Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
11-8-2025
¿A cuánto el gramo de inteligencia?
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La grisura y mediocridad predominante en la opinión pública en torno a
virtualmente cualquier cosa que ocurre en Perú, es una constante de toda
nuestra historia. Con excepciones señalables ¡aquí llueve para arriba!
De capitán a paje, uno peor que el anterior. Los bullangueros compiten en
pronunciar mentecatadas y que por cierto, las portátiles en los miedos de
comunicación, se encargan de difundir urbi et orbi.
¿Gratis? ¡Ni de vainas! Las tarifas varían según los participantes en la
“cadena de producción” y cada quien aprehende su alita y hasta el interlocutor
pesca la suya.
Pertinente el cuestionamiento. Debiérase notar que los cogollos desde hace
decenios integrados por los mismos de siempre en radio, televisión y prensa
escrita son sucedidos por los parientes, nietos y militantes del clan.
Los formadores de opinión poseen miopía cerebral aguda, estatura
intelectual que no llega a los 100 centímetros, opinan, dan cátedra, responden
toda clase de preguntas y sus adefesios son elevados al podio de razones de
Estado.
Por décadas, lectores de folletos mal traducidos o con información más o
menos ajena a la realidad peruana, pretendieron y lo lograron, trasplantar sus
soluciones a nuestras tierra. Para ello contaron con la ayuda valiosa del
odiado enemigo imperialista que les llenó de dólares para sueldos, viajes de
turismo, eventos y toda clase de cosméticas de mucho bombo pero escasa savia
social.
Aquí los ghost writers, asesores,
enlaces, oficiales de comunicación y un largo etcétera han hecho de sus
ocupaciones, delicia y alimento para los bolsillos. Importó poco que
respaldaran a elementos de borroso entendimiento y egoísmo acendrado, fue el
“buen vivir”, norte y ambición de fenicios, lo anhelado.
En el país de los ciegos el
tuerto es rey. ¿Qué requiere el sistema y que vende como panacea formidable del
esfuerzo y del éxito?
Fundamentalmente, un pueblo
sumido en la ignorancia que brinda la verdad a medias o maquillada para que
parezca justa y equitativa.
Una alta funcionaria que
carece hasta de tesis universitaria que no puede mostrar porque es un plagio
monumental, acciones de connivencia delictiva y falta de vergüenza a raudales,
obtiene el respaldo tinterillo de abogángsteres que saben que sin su participación
el camino natural de la cárcel, se les acerca.
Más 40 clubes electorales van
a participar en la gran farra y tómbola del 2026. Todos comulgan en la mentira
que la democracia electoral es benefactora y no engañifa monda y lironda que
puede consagrar a peligrosos postulantes con apenas algo más del 10% de
respaldo ciudadano.
¿Acaso no es cierto que la
derecha reaccionaria tiene hasta dos candidatos que podrían competir en la
segunda vuelta y todos los demás a rumiar sus derrotas?
¿No parece trágicamente
divertido que un antiguo ex partido político, hoy depósito de logreros y
expertos traficantes de influencias, esté a punto, no solo de NO lograr ni un
parlamentario sino también de perder la inscripción ante el Registro de Organizaciones
Políticas del JNE?
Lo que Dios no da, Salamanca no lo presta!
El sistema del capitalismo salvaje necesita necios en la cosa pública,
tarados congénitos en los más altos cargos en el Ejecutivo, Legislativo,
Electoral ¡en todas partes!
Perú existe a pesar de sus gobiernos, pésimos
conductores, demagogos miserables y espantajos que urgen por la paz del
sepulcro ¡de una buena vez!
Aunque parezca insólito, las admoniciones de
que fuera autor punzante Manuel González Prada en Horas de Lucha, Páginas
libres, Bajo el oprobio, más de 100 años atrás, aún grafican taras no
aniquiladas y vergonzantes.
En las redes sociales, ámbitos que recepcionan toda clase de materiales, a
veces aportes valiosos que hay que saber descubrir, hay oportunidad de
colaborar al esclarecimiento de decenas de miles de lectores que no tocan un
periódico y menos compran revistas.
El escritor italiano Giancarlo Livraghi,
afirma: “Otro elemento destructivo de la ecuación es que la maquinaria del
poder tiende a poner en lo más alto de la pirámide a gente que se cuida de sí
misma (y del interés de grupos minoritarios) y desdeña el buen vivir del resto;
y aquéllos, a su turno, tienden a proteger la estupidez y ponen toda clase de
escollos al funcionamiento de la inteligencia como debiera ser.
¿Qué hacen los que aún creen en la protesta y en la capacidad de respuesta
con los medios que hay? La respuesta es inequívoca: ¡pelear en buena ley y con
el talento vedado a los ineptos pero que los más capaces, por desidia y
holgazanería, no esgrimen en las batallas que nos plantea Nuestra Señora la
Vida.
¿A cuánto el gramo de inteligencia?