Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
28-2-2017
La hermandad de las
corrupciones
¿Pueden
haber lazos filiales entre corrupción y soberanía? O, mejor dicho, con la
violación de la misma, porque implica que se han cedido derechos nacionales que
pertenecen a la Patria. La pregunta es simple ¿a cambio de qué o fue por pura
estupidez burocrática y aislada de otros hechos monstruosos?
Cuando
el 2011, vía el abominable Memorándum de Entendimiento, alentado por la
resolución ministerial que firma Enrique Cornejo Ramírez, en el gobierno de
Alan García Pérez y con el silencio inexplicable del canciller José Antonio
García Belaunde y su vice, Gonzalo Gutiérrez Reinel, y se obsequia
indebidamente segmentos de quinta libertad a Lan para que haga su fiesta
económica de compilar ganancias sin dejar ¡un chico partido por la mitad, en
Perú!, no sólo es corrupción (rentabilidad a costa del Perú), sino violación
constitucional.
Las
construcciones de Odebrecht comenzadas a un precio y terminadas a 3, 5 o más
veces su valor real, y para ello el departamento de estructuras o un adefesio
similar y la institucionalización de las coimas, no forman parte distante o
divorciada del atropello de Lan que se aprovechó del Memorándum 2011. ¡De
ninguna manera! Son estaciones del mismo fenómeno de la corrupción porque en
ambos casos se horadan derechos peruanos y con el propósito, hoy archiconocido,
de enriquecer a empresas foráneas y a sus cómplices nativos.
Las
malas firmas, las corruptas, en todas partes, compran a los candidatos más
fuertes y los caminos son múltiples, oscuros, con y sin agendas, con y sin
bancos, con y sin pretextos. La feria de corrupción no para mientes, para sus
propósitos, en el color, tamaño, grado civil o militar, funcionario o no del
Estado, para la comisión de sus delitos. ¿No estamos viendo cómo hoy niegan lo
evidente los sospechosos que antes fueron los que ofrecían la diferencia con
“honestidad”? ¡Pamplinas!
Los
cielos, la soberanía aérea forma parte indisoluble de la geografía del Perú.
Cederla o venderla o alquilarla, bajo la mesa, subrepticia y traidoramente, es
parte también de la corrupción y sus protagonistas merecen el fusilamiento. Así
de simple.
Por
tanto, pretender disociar o divorciar al Memorándum del 2011, de Odebrecht y el
caso Lava Jato, es una imprudencia sospechosa, en el peor de los casos, una
miopía criminal, tozuda y privilegio de brutos. ¡Son partes conformantes,
variaciones, de una misma sinfonía pestífera!
¿No
estamos viendo, acaso, que los socios de la corrupta Odebrecht, la firma Graña
y Montero, ya tiene bajas en sus acciones en algo más de 35%? Hoy martes, arde
Troya, porque hay socios que no están nada felices y lo que se viene es el
Unlisting (salida de la bolsa) en Nueva York y eso equivale a un acta de
defunción, sin pena ni gloria y mucha suciedad y codicia. Los de GyM son tan
patanes que insultan al pueblo peruano, pretendiendo pasar por bobos que no se
dieron cuenta qué clase de empresa era Odebrecht. Reza el dicho: ¡a otro perro
con ese hueso!
¿Nos
asombra que se quiera limpiar a los ex presidentes? Sigan las noticias y en
Chile un ex canciller dice que Sebastián Piñera es un santo varón. Pero la
empresa de su propiedad, Lan, fue la beneficiaria directa y millonaria de todos
los privilegios que mal se concedieron el 2007 y el 2011. ¿O no fue así?
¿Por
causa de qué la corrupción y sus heraldos, Barata verbi gracia, culpan a algunos
y exculpan o no mencionan a otros? La sutileza geopolítica de preservar a algún
candidato bajo la manga, no es arte ajeno a los brasileros. Total, si compraron
uno o dos presidentes, alguna vez, los tienen para siempre, porque a esos les
encanta y estupidiza el dinero. Leamos cuidadosamente la nómina y no es ajeno
Barata, tampoco, al designio corruptor al que ha pertenecido por más de dos
décadas.
Pagar
una coima de 2 ó 3%, genera un incremento de costos del 30% o más y entonces se
democratiza el robo porque “todos cobran, de capitán a paje”. Y los generales
en jefe, en sus Palacios, gozan de cuentas cifradas y seguros de vida por si
las moscas.
Business
goes as usual. Y una vez que se acabe con los más idiotas manchados o presos,
quedarán los de la reserva movilizable, los que supieron guardar papeles y
garantías para no ser “parte” de lo único que siempre han sabido hacer: estafar
al Perú.
La
mirada completa, the whole picture, abarca desde la violación de nuestros
cielos y la rentabilidad delictuosa vía el Memorándum del 2011, pasando por
Odebrecht y el caso Lava Jato. Caimanes del mismo pozo que llamaba el
venezolano Hugo Chávez.
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