Thursday, September 13, 2007

Piura: miedo al pueblo

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-9-2007

Piura: miedo al pueblo

Cuando el pueblo se reúne, acuerda y decide, no hay afeite legal,
norma jurídica, mandato minero o poder efímero palaciego y por encargo
de las transnacionales, que esté por encima de tal soberana actitud
valiente. En Ayabaca y Huancambamba se producirá el próximo domingo un
repudio absoluto de expresión popular a la minería. El voto es la
revolución. La cobardía es tildar a un comicio genuino de mil y un
formas y ninguna de éstas pasa por acción política de trabajo,
información y combate a los traficantes que viven de la pobreza con
fondos externos. El presidente dice lo que quiere. Oirá, el 16, lo que
no quiere que es real y contundente: la voz del pueblo. Vox populi,
vox dei.

El poder minero ha entrado, como siempre: sobornando, envileciendo
conciencias, propagando embustes, repartiendo dinero y dólares. ¡A la
bruta! Así de simple. Estas empresas no entienden que los pueblos
deben estar absolutamente involucrados en cualesquiera proyecto de
desarrollo. Los precedentes en Cajamarca, con Minera Yanacocha ¡no
pueden ser peores! Pero lo ocurrido en el 2002 en Tambogrande, el
asesinato misterioso del ingeniero Godofredo García Baca, de quien
tirios y troyanos no se acuerdan, parece no enseñar nada a quienes
pretenden convertir a Piura en un desierto contaminado, sin vegetación
natural de defensa o regulación de sus vientos y en vil coto de caza
para que allí generen fortunas exportables y que, como en Cajamarca,
en 20 ó 30 años, existan desiertos y cientos de miles migren a la
Costa o a Lima en búsqueda de empleo.

Recuerdo con emoción personal el titular de Dignidad, único diario que
el 2002 se jugó por completo por los pueblos de Piura: ¡El Perú se
llama Tambogrande! y la consulta arrojó lo que todos sabían iba a
ocurrir: más del 90% a favor de la agricultura y el resto por la
minería. El razonamiento fue simple allí: si la agricultura es más
rentable, ¿para qué minería? No estoy muy seguro que aplicar lo de
entonces, mecánica y servilmente a Ayabaca y Huancabamba, sea lo más
correcto o apropiado.

Que el gobierno esté absolutamente enfeudado a las transnacionales
mineras es un hecho lamentable e indecoroso del cual no hay posible
duda. ¡Ni la más mínima! Se entiende entonces que estas firmas
declinen contratar a especialistas informadores. ¿Para qué?, si tienen
a los vocingleros en Palacio y en la PCM. La pregunta es incómoda: ¿a
cuánto asciende la onerosa factura del do ut des? ¡Qué desverguenza!

Las cacatúas de cuello y corbata en el Establo echan lodo a la
consulta del domingo. ¡Como si sus voces importaran un bledo! Pero
tienen titulares, notas periodísticas y espacio en radios y canales.
Sin embargo la historia registrará el insuperable ridículo del cual
son tristemente célebres protagonistas.

Si el gobierno, la minera y ¡todo el mundo! sabía del repudio que
concitan las actividades de ese jaez ¿por causa de qué no han
organizado legítimas acciones políticas respetuosas de la voluntad
pueblerina? No, las porquerías aquellas amañadas que prohíjan los
ministerios respectivos en que abundan traficantes profesionales que
viven del engaño y el timo institucional. Lo que ocurre es que no
quieren invertir con limpieza sino siguiendo los métodos prohibidos y
mendaces que en otras partes han producido muerte y tragedia.

Hay pandillas que viven de la agudización de conflictos. Y ¡lo que es
peor! importan agendas y dólares foráneos para persistir en el cómodo
menú de engordar con el sufrimiento de otros. Eso es conocido. ¿Qué se
ha hecho para contrarrestar política y orgánicamente esta influencia?
Las masas se combaten con las masas, no con discursitos o mohínes de
desprecio que se convierten, a la postre, en bumeranes.

Mientras que el gobierno no comprenda que esta es una actividad de
alta política constructiva y que debe hacer conjugar los intereses del
capital con las legítimas aspiraciones populares de desarrollo con
ambientes limpios y preservación del medio ambiente, seguirán medrando
patotas, tanto las que responden mercenariamente a las empresas
mineras como esas otras que viven de los tan odiados dólares que sólo
limpian la conciencia de las transnacionales y su accionar en estos
pueblitos subdesarrollados, ignorantes y embrutecidos por siglos de
opresión moral y mental.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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