Tuesday, February 10, 2009

La cebichización de nuestra política externa

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
10-2-2009

La cebichización de nuestra política externa

A no pocos idiotas se les ha ocurrido el mayestático y abisal trueque
de dar prioridad a los potentes cebiches, a los inefables piscos y no
olvidemos los pollitos a la brasa cuando se habla de planteamientos
geopolíticos con nuestro vecino del sur, Chile. El gas, el agua,
nuestros inmensos recursos de riquísima índole, la vasta masa
demográfica de 28 millones de habitantes y la ubicación de país
central comunicador inmejorable con Asia, pierden importancia en las
exégesis de estos mercenarios a quienes el soplo gastronómico de
sabrosas viandas embruja, seduce y envilece en las rutas del tracto
intestinal.

Ante la comprobación ineluctable del monstruoso avituallamiento de
armas que incrementa día a día el país del sur, los estrategas de
juguete y bonete responden que cada día son más las cebicherías y
pollerías las que inundan la capital chilena. Sin olvidar ¡jamás de
los jamases! la consabida copa (mejor dicho botellas) del genuino y
único pisco existente en el mundo. Mirándolo bien el asunto da para
mucho más que risas o gestos simpáticos. Hay quienes en medio de este
festival de imbecilidad y adocenamiento servil, gozan de lo lindo. Ya
no necesitan de muchos tanques, aviones o barcos, los nativos
cómplices y quintacolumnas se encargan de tamizar la ruta invasora
aunque esta vez en términos de conquista de cerebros, entrenamiento
exhaustivo de cipayos y estultos comunicadores de bolsas llenas para
contentar sus ambiciones proditoras. ¿Qué más querría quien necesita
expandir su territorio y margesí de inversiones ante la pobreza
inconcusa de su insuficiente faja costera de 7 mil kilómetros?

¿Qué hacen los representantes oficiales del Perú? Hubo uno que comparó
la cueca con la marinera y les llamó bailes hermanos. Ese es el que
sostuvo que hay una nueva clase de ciudadanos en Santiago y contribuyó
no poco a su censo tributario y domiciliario como si el control
estuviera al margen de esas movidas que efectúan las policías
migratorias en cualquier parte del mundo, especialmente en el sur y
¡con los peruanos! ¿Dirá Hugo Otero que fue la fraternidad de los
pueblos el giro que movió a la celosa custodia de extranjeros en ese
país? Que él camine como Pedro por su casa es un tema diferente y que
abarca hasta su nacimiento.

¿Podemos preguntar de qué se ocupan los representantes diplomáticos?
Hay un cónsul que es casi un retrasado mental y no pocas veces en
Chile y en otras partes ha protagonizado bochornosos actos de
ineficacia administrativa, personal y profesional. De lo que sí se
acuerda este señor es de olvidar a los peruanos y con eso vive
contento. ¡Qué majadería!

Un país no se mide sólo por la ingesta o por el rédito copioso que
gana el que pone un negocio sea la pollería o cebichería o pisquería
que fuere aquí o acullá. Significar que esos comerciantes constituyen
la avanzada exportadora del Perú representa un autoflagelamiento
vergonzoso e inadmisible para cualquier persona decente. ¿O sea que
los peruanos sí sirven para preparar cebiches, servir piscos o dorar
pollitos y nada más? Los sentimientos fenicios de una minoría no
pueden imponerse a los designios nacionales de un país entero.

Pocos días atrás se tomó conocimiento de una producción chilena en
torno a Miguel Grau y el combate de Iquique. Como hay personas que son
buenas gentes se ha evitado cualquier mención guerrera y ríspida
contra el gran marino peruano. No sólo eso. Existe una corriente de
revalorización del gran amigo de Arturo Prat. ¡Qué interesante, hay
que olvidar las circunstancias económicas que empujaron esa guerra de
rapiña contra Perú y que protagonizara Chile entre 1879-1883 y bajo
pretextos todos banales y que luego llevaran a cabo la primera
"limpieza étnica" en el país invadido al que no pudieron vencer en La
Breña gloriosa de Cáceres y hubieron de retirarse luego de cometida la
gigantesca y monstruosa expoliación que llevaron a cabo!

¿Será casualidad que hay un contencioso jurídico por delimitación
marítima con Chile en La Haya? ¿Qué tanto será lo referido al tratado
de libre comercio con el país del sur que carece de validez congresal
en Perú? ¿No será que hay aquí quienes pretenden olvidar a troche y
moche esas llaves maestras de cualquier negociación geopolítica que
son el gas, el agua, nuestros inmensos recursos a lo largo y ancho de
la patria?

No basta con ser imbéciles para reducir la política externa de un país
a la cebichización y a la tragadera monda y lironda. Hay que ser
también necio y traidor.

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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