Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
3-1-2007
La
prensa en Los Peruanoides
Escribió, hace más de setenta años, don Pedro
Villanueva Urquijo en Los Peruanoides*:
“Los fueros de la prensa y los periodistas
El IV Poder del Estado. Así es como se titula.
Al igual que los otros poderes, se cree
que la Prensa ,
que sólo muy pocas veces cumple su verdadera misión, debe disfrutar de
especiales privilegios y ejercer una autoridad que está por encima de cualquier
cosa.
Nuestra Constitución reconoce su libertad,
levemente restringida por una reglamentación anacrónica y disparatada.
A nadie se le va a ocurrir, discutir que los
periódicos cuya redacción está encomendada a hombres cultos, buenos, que
desempeñen al frente de ellos, una especie de sacerdocio, no merezcan no sólo
el elogio de quienes los leen, sino la gratitud de todo un pueblo que tiene que
estar profundamente reconocido a esos órganos trasmisores de la Verdad , defensores de la Justicia y divulgadores
de Cultura.
Periódicos así organizados, para que en sus
páginas sólo se exhiba la
Verdad , la
Justicia y se haga Cultura, merecen ser no sólo un Poder,
sino el primero entre todos.
Desgraciadamente, en la época actual, una onda
de sucio materialismo ha corrompido la conciencia de los hombres que ya no
tienen escrúpulos para industrializar la más noble actividad de la
inteligencia.
El mundo corre atropellando todo, en pos del
becerro de oro, considerando que el Dinero, es la felicidad suprema.
Vivir el disfrutar de poderío, sin que nos
importe sacrificar a los demás. Es la actitud egoísta dentro de la cual se
agita la humanidad.
Los
órganos de la Prensa ,
no han escapado a la corrupción ambiente. Pocos, muy
pocos, son los que en medio de la incomprensión, van cumpliendo austeramente
los deberes del periodismo.
Se fundan periódicos, como restaurantes. En unos y otros, se sirve al público lo que
más le gusta, al más bajo precio, para que consuma más y rinda mejores
dividendos de la Prensa. De
una institución nobilísima, como debía ser el verdadero periodismo, se ha hecho
el más vil de los negocios.
Hay periódicos que explotan todos los sucesos
más impresionantes, aun cuando su publicación contribuya al encasillamiento de
las multitudes, con tal que resulte una inflamación en la venta de mayor número
de ejemplares.
La divisa de estos modernos “periódicos” es
aumentar la circulación, acaparar avisos.
Hasta hace poco, el periodismo representaba la
dedicación de algunos espíritus cultos, que se entregaban a esta noble labor.
Ahora, son los adinerados de cualquier clase, los que pueden comprar las
grandes maquinarias y lujosas instalaciones; todos los que desean hacer una
buena inversión de su capital, para incrementar su Renta, esos son los que
fundan un diario, contratando a sus redactores para que escriban solo aquello
que pueda contribuir éxito económico para la empresa.
Así las
cosas, el periódico ya no es un órgano de divulgación del Bien y la Verdad. Por encima de los
grandes ideales del escritor honrado, se encuentran los intereses de los que
negocian con la Prensa. La
inteligencia del que escribe está esclavizada, vendida al interés del que se le
ha ocurrido dedicarse a periódicos, con el mismo criterio que le dominara, si
hubiera abierto una cantina.
Por eso es que vemos en las páginas de grandes
diarios, reproducidas tantas noticias de
efecto nocivo, iniquidades que se exhibe, tergiversaciones del sentido común y
ultrajes a la Justicia ,
que sorprenden por el descaro de sus redactores que, unas veces porque se les
impone, otras porque ellos mismos participan de un concepto muy pobre sobre el
periodismo, han hecho que, el diario muchas veces no sea sino un fétido flujo
de tinta de imprenta.
Sólo las revistas científicas y de arte,
escapan a la vorágine que domina en las redacciones, para acumular dinero a
toda costa.
La moral social, los grandes intereses
nacionales, las sabias orientaciones que se debe dar al pueblo, todo eso, qué
importa, al lado de los dividendos que necesitan recibir los accionistas de una
empresa periodística… Y luego, se nos viene a hablar de los fueros de la prensa
y la inmunidad de los periodistas.
Como cada nación debe organizar su legislación
en armonía con sus necesidades, procurando que ésta contribuya al bienestar y
progreso de la colectividad, el Perú necesita legislar en el sentido de una
restricción a los desbordes de su prensa, para que ella sea un factor de
colaboración en la cultura nacional.
¡Que se exijan condiciones estrictas para
fundar un diario; que el que se entrega a divulgar mentiras por la prensa, se
encuentre con la Ley
que imponga responsabilidades y que, el que se pretenda usar del periodismo sin
honradez no tenga a su disposición los fueros, que sólo merecen los periodistas
que rinden culto a la verdad y al bien”. (pp. 75-78)
*Los
Peruanoides, Pedro Villanueva Urquijo, DESA, Lima-Perú, noviembre 2006.
Editor Armando Villanueva del Campo.