Friday, February 08, 2008

Cáceres en Chosica

Historia, madre y maestra
8-2-2008

La tragedia del 79, Alfonso Bouroncle Carreón, Studium, Lima

51 Cáceres en Chosica

Letelier, en su expedición, no logró ningún dominio sobre las
montoneras que se le enfrentaron, en represalia se dedicó, a la par
que su compañero, el comandante Bouquet, a la destrucción completa de
pueblos y caseríos y asesinato en masa de sus poblaciones, por lo
cual, después de la derrota de Sangrar, regresó a Lima, donde a los
dos comandantes los sometieron a juicio por orden de Lynch, y
condenados a varios años, no por el fracaso de la expedición, pese a
que a Tarma amenazó con destruirla si no le pagaba un cupo de cien mil
soles y para reforzar su amenaza, hizo disparar a boca de jarro
algunos cañonazos contra los edificios de la plaza. La cólera de Lynch
fue motivada por el latrocinio efectuado y del cual no dio su parte al
general en jefe; se trató de cien mil soles de plata.

El gobierno de la Magdalena, en el mes de mayo, para acrecentar su
influencia tanto en el centro como en el norte del país, envió dos
expediciones. La primera al mando de Recavarren con 400 hombres en
dirección a Ancash, habiendo desembarcado en Casma y, en Huaraz, se
plegaron a las fuerzas de Cáceres.

La expedición del centro, comandada por el coronel Miguel Santa María,
nombrado prefecto, fue enviado a Tarma con cien hombres y armamentos
para otros cien, fueron emboscados y atacados al llegar a Chicla por
las fuerzas guerrilleras a mando de Ricardo Bentín y por orden de
Cáceres, habiendo capturado el íntegro del contingente y pertrechos
que pasaron a formar parte del contingente de La Breña.

Después de ese incidente, Cáceres pasó revista a su gente en Chicla,
ejército constituido por tres divisiones de infantería, una brigada de
artillería y un escuadrón de caballería, complementado con los
servicios de ayudantía de campo, servicio de sanidad e intendencia y
pagaduría. Seguidamente avanzó sobre Matucana donde instaló su cuartel
general, para enterarse que, el 4 de julio, Letelier había huido hacia
Lima por temor a sus fuerzas.

En esas semanas incrementaron los intentos chilenos para asesinar a
Cáceres, en unos casos se trató de volar el tren en que viajaba,
siendo evitado por la pericia del maquinista norteamericano Wall,
unidos por amistad y respeto; en otra oportunidad removieron los
rieles. Fracasados esos intentos, Lynch mandó contratar los servicios
de un calabrés, Antonio Gilesdoni, conocido asesino y bandido, quien
para cumplir su cometido ofreció a Cáceres volar uno de los blindados
chilenos a cambio de treinta mil soles, no siendo aceptado. Siguió en
su criminal asedio, siendo descubierto finalmente y denunciado en
carta de Alberto Larco. Gilesdoni fue identificado casualmente por una
frutera, Juanancha, quien escuchó a un oficial chileno sobre el
atentado preparado y que Cáceres no se libraría. Llegó la noticia al
"Brujo de los Andes", quien hizo llevar al calabrés a su presencia,
apostrofándolo de su intento y, el asesino, confesó que debía
puñalearlo con el cuchillo que llevaba escondido.

Tratando de eliminar a Cáceres como fuera, Lynch instruyó al coronel
chileno León García diciéndole: (156).

"Queda usted autorizado para ofrecer una suma prudente a la persona o
personas que entreguen a usted al general Andrés Avelino Cáceres".

La retirada de los chilenos de Chosica, hizo que Cáceres ocupase dicha
ciudad en los primeros días de octubre y, el 21 de ese mes, se dio la
batalla de Cieneguilla, resultado de la cual, los chilenos abandonaron
el campo y se retiraron a Lima.

La acción guerrillera y su actuar en la proximidad de Lima, motivó que
el comando enemigo pensara en evacuar la capital en el mes de
setiembre, situación que se desprende del comportamiento de los
ministros extranjeros, tal como refiere Ricardo Palma: (157).

"Los ministros inglés, francés e italiano convocaron el 29 (agosto) a
sus respectivas colonias para organizar la guardia urbana de Lima.
Manifestaron a los concursantes que era posible el caso de que las
tropas chilenas abandonaran la ciudad, bien fuese porque tuvieran que
retirarse llamadas al sur por el Gobierno de Santiago, o porque la
actitud de Cáceres obligase a Lynch a formar su cuartel general en
Encalada y Santa Clara, y que, en previsión de cualquiera de estos dos
casos, tocaba a los extranjeros estar expeditos para la custodia de la
población".

Simple coincidencia o confirmando lo anterior, los chilenos quedaron
recelosos de cualquier grupo armado dentro de Lima, por la posibilidad
que Cáceres los atacara. Lynch dispuso disolver a la pequeña fuerza de
Magdalena, para lo cual, en la madrugada del día 5 de setiembre,
avanzó sobre ese distrito una fuerza de mil doscientos hombres, rodeó
el área del gobierno y procedieron a desarmar a la guardia de
celadores, disolverlos y apoderarse de la pequeña dotación de armas y
municiones con que contaban. Frente a la protesta de García Calderón,
Lynch contestó que se efectuó esa acción, para evitar que esa fuerza
pudiera desertar y unirse a La Breña.

¡Austeridad en CancillerĂ­a: obsequia US$ 400 mil!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
8-2-2008

¡Austeridad en Cancillería: obsequia US$ 400 mil!

Torre Tagle, con la fineza a que tiene acostumbrado al país y para no
levantar mucho comentario habría, de repente con licitación probable,
comisionado a la Cámara de Comercio de Lima y por la hermosa suma de
US$ U$S 397,820.16 anuales, para legalizar las firmas de los
funcionarios diplomáticos en documentos de rendición de cuentas en
embajadas y consulados urbi et orbi. Hasta ahora, la rúbrica de
cónsules y embajadores, era el requisito normal, valía per se porque
el pueblo paga a estos empleados para ese cometido. Como Cancillería,
signo de la modernización, desconfía de sus propios subordinados,
incurre en el jugoso obsequio de cuyo detalle, in extenso, está
obligado Relaciones Exteriores a dar cuenta ante la opinión pública
del país. Lo antes posible.

Los diplomáticos, como parte de sus funciones, han tenido desempeño
notarial de acuerdo a la normatividad vigente. Y esto ocurre también
en otros países. Perú no podía ser una excepción. Era suficiente el
cotejo de las firmas, cuyo registro obra en Cancillería.

Aparentemente, los vientos renovadores en Torre Tagle, implican que un
tercero, ajeno a la naturaleza misma del quehacer diplomático, la
Cámara de Comercio de Lima (¿qué sabe el burro de alfajores?), ahora
tendrá la responsabilidad de legalizar toda la documentación y la
firma de sus responsables. En buen romance, los cónsules y
embajadores, han sufrido una devaluación de imagen y de sus funciones
contempladas en sus mismas leyes y reglamentos orgánicos.

Lo grave del asunto es que por cada embajada o consulado el ministerio
de Relaciones Exteriores deberá pagar a la Cámara de Comercio de Lima,
sumas mensuales que, en 16 casos en que sólo se registra una firma, la
cantidad de U$S 147.56, mientras que, en 123 casos (en que se
registran dos firmas), asciende a U$S 295 mensuales. La suma total es
de U$S 33,151.68. Es decir, un dispendio anual de U$S 397,820.16 de
los fondos del Estado que provee el pueblo vía sus impuestos, para que
unos terceros hagan lo que antes los diplomáticos hacían y por los que
¡también se les pagaba! En castellano mondo y lirondo, el dinosaurio
encerrado tiene que ser denunciado sotto voce.

Es cierto que el espíritu de cuerpo reinante desde hace decenios en
Cancillería ha tapado escándalos y robos graves en múltiples
consulados. Hay "enfermedades graves" que cohonestaron exacciones del
dinero del pueblo y nunca se ha engrilletado, degradado y azotado
públicamente a sus fautores sólo por el hecho de ser miembros del
intocable Servicio Diplomático. Esta aberración necesita corregirse.
Sin embargo, ahora, merced a los nuevos tiempos, la firma diplomática
no vale si carece de la legalización por la cual cobra muy bien la
Cámara de Comercio de Lima. Cancillería dice al país que sus
funcionarios necesitan una chaperona, la CCL, a la que se paga muy
bien en doble e injustificado gasto. ¡Aberración ostensible y falta de
respeto por los funcionarios, gran parte de ellos honestos y
sacrificados!

Lo acontecido es incongruente con la política inicial de ahorro del
actual gobierno, que cerró varias embajadas (ahora ha reabierto, sin
explicacción alguna, la del Perú ante UNESCO) y constituye un
despilfarro, de repente, con nombres y apellidos.

Se presentan además temas de especulación harto espinosos: ¿bastará la
legalización de profanos, ignorantes muy mucho del quehacer consular,
expertos más bien en comercio, para dar visto bueno a las rendiciones
de cuentas de consulados y embajadas? ¿qué tal si se convierte aquello
en un campo de Agramante de rencillas personales por quítame estas
pajas? Además, empezamos a darnos cuenta que la Contraloría General de
la República, también pasa a ser un adorno que ¡también le cuesta al
pueblo peruano!

¿Es esa la nueva austeridad que los novísimos tiempos del canciller
Joselo García Belaunde, traen para la institución y beneficio de sus
funcionarios? Verdad, aunque usted no lo crea.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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