Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
4-2-2023
¡Políticos miopes y estrábicos!
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La gente
común y corriente se pregunta, al borde de la desesperación, de por causa de
qué, los políticos peruanos son incapaces de construir salidas atinadas y
eficaces contra el caos que ya amenaza ser permanente.
Es cierto
que el 95% (caso de los legisladores) llegó al Congreso y encontró un mundo
nuevo, jalonado de prácticas y procesos difíciles de asumir con rapidez. A su
natural miopía y estrábica visión del mundo, tuvo que agregar el ámbito
parlamentario.
Para cobrar
cada fin de mes, dar instrucciones a los pelotones de secretarias y tropel de
asesores, amén que instruir sobre los destinos a los choferes asignados, no hay
que hacer mucho esfuerzo. El “doctoreo” con que gratifica el protocolo, les cae
de perillas.
Los miedos
de comunicación tienen su parte en esta mazamorra indigesta. Engríen a quienes
no ahorran esfuerzos en hablar de todo, casi siempre sabiendo absolutamente
nada, y que protagonicen ridículos cotidianos, no interesa. Importa sí
consignar lo que dice el legislador. Le llaman “presencia”.
Lo antedicho
¿garantiza un Poder Legislativo feraz en la producción de leyes en beneficio de
las mayorías siempre olvidadas? La respuesta obvia es ¡de ninguna maner!
¿Cuál ha
sido la razón de existir del actual Congreso? Durante 15 meses empleó todos sus
fuegos en producir la vacancia de Pedro Castillo. ¡Ni siquiera pudo lograrlo
porque el ex mandatario se disparó a los pies el 7-12-2022!
¿Y qué
ocurre hoy? No pueden ponerse de acuerdo para definir la fecha y realización de
las elecciones generales impugnadas por los termocéfalos que alegan haber sido
electos hasta el 2026.
Cuando la
materia gris escasea y no se la posee ¡ni de adorno! deviene imposible pedirle
peras al olmo. Reza el dicho: ¡Lo que Dios no da, Salamanca no lo presta!
Entonces esa Babel que es el Parlamento es el espectáculo que todo el Perú y el
mundo contempla con desaprobación.
¡Honor al
mérito! Nuestros políticos destacan por su profunda miopía e incontinencia
cuando de dar “opiniones” se trata. Hablan porque tienen lengua y la hemorragia
produce esperpentos a cual peor que, como no podía ser de otro modo, los brutos
reputan como “análisis” y cierta prensa, igual de adocenada y cuasi ciega,
celebra con alborozo estrambótico.
El grave
problema de nuestros políticos desde hace más de cuatro décadas es que son
ineptos para proyectar un país vivible por los próximos 50 ó 70 años. Son
lenguaraces y producen indigestiones cerebrales capaces de enredar una telaraña.
Ciertamente tampoco son muy entendidos en el análisis de los grandes temas de
la agenda nacional.
Un tema
urticante pero que poco o nada concita atención.
¿Cuántos
políticos se preocupan por la soberanía de los cielos peruanos hoy cuasi
obsequiados por el gobierno de Alan García (2011) a Latam (antes Lan Chile)? Ni
siquiera pueden definir lo que son quintas libertades y los segmentos
concedidos en absoluta desigualdad a la aerolínea foránea.
¿Conocen
Perú nuestros políticos? Más allá de uno que otro barrio y metropolitano, la
mayor cantidad de personajes que se hacen llamar políticos, son ineptos para
entender que Perú no sólo tiene Costa, Sierra y Montaña sino que debiera
considerar los cielos y el Mar de Grau como 4ta y 5ta región a defender y honrar.
Además de la proyección hacia el Amazonas-Atlántico y a la Antártida.
¡Por si
acaso, señores, no son marcas de helados!
¿Qué, sí
saben? Es cierto que no todos, pero un 95% sí practica la estafa de la fe del
pueblo; tráfico de influencias; mal uso de la información del Estado y hoy
pueden ser parlamentarios y mañana pelearán desde la gerencia de alguna
multinacional, la famosa puerta giratoria. Y todo sin pizca de rubor o
vergüenza mínima.
Resulta
explicable el porqué los partidos políticos carecen de respaldo ciudadano al
modo de antes. No hay vítores, tampoco victorias en las calles ni protesta
firme, hay connivencia salvaje y entre todos se culpan. Los que se van,
entrenan a los que llegan en el finísimo arte de callarse la boca para seguir
mamando de la cansada ubre del Estado y la corrupción campea destruyendo todo a
su paso.
Más que un
país, somos una caricatura informe, desproporcionada, inmóvil al cambio pero
proclive a elegir rateros y pícaros en los puestos más importantes. ¿Cómo puede
entenderse que todos los ex presidentes tengan cuentas por saldar con la
justicia? Uno de ellos se metió un tiro porque barruntaba que los grilletes se
le acercaban peligrosamente.