Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
8-3-2005
Barrick: la viveza de los poderosos
Minera Barrick con la flagrante complicidad de la Sunat y del MEF se
está librando del pago de algo así como US$ 150 millones de dólares al
Estado. No sólo eso, cuando el pueblo sale a protestar por la
sinverguencería, se contrata a personal de la Marina, de la Policía,
para que meta palo y balazos a la gente que reclama lo que es suyo y
que simplemente Barrick quiere legalmente robar. La viveza de los
poderosos es un signo distintivo que viene desde el gobierno
delincuencial de Fujimori y que se ha perpetuado en la administración
actual.
Los empresarios mineros, casi sin excepción, miran al resto de
peruanos como a lacayos. Con un desprecio, pseudo-cualidad construida
en dineros mal habidos sobre la explotación brutal del hombre en la
mina, estos sujetos son capaces de proveer de decenas de cajas de
alcohol para que sus empleados y obreros se emborrachen, pero son
incapaces siquiera de remediar crímenes contra el medio ambiente como
el habido hace años en Choropampa, Cajamarca, y ha poco en Túpac
Amaru, Distrito de Echarate, Valle de la Convención en Cusco con el
escape de gas, responsabilidad impune hasta hoy de TGP (Transportadora
del Gas Peruano).
Muchas fortunas mineras en el Perú se lograron en base a robos,
estafas, exacciones, contratos de legislación con dedicatoria. En la
minería hay dinero y hasta tienen turiferarios ridículos a quienes
cualquier cosa, parece un heroísmo y una entrega al Perú. Cuando la
minería no ocupa mano de obra masiva, contamina sin atenuantes y no
hace el más mínimo esfuerzo por implementar medidas anti-polución
porque demandan inversiones cuantiosas. En cambio, sí que se llevan
las alforjas llenas de dinero y no reinvierten sino en mínima parte.
Y lo mismo pasa con el resto del cobarde empresariado peruano. No
respeta las leyes, abusa de palabra y de hecho contra sus empleados,
paga poco, pero gana mucho; sus yerros los pagan los dependientes. La
desesperación de irse a la calle si se protesta llega a niveles de
envilecimiento porque hay quienes no saben lo que es estar peleando
hora a hora el pan diario sino que están acostumbrados los 15 y los 30
a recibir su magro sueldo. En un país con gente así, domesticada,
tomada a sangre y fuego, por pandillas de abusivos que se
autodenominan empresarios, no hay que sorprenderse del grado de
sumisión que demuestran quienes han perdido hasta la más mínima
dignidad mientras que el patrón se refocila en la falsa creencia que
eso es don de mando.
Barrick está aprovechando de su cuarto de hora. Pero el pueblo de
Huaraz ha salido a las calles. Su demanda es justa aunque la legalidad
de la Sunat y el MEF, dos entes absolutamente controlados por los
empresarios y sus representantes, diga todo lo contrario. Así se
regalan los países y –lo que es peor- a su gente engrilletada a
regímenes oprobiosos y hasta esclavistas. ¿Y la justicia social? ¡Dios
santo! Como diría Manuel Apolinario Odría: ¡la democracia no se come!
¿Y los diarios qué dicen? Consignan los avisos pagados de Barrick,
Sunat y MEF. No analizan, no dan cuenta ni cuestionan cómo es que la
Marina tiene que ver en conflictos sociales. ¿No basta el baño de
sangre que estos últimos protagonizaron en los Andes cuando las épocas
del terrorismo y mataban a diestra y siniestra convirtiéndose en
chacales y no justicieros? Pueblo que no aprende de sus errores,
vuelve a cometerlos. Y quien siembra vientos, cosecha tempestades.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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