Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
9-11-2016
Combo nazi-KuKluxKlan
ganó en EEUU
El triunfo de Donald Trump no sólo garantiza tiempos difíciles
para el pueblo-continente latinoamericano sino también para el mundo. La mente
empresarial de aquél considera a todo el resto como guarismo al que hay que
sacar el jugo, de otro modo no sirve a su visión racista, excluyente y
soberbia.
Trump apeló con gran olfato al votante que no ve más allá de
su ombligo y sólo en Estados Unidos. Lo que ocurra en el orbe lo ve en la
televisión pero su día cotidiano lo pasa desde que nace hasta que muere en los
amplios confines norteamericanos.
La fórmula se repite y la historia es madre y maestra.
En los años 30 un cabo mediocre que ni siquiera era alemán,
sino austríaco, condecorado por su participación en la I guerra mundial, se
alzó con la Cancillería germana y concitó, Adolf Hitler, el amor sin
condiciones y la adhesión fanática del pueblo alemán que abominaba del Tratado
de Versalles. Sabemos que la aventura culminó en 1945 y con más de 50 millones
de muertos a posteriori de la II conflagración mundial.
Trump le habló a sus connacionales en torno a la supremacía
y orgullo de los americanos y con desdén manifiesto hacia los que no eran
blancos y en esa calificación caen decenas de millones, desde latinos,
musulmanes, africanos, a quienes aguardan días difíciles de ahora en adelante.
Para Trump es indispensable la construcción de un muro en la
frontera con México y si a la alfombra servil que es el presidente de México,
Enrique Peña Nieto, sucede otro con iguales y fétidas características, la valla
de concreto será una realidad. El muro de Berlín se vino abajo y aquí en la frontera
latinoamericana con Gringolandia, se pretende erigir otro.
Además, detrás de Trump está la inmensa maquinaria
industrial y guerrera de las grandes corporaciones norteamericanas. Son las
que, pretextos más, pretextos menos, inventan sediciones o complots y
bombardean aeropuertos, poblaciones civiles y se apresuran muy mucho en poner a
disposición sus misiles, tanques, aeronaves y ¡hasta “reconstruyen” lo que sus
armas mortíferas destruyen! ¿No hemos visto cómo actuaban Bush, padre e hijo y
Reagan y con el continuismo de Clinton y Obama?
Los nazis promovían la superioridad de la raza aria, blanca
o incontaminada. Los del Ku Klux Klan alentaban el linchamiento de los negros.
Hitler estaría feliz de tener un émulo lenguaraz en este lado del mundo y los
del Ku Klux Klan han ampliado el radio de sus persecuciones más allá de los
negros: los latinos, todos los que son marrones al decir irónico de los chicos
de El Planfleto, en síntesis, acoso y hostilidad urbi et orbi.
Es hora que el pueblo-continente latinoamericano comprenda
mejor y practique la unidad económica y política para balancear las probables
locuras disparatadas de Donald Trump. Importa poco lo que diga en sus primeros
mensajes, the man is the style. Y ya estamos avisados de su salvajismo.
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