Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-4-2018
Ceviche y pisco sour
para 568 gringos armados
Para ponerse a tono con la
promoción intensa del turismo y el consumo de nuestra riqueza gastronómica, el
Congreso aprobó por más de 80 votos, la llegada de 568 militares EEUU, armados
hasta los dientes y que vendrán para cuidar a su mandatario Donald Trump en
ocasión de la Cumbre de las Américas.
La noticia salió en Clarín de
Buenos Aires https://www.clarin.com/mundo/500-militares-unidos-vigilaran-seguridad-donald-trump-lima_0_BJQJGJGoM.html
, aquí en Perú pasó el tema, casi desapercibido. Ciertamente el legislador
reelecto varias veces y ocupante eterno de curul, Javier Velásquez Quesquén sí
la destacó.
De seguro que Mr. Trump dio
instrucciones a su embajada en Lima para que averiguara sobre los mejores
restaurantes en comida criolla y, no hay que descartarlo a tontas y locas,
también bares con el mundialmente conocido pisco sour. Si son 568 que por
limitaciones de idioma, apariencia, armamento y seguridad, se mueven por grupos
numerosos, no habrá en Lima quien no dispute el tener como clientes aunque sea
un 20 ó 30% de semejante lote de comensales.
Los cálculos más prudentes
estiman que un número de 100 militares bastaba y sobraba para proteger al
presidente de Gringolandia. No estamos en guerra civil, ni confrontación bélica
con país fronterizo. Debemos convenir que la agresiva promoción de Cancillería
en la Casa Blanca sobre las maravillas del Perú, ha sido efectiva, muy
efectiva. Y por eso hay que aplaudir tanta buena dinámica diplomática.
Supongo que los promotores
habrán cumplido su labor y advertido a los 568 American soldiers que el ají del
ceviche pica como los diablos, con disimulo, para sus paladares poco afectos a
la especia. Entonces que degusten el pescado muy ligero. Es mejor prevenir
malestares y fiebres o humores aterradores y visitas urgentes y reservadas.
Lo que sí preocupa es la
probanza de pisco sour. Todos saben aquí que el gaznate admite su exquisito
sabor y que en menos que canta un gallo, el mareo puede apoderarse de las testas
inexpertas y demasiado entusiastas. ¿Se imagina usted a desaforados boinas
verdes cantando o bailando, en otro idioma, haciendo de las suyas en plazas y
cruceros?
Estos turistas, 568 American
soldiers, no son cualquier gente. Vienen a proteger a su jefe de Estado, Mr.
Trump y están avituallados de armas hasta en el cabello. Que beban pisco sour
con prudencia, no vayan a ponerse a hacer tiro al blanco por las calles de
Lima. Aunque ellos están familiarizados con las balaceras cuasi cotidianas en
Estados Unidos, aquí eso es inaceptable.
Felicitemos el rol promotor
del Congreso, esa institución de precarísimo prestigio en Plaza Bolívar,
estemos atentos a cualquier desmán y que los 568 hagan turismo gastronómico en
grande.
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