. Lo que ocurre, es que de más en más, y con más frecuencia estos casos se han ido repitiendo estos últimos tiempos. Han habido no solo excesos en el uso de la fuerza, sino también muertes. En el mes de febrero Ahmaud Arbery fue muerto por dos vigilantes en una situación todavía poco esclarecida y hacía pocas semanas una mujer afroamericana Breona Taylor, fue herida de muerte por dos policías, que allanaron por error su departamento.

Estas “negligencias” son ya, demasiado frecuentes por decir lo menos. La prensa evidentemente los releva, pero al agotarse estos hechos como noticia y con el flujo incesante de información diversa, y mas aún con el tema de la pandemia que ha estado copando todos los noticieros estos últimos meses, los abusos policiales hacia los afroamericanos han pasado a segundo plano o al olvido.

Pero esta vez, la gota colmó el vaso en forma excesiva, grotesca y fea. Prácticamente la muerte de George Floyd, ha sido un asesinato a sangre fría. En pocas palabras hemos asistido a un linchamiento, que era lo que hacían los fanáticos del ku klux klan, cuando de tiempo en tiempo, sin razón alguna cogían a un afroamericano y lo ponían en una hoguera y le prendían fuego. Esta vez no hubo fuego sino la sangre fría del policía Derek Chauvin, que con la presencia pasiva de otros tres policías, que evidentemente sabían lo que estaba ocurriendo, dejaron que se extinguiese la vida de Floyd.

La grotesca situación fue filmada por varios pasantes desde diversos ángulos y cuando las imágenes salieron a la luz, un país ya traumatizado por las muertes y el miedo al contagio del coronavirus, no podía creer lo que veían sus ojos. Sí, eso estaba ocurriendo en los Estados Unidos, en vivo y con testigos. No bajo un gobierno totalitario sino en el país que se vende a sí mismo, como el país donde “ni el presidente se salva de la ley”, un país donde pretendidamente solo basta ser un “hard worker”(ser muy trabajador) para lograr por lo menos en parte, lo que se denomina el sueño americano.

Esas imágenes de la agonía y la muerte de George Floyd, de una muerte absurda y evitable, creo que han destruido para siempre la imagen un poco ingenua que muchos tienen de los Estados Unidos. Un país excepcional en muchos aspectos y que ha tenido en un lapso relativamente corto de tiempo un destino portentoso. Es un país, formado por un pueblo hacendoso, sencillo y generoso, con un aparente “melting pot” (crisol de razas) consolidado, pero donde algunos núcleos de la gente de raza blanca, han querido mantener siempre una especie de supremacía.

En los Estados Unidos poco a poco, después de la guerra civil, se fue consolidando una estructura social flexible y porosa que siempre aplaudió la iniciativa y el éxito individual, algo típico en un país de pioneros, pero al mismo tiempo se fueron consolidando también una serie de iniquidades, bolsones de segregación racial que todavía no han sido extirpados totalmente. Estas brechas muchas veces invisibles son de diversos tipos, son parte del sistema y hasta cierto punto son el sistema mismo y por su banalización la gente los fue aceptando como algo natural. En estas condiciones, las diversas formas que tenía o tiene la segregación racial, eran algo así como el polvo que se barría bajo la alfombra, y que de tiempo en tiempo, cual un volcán, explotaban con sus fisuras grotescas y contundentes. Hay muchos responsables de esto, pero la responsabilidad es de los políticos sobre todo, que no lograron dar leyes realistas para terminar con la lacra de la segregación y eso que han transcurrido, casi 150 años de bonanza económica casi ininterrumpida después de la Guerra Civil, salvo la recesión de 1929 y sus consecuencias.

El desarrollo económico de los Estados Unidos, con algunos altos y bajos, se convirtió sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, en el referente de todos los países que querían tener un desarrollo económico como el de ellos, con su nivel de ingresos y de consumo envidiable, su alta tecnología y su industria del entretenimiento. Todo esto siempre ha atraído como un imán a inmigrantes de todo el mundo.

El encuentro de George Floyd y el policía Derek Chauvin era el encuentro de los dos eslabones extremos del sistema norteamericano. El policía que es el último eslabón para defender el orden establecido y está empoderado para imponer el imperio de la ley a cualquier precio y por otro lado, el otro extremo de la escala social, el ciudadano negro sin trabajo, pues había sido licenciado por los recortes laborales en las empresas a causa de la pandemia.

La responsable de una tienda a la cual fue a comprar que no quiso recibirle un billete que le parecía falsificado y con el cual Floyd quería pagar una compra, llamó a la policía y allí comenzó el drama. Hubo un uso indebido y excesivo de la fuerza, desproporcionado para el pretendido delito de tratar de pagar con un billete falso. Pero la consecuencia fue su muerte y que se produjo en condiciones grotescas. De no haberla habido, quizás no hubiese quedado ni registro policial, ni periodístico de los hechos.

El hecho ocurrió en Minneapolis, en el estado de Minnesota. Este estado tiene el curioso apelativo de ser sede del MINNESOTA PARADOX. La paradoja que consiste en el hecho de que aún si Minnesota es un estado donde los ciudadanos tienen ingresos relativamente altos, aun para los estándares de los Estados Unidos, el hecho de que sus habitantes tengan una larga esperanza de vida, de que actualmente sea sede de muchas y florecientes empresas e industrias y que también tenga una envidiable vida cultural e instituciones educativas de calidad, dicho estado tiene justamente algunas de las brechas más pronunciadas cuando se compara la situación de la población blanca con la población afroamericana.

En el caso del estado de Minnesota, por ejemplo de los habitantes blancos 75% de ellos son propietarios y solo 23% de los afroamericanos lo son, y que lo que podríamos llamar pobreza toca allí a solo 7% de los blancos y a 32% de los afroamericanos y en las actuales circunstancias de cierre de empresas y una reactivación de actividades laborales que solo se inicia tímidamente la desproporción en el desempleo entre blancos y negros  es flagrante.

En un contexto de pandemia, donde las víctimas ya rebasan los 110,000 y el desempleo ya toca por lo menos a más de 40 millones de norteamericanos, nos encontramos frente a un contexto explosivo, donde cualquier chispa puede hacer incendiar la pradera y es lo que ha ocurrido. En un contexto como el actual de crisis sanitaria y económica, a la desigualdad de oportunidades se agrega justamente la segregación. Una cosa alimenta a la otra indistintamente.

En Minnesota como en muchos lugares de Estados Unidos, si eres afroamericano tendrás menos posibilidades de obtener un crédito, y estarás por lo mismo limitado para avanzar como emprendedor, si quieres comprar una casa en tal lugar o un condominio tendrás que pasar por la aprobación de los otros vecinos. Siempre llevas las de perder.

La nueva Ley de Derechos Civiles (Civil Rights Act) que fue firmada por el presidente Lyndon Johnson en 1964, no disminuyó en mucho la segregación estructural que ha persistido en los Estados Unidos los últimos mas de 65 años después de esa fecha. La situación fue siempre tensa aún inmediatamente después de 1964. Las leyes que vinieron y no se implementaron debidamente dejaron  muchos hilos que quedaron en el aire, Siempre han habido protestas, revueltas y excesos. No olvidemos que la muerte de Martin Luther King Jr. en 1968, que dio lugar a mas de 130 movimientos de protesta y que sumaron unos 100 en la misma semana de su asesinato.

El mismo pastor Luther King era un apóstol del pacifismo y quería que los logros paciente y dolorosamente alcanzados por la población de color de los Estados Unidos no se perdiesen a causa de grupos intransigentes y revoltosos. Lamentablemente los cambios radicales no se dieron y el racismo sistémico se fue consolidando en los Estados Unidos. Comenzaron a haber igualdad de oportunidades en muchos campos para los afroamericanos, acceso a cargos en la corte suprema, elección de diputados y senadores, de alcaldes elegidos en la mayor parte de las grandes ciudades, altos cargos en las universidades y una presencia muy visible de ciudadanos negros en la industria del entretenimiento, pero el ciudadano de a pie siguió siendo objeto de esa segregación en el sistema.

El presidente Obama con su habitual lucidez y con palabras dolorosas lo ha manifestado al pronunciarse después del grotesco episodio de Minneapolis. Sus palabras son claras: “Para millones de norteamericanos, el ser tratados en una diferente manera a causa de su raza, es una constatación trágica y dolorosa. En pocas palabras es lo “normal” tener que sufrir discriminaciones entres campos específicos a) Cuando se solicita algún servicio de salud; b) Cuando hay que hacer algún procedimiento en el sistema criminal de justicia y; c) cuando simplemente estás ejerciendo tu derecho de pasearte por un parque”.

En toda ocasión si eres afroamericano eres sujeto a prejuicios o eres sospechoso de algo. La sociedad te condena por adelantado.

Esto en el plano del comportamiento policial poco a poco se ha ido consolidando y con algunas modificaciones ha dado incluso lugar a la teoría de la “inmunidad calificada” que de alguna manera, le permite a la policía ser protegida de cualquier abuso en el ejercicio de su actividad. Una decisión de la Corte Suprema dada en 1967, sostiene que si un policía comete un abuso, no lo hace de mala fe. Además dicha decisión pretendía que los policías deberían de ser protegidos de acusaciones penales sin fundamente alguno.

Ellos mismos, los policías tienen un espíritu de cuerpo, si algunos de ellos comete algún abuso. Es una concepción perversa y mal comprendida de lo que se denomina “law and order” (ley y orden), que ya había enarbolado el presidente Nixon hace unos 50 años, pero que no defendía con la intransigencia de Trump, que ha ido incluso a la desfachatez de querer imponer el orden en las calles de los Estados Unidos con el ejército, ganándose la oposición explícita de muchos gobernadores y no pocos militares, entre los cuales, su propio ministro de defensa.

Esta situación de violencia represiva no es monopolio de la policía de los Estados Unidos. En países como en Perú ha habido hasta violaciones en comisarías y las cosas han quedado en nada. Un arresto de algunos días, una separación del cargo al pretendido policía culpable o un envío por algún tiempo a un distrito perdido por un tiempo y las cosas continúan como antes. Si hay excesos de algún tipo, lo usual en algunos casos es que el ministro vaya a dar las explicaciones al Congreso y allí terminan las cosas, y la velocidad con que transcurren los eventos hace que la gente se distraiga en otras cosas.
                                                                                                       
Casos de homicidio racial como el ocurrido con el asesinato de George Floyd en Minneapolis son raros en América Latina, pero tenemos un equivalente grotesco a esos crímenes raciales, como lo son los feminicidios, en los cuales es el poder judicial que es vaporoso y no castiga con la celeridad y con el rigor que se debiese dichos crímenes contra las mujeres y que en Perú han alcanzado proporciones epidémicas.

“NO JUSTICE, NO PEACE”  (Sin justicia, no habrá paz) es lo que dicen muchas de las pancartas en las más de una docena de ciudades de los Estados Unidos en que ha habido a causa de la muerte de George Floyd, revueltas de todo tipo, algunas mas graves que las otras y dado el contexto de penuria económica con su agregado de saqueos y con su componente de rabia de incendio de comisarías, vehículos policiales y daño a la propiedad privada. La mayor parte de las veces sin embargo han sido marchas pacíficas y lo sorprendente esta vez, era que no solo había población negra, sino también mucha gente blanca, jóvenes sobre todo y también muchas mujeres.

Lo que está ocurriendo es una conciencia generalizada del hartazgo, de una sociedad que cree que se puede vivir indefinidamente contradicciones flagrantes, con una moral doble y valores caducos que ya no dan para más. La doctrina de la inmunidad calificada ya no es digerible, sobre todo cuando frente a lo grotesco de un crimen racial se tarda en dar una medida correctiva. Eso desata una cadena de violencia que está lejos de terminar y que contamina otros ámbitos.
                                                                 
El viernes 29 fue un día que será recordado por muchos episodios inéditos. Una multitud enfurecida quiso enfrentarse a la policía frente a las mismas rejas de la Casa Blanca en Washington, y ya en la mañana, en Minneapolis, un reportero de CNN había sido detenido por algunas horas, aun cuando tenía todas sus credenciales. En la tarde de ese mismo día por paradojas de la vida un grupo de policías se refugió en las instalaciones principales de CNN en Atlanta, mientras una turba encolerizada rompía los vidrios y lanzaba objetos contra los policías y quienes se encontraban dentro del edificio.

Ese 29 de mayo estábamos literalmente frente al espectáculo de cómo se desmoronan poco a poco, algunas legitimidades, que han tomado decenios en construirse. Los ejemplos no podían ser mas claros: Un periodista arrestado sin razón alguna y por otro lado la gente apedreando y rompiéndole lunas a CNN, que de alguna manera con el New York Times y el Washington Post, son los baluartes de la libertad de prensa. Esa era una muestra palpable que los ciudadanos de más en más no se sienten realmente protegidos por los policías, pero también desconfían de la prensa y qué decir, se sienten desprotegidos por el poder judicial. Estábamos asistiendo en vivo al desmoronamiento de algunos de los valores esenciales en que se sustentan las democracias.   
                                                                                                
En horas de la tarde del viernes 29, también el asesino de Floyd, el policía Derek Chauvin fue hecho prisionero y se le hizo una acusación por crimen en tercer grado. Nadie estuvo contento con esa acusación, que de alguna manera doraba la píldora y era una prueba flagrante de la “inmunidad calificada”. Muchos decían que si la víctima hubiese sido un blanco, habría sido detenido inmediatamente y no días después. Además la acusación, excluía a los otros tres policías que habían sido testigos de la acción criminal de Chauvin, que asfixió hasta matarlo a Floyd. Todos pedían que se levantasen también cargos contra ellos y desde ya, que fuesen separados de sus puestos. Lo que los manifestantes pedían también era que se subiese de rango la acusación, que se considerase homicidio de segundo o primer grado.

Como vemos, el sistema con sus diversas grietas se encuentra esta vez arrinconado y mordiéndose la cola. La gente está harta en los Estados Unidos y en cualquier parte, que con leguleyadas procesalistas o triquiñuelas jurídicas, aquél que consiga un buen abogado puede pagar la caución o puede quedar libre. La prueba de la dudosa legitimidad del sistema es que sin medir las consecuencias de su decisión el juez pidió a Chauvin una caución equivalente a los 500,000 dólares. No es una suma excesiva en los Estados Unidos y por lo mismo hubiese podido ser puesto en libertad. Por paradoja ese mismo viernes 29 de mayo, se lanzó al espacio por primera vez un cohete tripulado en una operación financiada totalmente por iniciativas privadas. Esto se hizo incluso con la presencia del presidente Trump. Esto abre las puertas para el esperado turismo espacial. Es prueba también de la vitalidad del emprendimiento privado y del avance tecnológico de esta gran nación que son los Estados Unidos y que tiene la gran virtud de reinventarse, pero que mientras no resuelva ese racismo sistémico que arrastra, difícilmente llegará a ser el país en el que soñaron los padres fundadores Washington y Jefferson y con más precisión Lincoln y Roosevelt.
 
Hace algunos años, asistí en Filadelfia, a un evento donde la oradora principal fue Angela Davis. Había leído sus memorias y algunos libros de ella y conocía la trayectoria de esta extraordinaria mujer, que ya era una celebridad a los 26 años. Ella, brillante estudiante, había iniciado su tesis doctoral con Theodor Adorno y fue asesorada después nada menos que por Herbert Marcuse, en suma dos de los mas lúcidos exponentes de la llamada escuela de Frankfurt, gracias a cuyas tesis hemos podido descubrir mejor, cómo detrás de las formas rimbombantes y de la vacuidad bulliciosa de la modernidad, se esconden las grietas profundas que se perennizan en la sociedad occidental sobre todo. La gran Angela Davis se había nutrido de todo esto, pero mujer de acción por sobre todo, se convirtió en una activista política apoyando las reivindicaciones de todo tipo, desde los derechos civiles, los derechos de las mujeres, las minorías y la lucha contra la segregación racial en todas su formas.

Al terminar la conferencia, al verla pasar a unos metros de donde me encontraba, veía la increíble seguridad y simpatía que irradiaba esta mujer que en su juventud deslumbraba por su rara belleza, sumada a su exquisitez intelectual. Ella, a quien le habían dedicado canciones los Rolling Stones y John Lennon y también Pablo Milanés, tenía una presencia especial y caminaba como una estatua viviente, entre los jóvenes negros, que la miraban con ojos llenos de admiración, todos querían estar lo más cerca de ella, estrecharle la mano o por lo menos tocarla.
                                                                                          
Ese mismo viernes 29 de mayo, mientras veía sorprendido lo que estaba ocurriendo en los Estados Unidos, me preguntaba qué estaría pensando Angela Davis de estos acontecimientos y recordé que en algún momento en aquella  conferencia en Filadelfia ella dijo esas palabras hoy tan actuales. “Solo tendremos paz racial algún día, si hay justicia”. Recordé también y volví a leer, aquella carta abierta, que cuando Angela Davis fue llevada a la prisión en 1970, hace ya 50 años, le escribió el gran escritor afroamericano James Baldwin. De esa carta transcribo los últimos tres párrafos y que dadas las actuales circunstancias en su desgarradora lucidez, muestra el drama, todavía perenne de la segregación racial:

“Sabemos que nosotros, los negros, y no solo nosotros, los negros, hemos sido y somos víctimas de un sistema cuyo único combustible es la avaricia, cuyo único dios es la ganancia. Sabemos que los frutos de este sistema han sido la ignorancia, la desesperación y la muerte, y sabemos que el sistema está condenado porque el mundo ya no puede permitírselo, si es que alguna vez podría haberlo hecho. Y sabemos que, para la perpetuación de este sistema, todos nosotros hemos sido brutalmente golpeados y no nos han contado más que mentiras, mentiras sobre nosotros, nuestros parientes y nuestro pasado, y sobre el amor, la vida y la muerte. Es como si desde el inicio, nuestra alma y nuestro cuerpo, hubiesen estado atados al infierno.

La enorme revolución en la conciencia negra que ha ocurrido en tu generación, mi querida Angela, significa el principio o el fin de los Estados Unidos de América. Algunos de nosotros, blancos y negros, sabemos cuán alto es el precio que ya se ha pagado para crear una nueva conciencia, un nuevo pueblo, una nación sin precedentes. Si sabemos y no hacemos nada, somos peores que los asesinos contratados en nuestro nombre.

Si somos verdaderamente conscientes de esto, entonces debemos luchar por tu vida como si fuera la nuestra, y por lo mismo impedir con  nuestros cuerpos que te lleven por el corredor hacia la cámara de gas. Porque, si te llevan a ti por la mañana, vendrán a llevarnos a nosotros también esa misma noche.”