Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
4-9-2006
Perú: ¿se suicida el Congreso?*
No es un misterio que hay
ciertas tentaciones, de ser confirmadas por los hechos y las torpezas
mayúsculas, de cerrar el Congreso. La pregunta directa es ¿está haciendo algo
el Parlamento para contrarrestar semejantes vientos que podrían contar, como en
1992, de un enorme respaldo popular? Pruebas al canto.
El acuerdo económico
firmado hace pocos días con Chile, según dice la resolución del Ejecutivo,
sustituye o reemplaza a lo autorizado y refrendado por el Congreso en 1998 con
el mismo país. En buena cuenta ¿cómo ahora se pretende pasar por alto la
necesaria resolución legislativa que sí tuvo el convenio que se sustituye en el
2006? Bueno es subrayarlo: ¡el Parlamento no ha dicho esta boca es mía! ¡Es
más, todo indica que esta circunstancia no le va ni le viene! Una indiferencia
más o menos suicida.
Un alto ejecutivo del
empresariado agrario chileno anunció que sólo esperan la ratificación por su
Congreso, del Tratado de Libre Comercio con el nuestro, para proseguir en la
compra masiva de tierras en el norte y en el sur. Allá se le llama por su
nombre propio: tratado de libre comercio, por nuestros pagos, se le denomina de
otro modo para que el Parlamento no lo discuta, como que no lo ha visto o debatido.
Muy bien, se plantea una
circunstancia que atrofiaría per se el TLC así lo haya autorizado el Ejecutivo
y lo hubiese eventualmente aprobado el Congreso chileno: ¡faltaría el
equivalente peruano para su absoluta e inconcusa validez! ¡Es decir, si el
Parlamento nacional no lo autoriza, Chile puede alegar semejante situación para
que no funcione, aunque esto no esté de acuerdo absolutamente con sus
intereses! Pero la debilidad intrínseca del tratado sería obvia y los
responsables pasibles de ser acusados constitucionalmente.
Otra vez el
cuestionamiento va enderezado hacia el Congreso: ¿por causa de qué no ha
otorgado, vía resolución legislativa, validez a un tratado del que se han
hablado tantas y tantas bondades? ¿Quién sería el culpable, en cualquier caso y
podría ser tachado de ineficiente, lento, no moderno y encima caro para el
pueblo peruano?: el Congreso. ¡Así de simple!
Entonces ¿el Parlamento
deniega su fuero fiscalizador y constitucional de ser parte del correcto
ordenamiento jurídico del país y su manejo con el resto del mundo? El Poder
Legislativo no debe, salvo traición a sus principios, abdicar de su papel que
no puede, en ningún caso, ser mera formalidad o simbólica presencia porque
posee un mandato popular inocultable al que se estaría renunciando de manera
desdorosa y cobarde.
Y si hay alguien a quien
se le vuelva a ocurrir la peregrina idea de cerrar el Congreso por ineficiente,
sin duda alguna, que tendría la mesa servida para sus protervos y enloquecidos
designios. ¿Que no se puede? ¡Bah! Recordemos que en 1992, el japonés Fujimori,
le puso candado al edificio de la Plaza
Bolívar y el 95% de la población celebraba semejante cerrazón
que licenciaba a senadores y diputados. No está demás recordar el ridículo
estentóreo y huérfano de calor popular que protagonizaron cuando fueron en
“marcha” a demandar la devolución del edificio. ¡Fue patético!
Muy bien. Estamos en 2006.
¿No se dan cuenta de lo que ocurre los parlamentarios actuales o tienen motivos
para callar y de facto lo hacen al no debatir un tratado económico con otro
país o qué está ocurriendo?
¿Se suicida el Congreso?
¡Atentos a la historia;
las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el
gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto
infame y tácito de hablar a media voz!
hcmujica.blogspot.com
………………………………….
*Publicado originalmente
en la Red Voltaire el 4-9-2006 https://www.voltairenet.org/article143314.html