Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-6-2016
Perú: ¡a trabajar
próximo presidente!
Si se confirmaran las tendencias que muestran que Pedro
Pablo Kuczynski ganó la primera magistratura sobre Keiko Fujimori, no hay sino
que exigir que la transferencia de la administración saliente a la que llega,
cumpla con muy limpios y exactos datos. Ni encubrimiento ni falsificaciones
para dorar la píldora.
Quien llegue a Palacio tendrá que comprender que hay que
tender puentes de concertación con el Congreso, de amplia mayoría fujimorista,
para plantear al país, en el mensaje inaugural qué se quiere y cómo conseguirlo
para que los peruanos entiendan la gravedad de la hora presente y qué se espera
de cada quién.
El nuevo mandatario está en la imperativa e ineludible
obligación de ser franco, claro y poner al servicio del país las tecnologías de
información y comunicaciones para que todos sepan muy bien a qué atenerse y
cuáles son las medidas realistas de los próximos meses. En buen castellano, la
Agencia Andina, el diario El Peruano y todos los medios de comunicación tienen
que informar exhaustivamente para que nadie se inhiba de conocer qué quiere
hacer el nuevo régimen.
En nuestra historia republicana la impunidad, es decir el no
castigo a los rateros recurrentes que expolian la caja del Estado y que viven
atrincherados en la burocracia de todos los gobiernos, ha sido una tradición
muy bien continuada y perpetrada desde siempre. Los asaltantes del fisco y
ladrones del tiempo de los peruanos, casi nunca van a la cárcel y ¡menos!
devuelven lo que robaron.
Por tanto, la impunidad tiene que ser aniquilada de la
historia nacional.
¡La fiesta electoral terminó!
Una tarea fundamental aguarda a la sociedad civil: ¡edificar
y construir partidos!
En Perú no hay partidos políticos. Hay clubes electorales.
Lo único que se parecía a una colectividad de ese estilo, el Apra, fue
destruido por Alan García Pérez y el pueblo le otorgó, el 10 de abril, apenas
el 5.8% y el señor Francisco Távara ayudó para que no perdieran, también, el
registro electoral. El PPC está en flecos sin definir cuándo sepultarse
oficialmente. El Frente Amplio es una opción variopinta que tiene el reto
difícil de demostrar en el Congreso si puede unificar criterios y líneas de
acción. El resto no existe.
Fuerza Popular de Keiko Fujimori tiene arraigo nacional y
han trabajado bases esforzadamente, aunque su talón de Aquiles reside en que
carece de base ideológica o doctrinaria porque se sustenta en el recuerdo de
Alberto Fujimori, de quien no se puede garantizar supervivencia larga por su
avanzada edad. Sin aquél, FP pierde 50% de su poderío electoral.
Cualquier sociedad requiere un ala izquierda, otra derecha y
un centro. Sin esos requisitos la nave capota y sanseacabó. Por tanto, es
urgente que se comprenda que sin partidos genuinos y masivos, la democracia es
un sainete precarísimo y coto de caza de quienes pueden comprar electores,
curules o ministerios. Así de simple.
A no dudar los múltiples análisis, no pocos lacrimógenos, en
torno al fenecido comicio aparecerán para que Perú y los peruanos no pierdan la
mala costumbre de lamentar o festejar, cuando de lo que se trata es de ponerse
en acción y ¡ya mismo!
Desde la tribuna periodística continuaremos denunciando
latrocinios y estafas, mentiras y delitos. ¿Que nos quieren enjuiciar? ¡Qué
bien! Por armas nuestras, la verdad y los documentos sustentatorios y la
profunda convicción en la causa de justicia que hacemos de bandera tremolante y
pundonorosa.
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena
bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!