Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
20-12-2011
¡Ajedrez
de cínicos!*
Luego de la excarcelación de Alberto Kenya
Fujimori, suceso que escribirá otra nueva página de infamia en la historia del
Perú tan zaherida y maltrecha por esta clase de violaciones, ¡ningún ex
presidente –y menos ex ministro o alto funcionario- sentirá que se le mueve el
piso vitaliciamente! Por eso el ex mandatario Alan García Pérez, uno de los
grandes destructores de la democracia de partidos, puede condolerse –dice él-
de la situación del japonés que regaló el país en grandes porciones jugosas y
exultantes de dólares, euros e inversiones cuyas máximas ganancias visitaron
Perú para recalar allende y aquende.
La impostura puede ser definida como un
ajedrez de cínicos: los trebejos se mueven no al compás que demanda la
pulcritud de la cosa pública sino ¡cómo me blindo apelando a la lástima y pena
que sienten algunos peruanos por la mala salud del nipón Kenya Fujimori!
Dudosamente hay en Perú quién pueda enseñarle al señor Alan García Pérez a
manejar mejor su cuasi única arma: la
categórica orfandad de escrúpulos que muestra en cada gesto, palabra, pose o
ademán. Y, además, construyó lazos de dependencia con siervos que no pueden
permitirse el lujo de cuestionar ¡ni su mirada! porque van presos. Acaso sería
bueno preguntarle a Rómulo León sobre esta clase de circunstancias.
¿Es Kenya Fujimori un ex presidente
cualquiera? Afirmar semejante inexactitud sería criminal. Fujimori fue un
regalador del patrimonio nacional desde la dictadura delincuencial que condujo
al alimón con Vladimiro Montesinos y con miles de funcionarios que se beneficiaron
del robo, del chantaje, de la exacción, del asesinato de peruanos inermes e
indefensos en todo el país. Despreció la historia patria y apisonó las avenidas
de invasión de transnacionales que hoy imponen qué se fabrica, cómo se paga,
cómo se regula la dependencia en tecnología y ciencia del país, en suma
nefasta, qué y cómo Perú fue convertido en escupidera del designio foráneo y
que engrilletó a la nación a un modelo primario, exportador de piedras y
metales. El azúcar o el oro caro y el cholo barato.
Los partidos políticos, sin excepción,
fueron barridos, descolocados, pulverizados. Muchos de los “líderes” pactaron
con el fujimorismo y no lo hicieron para caminar en bienaventuranzas por Perú,
lo hicieron para ganar dinero a carretadas y muchos millonarios reconocen su
origen en el largo túnel de infamias que fue esa década en que los cacos
gozaban mostrando sus dineros mal habidos.
Los medios de comunicación acentúan el lado
“humanitario” del dolor de Kenya y su deterioro convenientemente mostrado en
fotos lastimeras. Manipulan el morbo ciudadano y la carencia de una actitud
cívica que abomine de lacras y de criminales sentenciados por sus faltas contra
derechos humanos. No extrañe que una gran ceremonia oficial otorgue el
cacareado indulto a quien se fugó del país y renunció por fax, cómodamente
acompañado por decenas de maletas de las que nadie nunca supo su contenido.
Por tanto, el ajedrez de cínicos que
conduce con descaro proverbial el señor Alan García Pérez, fabrica la urdimbre
de impunidad más indecorosa e indigesta que pueda recordar la historia reciente
del país. Y la complicidad de los recién llegados no es menos lamentable así
inventen lo que se les antoje. El acriticismo ciudadano de un pueblo castrado
desde 1821, les acomoda muy bien para incorrecciones de esta laya.
Nuevamente y desde la tumba nos advierte
don Manuel González Prada:
“Porque en todas las instituciones
nacionales y en todos los ramos de la administración pública sucede lo mismo
que en el Parlamento: los reverendísimos, los excelentísimos, los ilustrísimos
y los useseñorías valen tanto como los honorables. Aquí ninguno vive su vida
verdadera, que todos hacen su papel en la gran farsa. El sabio no es tal sabio;
el rico, tal rico; el héroe, tal héroe; el católico, tal católico; ni el
librepensador, tal librepensador. Quizá los hombres no son tales hombres ni las
mujeres son tales mujeres. Sin embargo, no faltan personas graves que toman a
lo serio las cosas. ¡Tomar a lo serio cosas del Perú!
Esto no es república sino mojiganga.” Los honorables, Bajo el oprobio, 1914
De alfiles, caballos, torres, trebejos,
damas y reyes, está poblado este ajedrez de cínicos que es la historia del
Perú.
¡Atentos a la historia, las tribunas
aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene
cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de
hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
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*Publicado originalmente en la Red Voltaire
el 20-12-2011 http://www.voltairenet.org/Ajedrez-de-cinicos?var_mode=calcul