Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
2-11-2025
Senado, madriguera de reeleccionistas
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El Senado fue repudiado por más de 15 millones de ciudadanos
en el referéndum del 2018. Pero este Congreso, de cuyo desprestigio no hay la
más mínima duda cuanto que su ineficacia política o intelectual tampoco, lo
resucitó.
El próximo 2026, por la anémica voluntad interesada de menos
de 130 ciudadanos, Perú contará con un Senado bastante poderoso.
La concentración de decisiones en torno a asuntos
fundamentales para el país, deviene peligrosa para el país. ¿En dónde cabría
pensamiento y creación autónoma si gran parte de los futuros ocupantes del
Senado, padecen desde hace largos años, agudo retraso mental?
Es posible que en ese conjunto humano existan excepciones.
Pero ¡no llegarían a 6 ó 7! Recordemos el dicho preciso ¿qué sabe el burro de
alfajores?
¿Pueden las componendas de un Parlamento repudiado por las
mayorías nacionales, anular lo que millones decidieron en libre concurso
electoral como un magnífico gesto de soberanía?
¿Dónde están los intelectuales, estudiosos, estrategas,
politólogos, analistas que no dicen ni ío sobre este ríspido asunto? No está
demás recordar que muchos se afilan las uñas porque su negocio consiste en
confeccionar estudios a la carta, según mejor postor.
Cámara Alta o Reflexiva le han llamado, por años, algunos.
Usina de mejores leyes por la “experiencia” de sus integrantes, dicen otros.
Lo cierto es que el Senado desapareció luego del golpe de
Estado de Fujimori el 5 de abril de 1992 cuando cerró el Congreso. Y aunque a
muchos cueste admitirlo, con alborozado apoyo popular.
La pregunta es directa: ¿Senado, mejores leyes o madriguera
de reeleccionistas?
Importante inquirir por la capacidad de cualquier organismo
legislativo al margen del año 2026. Por ejemplo, la crisis violentista,
desatada a vista y paciencia incomprensibles de las autoridades policiales, no
parece tener fin y día que pasa, aumenta la lista de caídos a balazos.
¿Dejarán a la nada la severa crisis que se vive en el
sistema judicial que hace agua en el poder respectivo y en el ministerio
público? ¿Y qué hay del resto de ese entorno tan cuestionado y repudiado por la
ciudadanía que santifica a los receptores de dineros sucios como si nada?
Más aún. Mr. Trump bautiza a las lanchas o botes o
embarcaciones con el nombre que le viene en gana y como él dice que son
narcoterroristas, simplemente las vuela a bombazos en mar internacional y con
el “derecho” que ningún conjunto de países latinoamericanos cuestiona o
rechace.
¿No podría la cancillería del Perú tomar la iniciativa y
liderar un proceso integracionista fuerte, de igual a igual con Estados Unidos
y con miras a la formación de una nación de repúblicas latinoamericanas como
impulsaba el artículo 100 de la Constitución de 1979?
Sin Congreso con autoridad e impulso, tampoco se prevé que
Relaciones Exteriores supere el marasmo mediocre que la atenaza en cuitas
pequeñas o ruines, riñas y acuchillamientos o invención de puestos y ascensos
para los amigos de los amigotes. ¡Pamplinas!
Una de las premisas del Senado es que sea una elección bajo
la figura de distrito único nacional. Es decir, los presuntos miembros de esta
rama legislativa podrían ser votados en cualquier parte del país. ¿Interesante
no?
¿Quiénes poseen aún a pesar de su inocultable mediocridad y
sólo porque están en el Congreso 10, 15, 20 ó 25 años, imagen ante los medios
de comunicación, renombre o presencia cuasi permanente? Son los primeros
interesados en que exista un Senado.
Para los reeleccionistas el Congreso, unicameral o
bicameral, es en esencia no una tarima de denuncia y agitación de causas
populares y elevación de la conciencia cívica y protestante del pueblo, sino un
modus vivendi que paga viajes, compras inmobiliarias, garantiza invitaciones a
embajadas y legaciones, bolsas o colectas sin comprobantes o certificados de
ninguna especie para agilizar el tráfico de influencias en todas las entidades
del Estado.
-En suma, los repitentes han conseguido la técnica de
succión de la cansada ubre del Estado con métodos ora refinados, ora palurdos y
sólo para beneficio propio o el de sus robustos contratantes a la sombra.
Succionan los fondos que el pueblo paga con sus impuestos y logran muy rápido
la impunidad de que son homenajeados por los que debieran meterlos presos de
por vida.
¿Años equivalen a experiencia y sabiduría? Eso lo dicen
quienes han envejecido y saben que en sus pueblos de origen nadie los quiere,
por eso, hay que montarse en la oportunidad de una guarida como la que
pareciera asomar vía el Senado.
Como los clubes electorales, porque en Perú NO existen los
partidos políticos, son apenas sumas de apetitos y angurrias, los más viejos
–siempre tozudos- se creen con el derecho de postular al Senado y la manida
“experiencia” y “presencia” son sus mejores cartas.
-Lo divertido es que un 95% ingresó al Parlamento con
tartamudez cerebral permanente y con los años la tara aumentó sus infames
síntomas y Perú es testigo de lo que dicen estos personajillos de cuarta o
quinta categoría.
La desprestigiada democracia electorera sólo alimenta al
país de logreros y rufianes capaces de cualquier cosa con tal de estar
entronizados o pegados a la curul, en diputados o en senadores.
Una juventud dinámica y valiente tiene el imperativo de
barrer y cancelar a una costra política que hiede en su miopía y produce
naderías en cantidades industriales.
