Tuesday, April 22, 2025

El placer de desalojar se llama gentrificación

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

22-4-2025

 


El placer de desalojar se llama gentrificación

https://tinyurl.com/mr3u936f

 

Bajo ese título tan rotundo, el especialista en temas de propiedad y políticas públicas, Horacio Gago Prialé, ha escrito un texto del cual reproducimos conceptos esenciales. Apostilla el titular así: como si expulsar a los moradores regenerara, de por sí, los barrios tugurizados.

 

-Quién puede oponerse al ejercicio de la decisión libre de mudarse de un barrio a otro si ello se adecúa a sus circunstancias familiares. Pero las palabras del conferencista querían significar algo muy distinto. Lo que estaba diciendo es que la autoridad municipal no va a promover la permanencia de las familias que viven desde varias generaciones en los barrios antiguos. En otras palabras, que para el alcalde y su equipo, desalojar equivale a gentrificar y gentrificar a renovar. Ergo, para renovar debe desalojarse.

 

-La gentrificación con desalojos no conducirá a la renovación de nada, no existe un solo caso de éxito en América Latina sustentado en desalojos. Sólo a polarización y mayor deterioro, incendios e inseguridad.

 

-Pero los barrios antiguos deteriorados no solo son una sumatoria de suelo más familias precarias, ni la renovación urbana en ellos algo a resolverse apenas con desalojos y dinero. Vaciarlos de sus habitantes es desaparecer su identidad, sentido de pertenencia, cultura viva, sentimiento de arraigo e idiosincrasia, labrados durante generaciones.

 

-¿Estamos justificando la ruina, peligrosidad e infravalor actual de esos espacios? No, en absoluto. Solo indicamos que el placer que albergan algunos funcionarios, autoridades y parte del público en general, de desalojar a las personas y sus familias en los barrios deteriorados, al amparo de las razones que fueren, es una puerta falsa a la renovación de ellas y de esos barrios.

 

-Defendemos la idea que el éxito de la renovación urbana, la recuperación patrimonial, económica y cultural del barrio, así como el empoderamiento legal de los moradores legítimos, es un proceso complejo que no nace del desalojo. Todo lo contrario, se hace realista y sostenible con la inclusión de los moradores legitimados en tal proceso a través de su conversión en propietarios de viviendas renovadas ahí mismo.

 

-Estamos persuadidos de que una vez que las familias sepan a ciencia cierta que están firmando escrituras de adquisición de viviendas nuevas futuras, facilitarán las obras y hasta laborarán en la renovación, dejando sus habitaciones actuales y mudándose durante el tiempo, a su costo. Lo harán sin remilgos porque saben que retornarán mejor, empoderadas legalmente.

 

-El proceso complejo e interdisciplinario llamado renovación urbana sin desalojos requiere de la participación de posesionarios, dueños registrales, empresarios y autoridad municipal. Es un entramado jurídico, arquitectónico, social, urbanístico, cultural y también político; un lego cuyas piezas solo cobran sentido y ganan valor si y solo si son organizados bien.

 

Destierro de dos falacias

 

1.- Los moradores y posesionarios de los barrios antiguos son gente de mal vivir y merecen ser desalojados. Son los culpables del deterioro y peligrosidad de sus calles y lo mejor que puede ocurrir en esos barrios es que esa gente se vaya. Esta falacia es una apología de la gentrificación. Idea cobijada por las corporaciones inmobiliarias solo animadas en la siembra de ladrillo y la cosecha de plusvalías en el corto plazo.

 

2.- Nunca llegarán las inversiones a los barrios antiguos porque están tomados por centenas de familias y personas que no pueden o no quieren asumir los costos de proyectos nuevos, pues se encuentran a su gusto con el estatus quo. También falso. Llegarán las inversiones que otorguen prioridad al enorme potencial de los centros históricos renovados, y encima del factor terreno vacío de antemano.

 

Qué hacer

 

-La vigente ley 29415, aprobada el 2009, y el proyecto que busca mejorarla (PL 7102 del 2023), se pensaron y redactaron para renovar con realismo, sentido inclusivo y visión de futuro, los barrios tugurizados sin desalojar a sus moradores y, por el contrario, convertir a ellos en propietarios de viviendas a edificarse en sus viejos callejones, quintas o casonas. (https://polemos.pe/el-placer-de-desalojar-se-llama-gentrificacion/)

 

En la actualidad vemos a alcaldes y sus administraciones con afán fanático de cambiar las zonificaciones de muchos de sus barrios, con el interés subrayado de promover selvas de cemento y abusos con virtuales deportaciones completas de vecinos. La trampa, ilegalidad y abusos que acontecen a diario, parten también del descuido del legislador, el gobernante municipal y estatal y son un poderoso caldo de cultivo de elementos contra la misma sociedad.