Wednesday, September 01, 2021

¡2 millones es el déficit de viviendas en Perú!

 


¡2 millones es el déficit de viviendas en Perú!

por Alex Niezen; alexniezen@gmail.com

https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%A12-millones-es-el-d%C3%A9ficit-de-viviendas-en-per%C3%BA

https://bit.ly/3yxmOvk

 

1-9-2021

 

A partir de setiembre 2021, los peruanos no podrán acceder a nuevos créditos Mivivienda y Techo Propio ante la eventual falta de fondos para los subsidios que aplica el Estado, aseguró la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI Perú).

 

Esta cruda y grave noticia termina por desnudar varias falencias de la actual política de vivienda.

 

Sumando los créditos Mivivienda y los subsidios Techo Propio, estos no superan más de 40-50 mil viviendas anuales en promedio. Pero el déficit en Perú es de 2 millones y el crecimiento vegetativo de la población es de 145,000 NUEVAS familias al año.

 

“Recientemente, el Fondo Mivivienda (FMV) ha reconfirmado que los fondos asignados a los subsidios de Mivivienda se agotarán en agosto. Ello provocará el corte del desembolso de créditos hipotecarios y de la entrega de viviendas”, alertó ADI Perú.

 

Para Techo Propio, los recursos ya se habrían agotado y el MEF les ha negado la ampliación de presupuesto.

 

Esta situación con los subsidios estatales para el Fondo Mivivienda se debe a que este año los dos programas de vivienda social registraron colocaciones históricas de créditos. Los desembolsos de subsidios habitacionales se han incrementado en los primeros 8 meses de 2021, rebasando el presupuesto total para subsidios.

 

El Fondo Mivivienda ocupa diversas fuentes, fondos propios para el desembolso de créditos producto de la recuperación de créditos, y de otras operaciones de su propia tesorería como por ejemplo, la venta o titulización de cartera o emisión de bonos corporativos (como se hizo eficientemente mediante una emisión histórica de bonos en moneda nacional pero en el mercado global a inicios del 2017, logrando una demanda de 1,5 veces lo ofertado por cerca del equivalente en moneda nacional de US$ 800 millones).

 

Un presupuesto aparte aprobado y manejado por el MEF es de dónde provienen los fondos para subsidios habitacionales, previamente negociado y ajustado en el pliego presupuestario del año.

 

Lo que se ha acabado para el año es el presupuesto de subsidios, que complementan la dación de créditos. Esto implica una mala planificación, pero también un deficiente diseño del sistema que se debe revisar, mejorar y ajustar para poder maximizar el acceso a la vivienda.

Si bien es cierto, hace sentido atender la demanda de créditos de vivienda social, también es cierto esto se debe balancear (“equidad y responsabilidad”) con la necesidad de vivienda de estratos medios que aportan al fisco, que pueden acceder a un crédito del sistema financiero, que vienen trabajando hace mucho tiempo.

 

Esto no es menor y no pesa menos ni más que las necesidades del otro segmento de vivienda social; simplemente se deben balancear las necesidades y la política pública de vivienda debe abordar y acoger ambas necesidades. Se debe buscar fórmulas para TODOS los peruanos.

Se puede llegar a maximizar el alcance de la política de subsidios tratando de orientar la mayor cantidad de subsidios bajo el esquema ABC: el pago de la vivienda se logra mediante un (A)Aporte del beneficiario como cuota inicial, un (b) bono o subsidio habitacional escalonado, y un (C) crédito complementario.

 

Debemos crear incentivos para integrar a informales a la base de beneficiarios formalizados de subsidios, en un modelo que produzca fondos de inversionistas para diferentes riesgos a diferentes costos; que combine una mejora en el costo de fondos con el manejo del riesgo crediticio a través de coberturas y garantías que atenúen el riesgo crediticio de los “nuevos prestatarios” recientemente formalizados y permitan a las instituciones financieras vender sus carteras, renovar sus fondos y volver al ruedo del financiamiento.

 

Y, por supuesto, maximizar el número de familias que accedan a una vivienda cómoda y segura, acorde con su nivel socio-económico, con todos los servicios de agua, desagüe y electricidad.

Sólo así evitaremos quedarnos sin fondos para la vivienda.