Saturday, June 24, 2006

Torre Tagle: ¿quieren botar a Maúrtua?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
16-2-2006

Torre Tagle: ¿quieren botar a Maúrtua?

No son pocos los indicios que apuntan fuertemente a preparar la
salida, a paso de polca, y con pretextos mil, del canciller Oscar
Maúrtua. El Comercio, el diario de la antipatria ("Primero los
chilenos que Piérola") se ha distinguido en las últimas semanas como
el vocero de sectores que no se sabe bien para quién trabajan o qué
procuran defenestrando a quien heredó una cartera luego del
catastrófico vendaval promovido por su predecesor diplomático en Torre
Tagle.

Veamos. La subitánea y entusiástica campaña de Torre Tagle por la
adhesión del Perú a la Convención del Mar, devino en un fracaso sin
atenuantes y un hecho promovido in artículo mortis por Manuel
Rodríguez Cuadros. No por Maúrtua, a quien corresponde, si así puede
denominársele, el mérito de haber comprendido que aquella estupidez no
iba a ser sino un estentóreo ridículo y fracaso. En buen romance, que
este brulote haya salido del ámbito público sí es un acierto que debió
acometer el actual canciller Maúrtua y lo hizo a pesar de las inmensas
presiones de los grupos traidores. Esto dice no poco del esfuerzo de
quien está al frente de Relaciones Exteriores.

El ríspido tema pendiente de la delimitación marítima con Chile fue
una de las columnas, ni tan pétreas ni sólidas, del ejercicio
locuacísimo en RREE de Manuel Rodríguez Cuadros. Maúrtua heredó el
esquema y ha tenido que lidiar con la majadería sempiterna del vecino
del sur y, más para bien que para mal, ha logrado bajar el tono
agresivísimo e insolente que siguió a la soberana decisión del Perú de
fijar sus líneas de base en el Mar de Grau. En buena cuenta, no sólo
debió cargar con el fardo pesado Maúrtua sino que morigeró los
arrebatos chilenos que ha poco firmaron un pacto ¡otro más! con el
vecino del norte, Ecuador.

Nótese que el piso ha estado –y está- lleno de baches y el muerto, por
impericia, falta de pantalones o condiciones objetivas/subjetivas
inmanejables, quedó en el imaginario de Maúrtua pero como cachivache
de otro, no como gestión. Acaso haya que entender al canciller Maúrtua
más como bombero de incendios ajenos. Para cualquier observador
extraño, haberse manejado entre fieras hambrientas, al norte y al sur,
y capeando durísimas circunstancias internas, no es moco de pavo y eso
revela, que Oscar Maúrtua no es tan dócil como lo pintan y en
realidad, ha desplegado criterios singulares e independientes en
terrenos sumamente minados. Y hay, felizmente en camino y para los
próximos días, iniciativas de mucha importancia geopolítica para el
Perú.

Voces críticas apuntan a que se estaría preparando el terreno de
sucesión de Maúrtua. El viernes pasado, Harold Forsyth Mejía, ministro
y ex embajador en Colombia e Italia, recibió una condecoración por
servicios distinguidos ¡precisamente de Oscar Maúrtua a nombre del
país! Por tanto, difícilmente podríase contar a Forsyth Mejía como el
Judas alevoso que apuñalara a quien cortésmente le otorgó una presea
sobre cuyo mérito hay hasta una posible polémica. Antier, martes,
Forsyth Mejía fue agasajado con un almuerzo por sus colegas de la
Cancillería. Es decir, el robusto diplomático, de incurrir en
desaguisados de esta naturaleza prohibida no podría caminar, sin ser
llamado traidor. ¿Qué utilidad tendría un diplomático identificado, en
estos últimos cinco años, con el toledismo a rajatabla para un nuevo
gobierno?: ¡ninguna!

Circula profusamente otra versión que apuntaría a señalar al regalón
embajador Eduardo Ponce de Vivanco como supuesto asesor de las
continuas epístolas que viene emitiendo su colega fujimorista y
profesional, Luis Machiavello. ¿Será cierto esto? El asunto no pasaría
de una travesura inane, como sus protagonistas, si no fuera Ponce de
Vivanco el canciller de un supuesto gobierno de la derechista Lourdes
Flores. Ponce es tristemente recordado por ser perdedor de documentos
oficiales del Estado peruano; por haber firmado papeles mientras que
había en nuestro territorio tropas invasoras ecuatorianas y porque fue
uno de los más sibilinos fujimoristas encubiertos al servicio de la
dictadura del nipón. Ahora, por cierto, lo niega y arropa todo en el
indigesto lenguaje edulcorado que abunda mucho para no decir nada.
¿Cómo así que Ponce estaría también metido en el complot para
defenestrar a Maúrtua? ¿Sabe de estas pretendidas inconductas Lourdes
Flores?

En momentos en que se avecina un proceso electoral, situación de suyo
conflictiva, parecería de una imbecilidad sublime la designación de un
nuevo canciller. ¿O hay en camino alianzas estratégicas para proteger
a todos los diplomáticos que han tenido una actuación demasiado
entusiasta con el régimen del presidente saliente Toledo? Si así
fuera, entonces, todo el propósito diplomático trocaría en conchabos,
alianzas vergonzosas y cogollos inmorales dispuestos a sacrificar a
cualquiera con tal de salvar el cuello y ¡acomodarse con la nueva
administración! ¿Persiste la falta de decencia en la administración
pública?

Puédese discrepar de tal o cual capítulo del régimen que capitanea
Oscar Maúrtua. No es una lumbrera. ¡No pretende serlo en lo más
mínimo! Pero echarlo o botarlo bajo las hipócritas formas que son tan
tradicionales y resobadas, no agregaría sino un momento más de
vergüenza para el país. Y tengo la impresión que Torre Tagle no está
para tafetanes. Bastante tendrán que explicar algunos que son los
genuinos disparates bípedos y protagonistas de torpezas e
inmoralidades de las que hay que pedir cuenta detallada y un juicio
político y administrativo ¡hasta las últimas consecuencias!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

Lea www.redvoltaire.net

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