Informe
Señal de Alerta-Herbert
Mujica Rojas
12-11-2023
¡Cáncer reeleccionista!
https://senaldealerta.pe/cancer-reeleccionista/
El referéndum de un lustro atrás, votó copiosamente contra
la reelección de congresistas. Además, hizo patente su rechazo a cualquier otra
cámara legislativa y fueron más de 18 millones de peruanos, los que categóricamente
lo hicieron así.
Pero los tercos han pugnado y siguen haciéndolo por
conseguir cómo perpetuarse en el puesto legislativo. El Tribunal Constitucional
acaba de emitir pronunciamiento en que limitar la reelección no trasgrede
ningún derecho. La bofetada no puede ser más contundente.
El apostolado de alentar la renovación política es un deber
de Estado. La reelección es un genuino cáncer y ataja cualquier barrunto de
dinamismo en las sociedades. Conozco ex parlamentarios que arguyen razones
sinceras, pero el pueblo conoce a los ganapanes que han hecho del vicio un
modus vivendi.
En ¡Cualquier reelección es degradante! http://www.voltairenet.org/article160120.html
incluí algunos párrafos
que aún conservan alguna vigencia lacerante:
"¿Qué
cercena la posibilidad de desarrollo de un pueblo? De cualquiera de los
nuestros. El continuismo, la falta de creatividad y la mediocre estampa de los
políticos puede garantizar cualquier cosa menos ética y retos nuevos.
¿Qué
renovación podría esperarse de tagarotes que tienen más de 20 años en el
Establo de Plaza Bolívar y que son veteranos en la fautoría de trampas y
violaciones a granel bajo las armazones legales de que son finos y audaces
autores?: ¡ninguna!
¿Hay alguna
posibilidad de reconocer ideas y lustre en algún porcentaje entre los
políticos? ¿siquiera al 10%? El asunto es muy polémico porque ellos mismos no
se dan cuenta del hastío que provocan.
¡Cualquier
reelección es degradante!
Débese, de
inmediato, denunciar a los vectores oportunistas de estas maniobras. Y
señalarlos porque incurren en un delito lesa humanidad a que tienen los pueblos
inequívoco derecho y garantía de cumplimiento como soberanos que son.
Engrilletarles al destino de hombres providenciales que en 30-40 años sólo se
enriquecieron a ellos mismos o a sus mandantes, es un crimen. Otro más de la
infame lista que puede recitar, de memoria, el habitante nacional.
Es más. Una
linda reforma la constituiría prohibir cualquier reelección presidencial o
parlamentaria. Obligaría a muchos ineptos genéticos a comprender que la
política no es vil negociado culpable ni mamadera eterna de ubres cansadas como
son las que posee el Estado."
¿No hemos
visto cómo ex primeros mandatarios, en vez de preparar legiones juveniles de
lustre y moral, alientan esfuerzos e inoculan noticias de sus charlas,
actividades, libros, folletos, torpedos y disfuerzos mil con tal de que se les
recuerde?
Ciertamente,
no hay garantía de que quienes gozan de fama de inescrupulosos hampones y
ladrones, puedan exhibir estatura ética para "enseñar" algo. ¿De
dónde el inmenso tesoro que sufraga sus viajes a cuerpo de rey, sus
desplazamientos en primera clase por todo el mundo, sus embajadas y encargos
charlados al más alto nivel, el famoso toma y daca de la criollísima y corrupta
mar de enjuagues locales? Cuestionamientos que jamás se hacen porque urtican y
señalan acusadoramente a los protagonistas.
Los hombres
y mujeres providenciales no existen, se fabrican y para eso basta con tener
paniaguados con faltriqueras llenas en los medios de comunicación; asesores que
transmitan o insinúen intenciones a modo de ensayo y una sociedad incapaz de
comprender que perennizar la estupidez, por falta de renovación, es el primer
detonante del caos y la violencia.
La reelección,
presidencial o parlamentaria, moviliza millones de dólares porque así se
perpetúan estabilidades jurídicas, castillos legales de impunidad y los que se
van, perdonan a los que llegan (o retornan), de manera que los que caen tras
las rejas o sufren el acoso de jueces insistentes, son los más bobos, esos
débiles mentales que "se creen" el cuento que son personajes.
¿No hemos
visto a idiotas en las cárceles y a los peces gordos libres y viviendo del
saqueo de las arcas nacionales? ¿aquí y afuera?
La reelección
debe ser abolida: quien fue presidente ya tuvo su oportunidad y quien estuvo en
la curul, lo propio. ¿Con qué derecho se atrincheran en cargos que deben ser de
estricto apego a los deberes de servicio y solidaridad con el pueblo que los
eligió?
¡30-40 años
de ver los mismos rostros, enfeudados a la minucia de sus pequeñas existencias,
en Palacio o en el Congreso! ¡Es hora de la renovación generacional y de
enfrentar el juicio limpio y la acusación contundente de los que recién llegan
insospechables de robo o estafa!