Tuesday, January 16, 2018

¡Allin Kawsay! Diálogo entre Atawallpa y Papa Clemente VII

¡Allin Kawsay! Diálogo entre Atawallpa y Papa Clemente VII
por Javier Lajo Lazo; javierlajo@hotmail.com

16-1-2018

En su novela –¡Allin Kawsay!- de potente mensaje e imaginación, Javier Lajo Lazo, propone un diálogo entre el Inka Atawallpa, secuestrado y llevado prisionero, con el papa Clemente VII.

El sumo pontífice no se atrevía a mirar a los ojos al Inka Atawallpa imponente en talla y físico quien le interpelaba por la razón, si es que había alguna, de haberlo trasladado a la fuerza de América a Europa, con engaño y malevolencia.

El Inka espetó al papa:

“-¡Farsante! A ustedes los expulsaron por ociosos, mentirosos y ladrones -respondió Atawallpa-. Sólo los Inkas amamos y custodiamos la santa tierra, la Pachamama y sus sagradas reliquias; por eso las conservamos. Ustedes no tienen la menor idea de lo que significa amar al Paraíso que es todo este mundo. Pudren todo lo que tocan… y un irreparable daño habrían hecho al asaltar el Árbol de la Vida que nosotros hemos alimentado y conservado por milenios y gracias al cual logramos el Sumaq Kawsay; la “Vida Plena” sobre el planeta, y la inmortalidad de la cultura y la especie humana… si ustedes hubieran profanado el Árbol de la Vida, ahora el planeta y la vida estarían destruidos, no existirían más. Acaso ustedes no inventaron, o ¿dicen que descubrieron el conocimiento del bien y del mal? Ustedes “descubren” cosas que les conviene para apropiarse de ellas y luego las usan para delinquir contra su propia especie. Quisieron adueñarse de todo, como “únicos poseedores del bien”, ¿acaso no se proclamaron los favoritos de su Dios, para luego desaparecer a la Diosa Madre de la faz de los cielos? Pretendieron ser los dueños de la vida y de la muerte, propietarios de los seres humanos, guerreando y matando a media humanidad, tal como hasta ahora lo practican. Por todo esto fueron confinados a esta pequeña península fría que ahora llaman Europa…”

Leamos el capítulo completo. (hmr)

Cap. XXXI

Inkas VS Papas

A medida que parecía languidecer la pequeña llama que alumbraba la vida del Shanti, paqho altomisayoc, torturado por los curas “guardianes de la fe”, allí en un sótano de la Prefectura del Cusco, el anciano curandero puquina iba recordando más y más, las informaciones y las enseñanzas de sus amautas sobre los años finales de Atawallpa el último Inka. Como un sueño cargado de rememoraciones y de fantasía, el Shanti “rebobinaba” sus visiones y recuerdos uno por uno, uniendo sus imágenes febriles con la información que le proporcionaron sus amautas sobre el Inka Atawallpa de paso por el convento de La Rábida secuestrado rumbo a Roma.

Entre los pliegues de su inconsciencia y su ensueño, el Shanti desplegaba su recuerdo lo más que podía… en su imaginación tomaba la forma de un cuento teatralizado:

…Más tarde, después de profundas reflexiones, Atawallpa llamó la atención a Titu Q’espi, el de la celda contigua, y le dijo, en su lengua materna: Afina tu memoria, sagrado Tarpuntae. Tú regresarás a nuestra tierra y cuando estés en el Tawantinsuyu, vas a transmitir mi última orden a todos mis kamayoc, para los ayllus y Panakas. Primero a los de las panakas del Sol y luego a mis parientes y yanapakus…