Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
19-5-2009
¡Cualquier reelección es
degradante!*
No
siempre las propuestas para la reelección de algún jefe de Estado son obra de imbéciles
independientes, esa cáfila que, sin que se los pidan, pretenden satisfacer las
vanidades de quienes se han creído el cuento de su prodigiosa superioridad
imposible de ser reemplazada por lo que se empuja, vía reforma electoral, su
perpetuación en el manubrio del Estado, es decir que siga siendo un mandarín
del poder real. A veces, estas maromas constituyen balones de ensayo para
entretener a las tribunas que aplauden lo que suena bien.
Allá
por 1987, el diputado Héctor Marisca, propuso la reelección y ninguna ley puede
recordar su olvidable paso por el Establo salvo esta iniciativa que, a no
dudarlo, alimentó la entonces megalomanía juvenil de Alan García Pérez, en su
etapa “voluntarista”. Ni Marisca, ni cuanto ocurrió entonces en ese lustro, han
conseguido levantar el cargo que la historia ha motejado como uno de los peores
gobiernos catastróficos de que padeció el Perú en inflación, desconcierto desmoralizador
y un terrorismo que no amainaba su accionar criminal.
Las
premisas que tienden a las reelecciones son muy simples. Y palurdas. Los
analistas mercenarios suelen hacer elogios pro domo sua de características
superlativas. Y elogian lo bueno que es el gobernante y que ello impele, para
la salvación de sus gobernados, a que se considere la reforma para que esta
circunstancia continúe. Y como en Fuente Ovejuna, todos a una, el coro repite
la salmodia que ésta es la solución que Perú demanda. No importa que la
administración García haya claudicado en temas tan importantes como los TLCs
con Chile y China y el primero con Gringolandia. Deja de ser fundamental la
mirada a cómo se están custodiando, si es que algo se está haciendo, los
recursos energéticos: gas y petróleo; el medio ambiente, las minorías o los
confines nacionales que ya tienen un conflicto jurídico con Chile. Se trata, a
troche y moche, real o fantasiosa, la quimera, de probar el clima para una
reforma que franquee la reelección.
Por
muchos años el precepto constitucional mexicano de Sufragio efectivo, no
reelección, representó un grito libertario y decente. Y el más invocado filón a
recordar merced a su eufonía terminante. Con el fraude que encaramó a Felipe
Calderón pocos años atrás y con el robo de la presidencia a Andrés Manuel López
Obrador, la sentencia entró en revisión porque los cacos habían birlado su
pureza.
¿Qué
cercena la posibilidad de desarrollo de un pueblo? De cualquiera de los
nuestros. El continuismo, la falta de creatividad y la mediocre estampa de los
políticos puede garantizar cualquier cosa menos ética y retos nuevos. ¿Qué
renovación podría esperarse de tagarotes que tienen más de 20 años en el
Establo de Plaza Bolívar y que son veteranos en la fautoría de trampas y violaciones
a granel bajo las armazones legales de que son finos y audaces autores?:
¡ninguna! ¿Hay alguna posibilidad de reconocer ideas y lustre en algún
porcentaje entre los políticos? ¿siquiera al 10%? El asunto es muy polémico
porque ellos mismos no se dan cuenta del hastío que provocan.
¡Cualquier
reelección es degradante!
Débese,
de inmediato, denunciar a los vectores oportunistas de estas maniobras. Y
señalarlos porque incurren en un delito lesa humanidad a que tienen los pueblos
inequívoco derecho y garantía de cumplimiento como soberanos que son.
Engrilletarles al destino de hombres providenciales que en 30-40 años sólo se
enriquecieron a ellos mismos o a sus mandantes es un crimen. Otro más de la
infame lista que puede recitar, de memoria, el habitante nacional.
Es
más. Una linda reforma la constituiría prohibir cualquier reelección
presidencial o parlamentaria. Obligaría a muchos ineptos genéticos a comprender
que la política no es vil negociado culpable ni mamadera eterna de ubres
cansadas como son las que posee el Estado.
¡Atentos
a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos
al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo
el talento salvará al Perú!
hcmujica.blogspot.com
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hmujica
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*Publicado
originalmente en la Red Voltaire el 19-5-2009 http://www.voltairenet.org/article160120.html