Saturday, June 24, 2006

Perú-Bolivia: ¿qué, no hay parecidos?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
19-10-2003

Perú-Bolivia: ¿qué, no hay parecidos?

Desde que el vendepatria Sánchez de Losada dejara la presidencia de
Bolivia y se fugara a Miami a rumiar en su dolarizada consciencia las
más de 70 muertes que su contumacia generó, en el Perú múltiples
políticos, periodistas y exégetas variopintos insisten en sostener que
entre nuestro país y Bolivia no hay parecidos o similitudes subrayando
que aquí no hay un movimiento indígena como en el Altiplano. ¡Veleidad
calamitosa! ¡Pero sí hay gas que a toda costa se pretende exportar
como un producto primario hacia México, ya no a Estados Unidos, para
que esta nación hermana lo reexporte a Estados Unidos!

Ocurre que gran parte de nuestra podrida clase política se muere de
pavor sólo de pensar que el pueblo gane las calles y genere
situaciones de difícil control salvo que a sangre y fuego, fórmula
clásica que tiene vigencia en Perú casi desde que nació como república
de mandones, blancos, oligarcas y tarados sin horizonte ni consciencia
nacional y nacionalista. ¡He allí la madre del cordero!

¿Es que aquí no tenemos el gas de Camisea? El contrato que mal negocia
la explotación, transporte y comercialización de ese importante
producto nace con el entendimiento que hubo entre Paniagua y
Pluspetrol. Una empresita de ínfimo capital, Hidrocarburos Andinos
SAC. se apropió del 10% del contrato y éste le reconoció participación
antes que siquiera estuviera reconocida como firma en los registros
públicos y fue el Estudio Echecopar el que dio forma legal a esa
misteriosa institución. Hidrocarburos Andinos ha desaparecido del
contrato y ahora figura Tecpetrol, propiedad al 100% de Techint,
argentina como Pluspetrol.

¿Por causa de qué se nos embute que tenemos que llevar nuestro gas a
México? ¿Acaso aquí no se puede impulsar con ese combustible una
industria petroquímica? En buena cuenta ¿el gas no puede servir a los
peruanos? El descaro de que hacen gala las firmas metidas en este
convite cuya aclaración aún aguarda más voces valientes, escasas
ciertamente, también discurre por la "genialidad" que hoy se ha
"descubierto" en torno a las regalías.

Ha dicho el famoso economista vasallo de las transnacionales, Pedro
Pablo Kuczynski, que como la Shell había invertido US$ 500 millones
entonces en el 2000 se justificaba que las regalías fueran del orden
de 37%. Pero que ahora "hay que discutir" los nuevos términos para el
gas que sea exportado. En buen romance: ¡hay que favorecer a las
empresas que están en Camisea para que le paguen menos al Estado
porque se está revisando de facto el contrato Paniagua-Pluspetrol!
¡Qué descaro!

Pluspetrol no tiene capital ni tecnología y su gerente general el
argentino Norberto Benito es un contador público. Conviene al mundo
formal que se reparte las zonas de los países con recursos energéticos
que ésta asegure del Estado peruano un virtual monopolio en la compra
del recurso que sale de la boca del pozo. Resulta que el gas es
peruano sólo hasta que es extraído, en ese momento, pasa a ser
propiedad para todos sus efectos, de las contratistas y esto por 40
años. ¡Qué manera tan descarada de robar legalmente! ¿No?

Hay denuncias múltiples que han esclarecido porqué y cuáles las
razones de la violenta protesta del glorioso pueblo boliviano. Y aquí
tenemos los mismos ingredientes gasíferos y políticos. Negociantes que
fungen de estadistas y ladrones transnacionales que no entienden que
cuando se cierran las puertas de la legalidad, se abren las de la
violencia, como repetía Nicolás de Piérola.

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

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