Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-7-2005
Convemar: ¿criollada o traición?
La Cancillería, así lo ha afirmado su titular, Manuel Rodríguez
Cuadros, anunció que "se viene una nueva propuesta al Congreso de la
Convención del Mar para salir del entrampamiento. Proponemos
compatibilizarla con nuestra Constitución, planteamos un continuo
denominado dominio marítimo". ¿En qué consistiría esta especie
novísima? El integérrimo embajador, patriota indoblegable y fiero
polemista, Alfonso Benavides Correa dijo: "La tramposa iniciativa
consiste en que el Perú se adhiera a la Convemar y paralelamente el
Congreso declare la soberanía y jurisdicción sobre las 200 millas,
pero ¿cómo adherirnos sin agraviar el artículo 54 de la Carta Magna?
Debe entenderse que este acuerdo internacional es absolutamente
incompatible con la Constitución y, de ser aprobado, inmediatamente
nuestra soberanía marítima sería reducida a 12 millas".
Rodríguez contra Rodríguez
Meses atrás, el propio e ilustre canciller Manuel Rodríguez me dijo:
"no me voy a romper los cachos por la Convención del Mar". ¿Qué le
hizo cambiar de posición tan diametralmente? Es más, él había recibido
notificación demostrativa personal que sí había colusión del Artículo
3 de la Convemar que dice a la letra: "Todo Estado tiene derecho a
establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no
exceda de las 12 millas marinas....", con el artículo 54 de la
Constitución del Perú que dice: "El territorio del Estado es
inalienable e inviolable. Comprende el suelo, el subsuelo, el dominio
marítimo y el espacio aéreo que los cubre. El dominio marítimo del
Estado comprende el mar adyacente a sus costas, así como su lecho y
subsuelo hasta la distancia de doscientas millas marinas medidas desde
las líneas de base que establece la ley. En su dominio marítimo, el
Estado ejerce soberanía y jurisdicción, sin perjuicio de las
libertades de comunicación internacional, de acuerdo con la ley y con
los tratados ratificados por el Estado. El Estado ejerce soberanía y
jurisdicción sobre el espacio aéreo que cubre el territorio y el mar
adyacente hasta el límite de las doscientas millas, sin perjuicio de
las libertades de comunicación internacional, de conformidad con la
ley y con los tratados ratificados por el Estado."
Criollada deleznable
De acuerdo a la denuncia planteada por Alfonso Benavides Correa el
gobierno estaría violando la Constitución porque procuraría "tras la
aprobación de esa iniciativa (adhesión del Perú a la Convemar), se
adicione al artículo 54 un último párrafo en el que se establecería
que en caso de existir un conflicto entre una norma constitucional y
un tratado internacional, prevalecería el tratado". ¡O sea que en este
país vamos a tener una Constitución llave en mano para satisfacer los
apetitos interesados de ciertos sectores que no saben cómo
desprenderse de ciertas sospechas que les sindican como traidores a la
patria por su claudicación en la defensa de los límites nacionales!
¿Quién o quiénes le han hecho meter la pata de este modo tan clamoroso
al canciller Manuel Rodríguez Cuadros?
Cuentos chinos
Rescatando lo que dice una asesora del canciller Manuel Rodríguez
Cuadros, Marisol Agüero Colunga, (Consideraciones para la delimitación
marítima del Perú, p. 212) escribí meses atrás: "Ni el Perú necesita
adherirse a la Convención del Mar para delimitar su frontera marítima
con Chile ni es menos cierto que el país del sur "ha rechazado
expresamente el sometimiento de cualquier controversia relativa a la
delimitación de las zonas marítimas entre Estados con costas
adyacentes o situadas frente a frente a los procedimientos
obligatorios conducentes a soluciones obligatorias previstos por la
Convención".
Es decir: Chile no va a negociar NUNCA en términos de la Convención
del Mar a la que ellos han adherido con esta negativa específica y de
la que el Perú no requiere para tratar con este país." Jamás fue
refutada esta afirmación porque Chile lo ha expresado de modo
categórico. Por tanto, la Convemar no sirve para el tema ríspido y
pendiente de la delimitación marítima con Chile.
Serios cargos
El embajador Alfonso Benavides ha dicho que "lo que ocurre es que
lamentablemente el canciller Manuel Rodríguez Cuadros cree que los
peruanos somos unos idiotas. Los planteamientos del gobierno son
absolutamente incoherentes y sólo buscan confundir al Congreso y a la
ciudadanía". ¿Será cierta tan delicada precisión? ¿Lo creerá así el
titular de RREE porque suele rodearse de malos consejeros que le
calientan la oreja, le infunden temores y chismes y le hacen equivocar
con características monumentales como en este caso? Le dije
personalmente a mi amigo el canciller, que este era un tema que
merecía un esclarecimiento nacional y popular. Que no podía ser coto
de caza de unos cuantos vivos que viven de las donaciones
internacionales y que aquí representan a las transnacionales. Por eso
respondió que "no se iba a romper los cachos por la Convemar".
Tapadera y nada más
Mi impresión es que cualquier adefesio como el propuesto y llamado
pomposamente "continuo dominio marítimo" requiere de una reforma
constitucional. ¿Puede un Congreso que no representa a nadie y que es
repudiado todos los días y a toda hora, atreverse a manejar un tema de
límites para el cual se requiere de la indispensable consulta popular?
¿Con qué derecho y bajo qué pretextos puede un Congreso que hace de la
elección del Defensor del Pueblo, una etiqueta con nombre propio y
dedicatoria amorosa, discurrir por un cambio constitucional que mutila
el Mar de Grau de 200 a 12 millas?
¿No se oye padre?
Ha poco denuncié cómo en las conversaciones entre Perú y Chile, para
el cumplimiento del Acta de Ejecución del Artículo 5to del Tratado del
3 de junio de 1929, y que fueron llevadas a cabo en noviembre de 1999,
el "equipo negociador" se olvidó adrede del mapa que contenía el plan
de remozamiento portuario de Arica que negoció el presidente Leguía
con los chilenos en abril de 1929. Y que el embajador Jorge Valdez,
secretario general de la Cancillería entonces, obliteró esa
herramienta porque "esta habría perjudicado los tratos con Chile".
¿Qué tratos se hicieron? Evidentemente contra el Perú y a favor del
país del sur y bajo los designios extranjeros.
Baste citar que uno de los "negociadores" escribió un libro: Las
conversaciones entre Perú y Chile para la Ejecución del Tratado de
1929, Fabián Novak Talavera, PUCP, 2000 y en la solapa de ese texto
coloca como uno de sus lauros: "…..condecorado por el Gobierno Chileno
con la Orden Bernardo O'Higgins, en el Grado de Gran Cruz, como
reconocimiento a su participación como Negociador peruano en el
proceso de Conversaciones entre el Perú y Chile, que concluyó con la
suscripción del Acta de Ejecución del 13 de noviembre de 1999". Sobran
las palabras y también se solivianta el espíritu frente a tanto
entreguismo.
Más aún
Un diario local preguntó en su edición del domingo último por la
certidumbre de notas reversales entre Perú y Chile que habrían sido
firmadas por Javier Pérez de Cuéllar cuando secretario general de
Cancillería en 1969 y que virtualmente acordarían una delimitación
marítima con el país sureño. ¿Qué hace una persona que no aclara un
tema puntual y gravísimo, en la Comisión Consultiva de Relaciones
Exteriores? ¿No fue acaso la Convemar un convenio internacional que se
realizó cuando este señor era el máximo oficial de Naciones Unidas? Se
entiende así que Pérez de Cuéllar sea un gonfalonero más de este
convenio internacional que no le sirve al Perú para el tema limítrofe
con Chile.
¿Todos al unísono?
No extraña para nada que Javier Pérez de Cuéllar, Eduardo Ferrero,
Allan Wagner (notable por superar los 2 mts. de estatura), Niño Diego
García Sayán, sean fanáticos de la adhesión del Perú a la Convención
del Mar. Recuérdese que Wagner en 1985 condujo conversaciones que
derivaron en un fracaso estrepitoso con Chile. Y que Niño Diego García
Sayán, cuando pulverizaban en mayo-junio del 2002 a Aerocontinente en
Chile, condecoró a la canciller chilena Soledad Alvear en Lima. Antes,
esta última había espetado a Pérez de Cuéllar en torno a las notas
reversales de 1969 entre Perú y Chile sobre límites marítimos, por eso
que Chile afirma en cuanto foro puede que NO HAY NINGUN DIFERENDO
LIMITROFE CON PERU. Pero, ¿quiere Rodríguez Cuadros ser parte de esta
lamentable y aún por escrutar gavilla de antipatriotas? ¿Tiene el Perú
que soportar tanta ignominia cuando el patriotismo es deber congénito
de todos los que nacen bien en estas tierras de glorioso pasado?
Fronteras mínimas
Una pregunta debo hacerle, hoy por el medio periodístico, a mi amigo
Manuel Rodríguez Cuadros, porque antes se la hice personalmente y me
reservo su respuesta de entonces: ¿quiere ser recordado como el
canciller que embudinó al Perú en la Convemar y mutiló el Mar de Grau?
Se lo van a decir por calles y plazas cuando quiera ingresar a la
política y desplegar todos sus sueños de justicia social de que hemos
hablado muchas veces. Pero, el silencio, la mudez, la torpeza, frente
a los hombres íntegros y el oído a la estulticia, a la mediocridad, y
a la antipatria, sólo tienen un posible destino ineluctable: ¡el
fracaso y el panteón cívico! Que otros callen por pusilánimes, es
problema de aquellos. Que la prensa nacional haga lo mismo, es una
vergüenza. Yo tengo que acusar, yo acuso. Amén.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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