Saturday, June 24, 2006

Brasil-Perú: unidad contra fantasmas

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-8-2003

Brasil-Perú: unidad contra fantasmas

Sean los caminos por los que se transite, los acuerdos que se firmen,
si Brasil y Perú continúan con este acercamiento integrador, los
fantasmas de cualquier amenaza militar, por lo menos en el norte y en
el sur del país, se acaban de una buena vez. En efecto, Chile se
maneja con una enorme cantidad de capital invertido en el Perú y
Ecuador quiere sentar sus reales en la Selva peruana merced a los
convenios firmados en Brasilia y años después de la desastrosa guerra
del Cenepa.

Un excelente amigo comentó sobre esta integración: ¿está el Perú
preparado para contrarrestar el avance brasilero? Y la pregunta es
válida. No sólo la pujante y enorme influencia fronteriza que tiene el
país luso-parlante es un dato a considerar sino su bien definido
propósito de llegar al Pacífico para lo que tiene que invertir en una
suerte de combinación social y yo diría que hasta
antroposociogeográfica. El idioma no es problema porque se parecen
mucho y es perentorio que estos, el castellano y el portugués, se
aprendan desde el colegio.

Son varias las empresas brasileras que están en el Perú desde hace
largos lustros. Haciendo carreteras y obras viales, es reconocida su
fuerza intrépida para adentrarse en países difíciles como el Perú.

Alguna vez aventuré opinión sobre los espíritus brasilero y peruano y
cómo una integración podría potenciar misiones conjuntas de altísimo
contenido social y educativo o empresarial y financiero. Son cientos o
hasta miles los niños que suelen estudiar en colegios brasileros tema
que no se comprueba a la inversa. Pero sí que son decenas los
profesionales que han venido al Perú a desempeñarse en sus carreras.
Conocí el caso de una médico que llegó por matrimonio y se quedó casi
20 años e hizo amistades, su hija es peruana y sólo por tener a una
pariente de edad respetable debió retornar al Brasil. Ejemplos como
éste, hay muchísimos.

Ha poco en Sao Paulo, con traviesa intención, la llamé uma cidade del
café con leche por la multiplicidad racial que en esa urbe de casi 20
millones de habitantes se nota de inmediato. Hay en el país hermano
hasta un ministerio contra la discriminación por el color de la piel y
eso es muy interesante porque aquí tenemos una tara insoportable y que
averguenza y que practica todo aquel que tiene unos pocos dólares más
en el bolsillo contra sus semejantes. El dinero blanquea y aquí no nos
caería mal un trabajo orgánico e ideológico contra el absurdo racismo
hipócrita pero imperante a lo largo y ancho de la nación.

Al peruano le seduce la alegría sensual del brasilero, hombre y mujer,
que tiene hasta la eufonía del portugués de su lado y la mezcla de sus
timbales y guitarras dan a la samba un atractivo indubitable.
Asimismo, ellos quieren conocer los restos arqueológicos que el Perú
ostenta en gran cantidad. ¿Alguien se ha preguntado qué ocurriría si
recibiéramos, sólo en Cusco, un contingente importante de turistas
brasileros? Digamos que llegaran, por tierra, a través de buenas
carreteras, unos 100,000 por dar una cifra modesta. ¡Sería
impresionante!

Brasil y Perú han dado pasos irreversibles y con eso los fantasmas en
el norte y en el sur, empiezan a anemizar su presencia molesta y
larguísima.

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

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