Wednesday, June 28, 2006

¡Los crímenes en Camisea!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-1-2006

¡Los crímenes en Camisea!

Hasta quince campamentos y bases se construyeron en la Zona Reservada
del Apurímac por donde se hizo una buena parte del tendido del
gasoducto de Camisea. En todos ellos se instalaron tanques de
combustibles, containers, tuberías, cables, antenas, maquinaria
pesada, camionetas, casetas, llevados por ruidosos helicópteros a la
zona. Por supuesto que Techint gozó, para sus faenas, de la absoluta
mudez cómplice de Inrena y Osinerg.

Terminadas las obras se debía retirar todo este material contaminante.
Pero ¿qué hicieron u ordenaron los irresponsables directivos de
Techint y TGP (Transportadora del Gas Peruano)?: ¡enterraron todo
cometiendo un flagrante crimen contra el medio ambiente! Lo que no
tuvieron en cuenta estos miserables es que la zona es de alta
pluviosidad y esto originó un continuo movimiento de tierras, es
decir, que la barbaridad quedó al descubierto ocasionando en la Zona
Reservada un ¡verdadero desastre ambiental! ¡Y todo por no gastar en
combustible y alquiler de los helicópteros, para hacer, como debió
haberse hecho, el desalojo ordenado y retiro de toda esa logística!

Los testimonios de ingenieros, trabajadores y regnícolas denuncian que
en los terrenos de los campamentos Chocoriari, Paratori, Pongo,
Vilcabamba, Chimparina, Alto Itariato, Comerciato y los cuatro
campamentos de Aendoshiari hay toda clase de resabios metálicos,
plásticos y de índole diversa regados por doquier. Techint contrató,
para borrar las huellas del crimen, a la empresa colombiana
Ingeciencias, comisionada para "trabajos de geotecnia" y disipar
cualquier prueba culposa del atentado. ¿Y qué hizo Ingeciencias?:
¡volvió a enterrar los restos, plantó pasto y punto! La naturaleza,
volvió, por segunda vez, a desnudar la delincuencial acción y por la
erosión de lluvias y deslizamientos de tierras, todo sigue como estaba
antes: ¡en un completo caos ecológico!

Los últimos derrames del líquido de gas natural, GNL, al Urubamba, son
superiores a los 5000 (cinco mil) barriles, matando todo tipo de vida
a su paso y generando un crimen ambiental y de salubridad contra las
poblaciones que viven y dependen del río, especialmente indígenas.
Hace pocos días el viceministro de Energía tildó de "minucias" estas
aparatosas circunstancias. Es decir, para estas autoridades
ignorantes, la vida de las comunidades que viven a orillas de los ríos
Urubamba y Apurímac ¡no valen nada, no son seres humanos y sus
problemas son deleznables!

¿Qué dicen los candidatos presidenciales? ¿Qué pueden decir, si no
saben nada de nada y pareciera que tampoco les interesa muy mucho el
medio ambiente o la vida de los compatriotas más humildes que habitan
estos difíciles parajes de nuestra Selva y Sierra? ¿Qué opina con su
silencio torpe y majadero la DP Merino? ¡Absolutamente nada! ¡Ella
está más interesada en hablar de otros temas, por ejemplo, de los
"fondos" para planes de saneamiento y agua en Lima como anunció al
asumir el cargo semanas atrás!

¿Por causa de qué la justicia es lenta, farragosa, absolutamente
complicada? En el Poder Judicial, en el Congreso, en la Defensoría del
Pueblo, hay portafolios enormes con denuncias contra estas malas
empresas argentinas. Pero ¡aquí no pasa nada! Por toda información ha
dicho el contador público Norberto Benito de Pluspetrol, que la culpa
de los accidentes en el gasoducto se debe a que fue construido en
zonas sísmicas.

¿Los paseítos en lanchas y vuelos en helicópteros y gorritos,
chalecos, whisky y vinos, compraron a todos los funcionarios inmorales
de Osinerg, Migraciones, ministerio de Trabajo y Economía y Finanzas,
que se han hecho los bobos con todas las monstruosidades que vieron in
situ y ahora ocultan? ¿Las migajas que dieron a los inspectores
compran licencias, aunque eso signifique la destrucción del medio
ambiente y del proyecto de vida de las poblaciones compatriotas del
interior?

A mí me tocó ver a cientos de peruanos en las puertas de Techint en
Echarate, La Convención, Cusco y comprobar que los preferidos para
puestos de trabajo eran foráneos, chilenos, argentinos, colombianos. A
ellos se les otorgaba cuasi automáticamente carnet de extranjería y
permisos de trabajo, con el consiguiente ahorro de impuestos y tasas.
Y, dicen las fuentes, muchos figuraban en planillas de empresas con
oficina y área de trabajo fuera del Perú, es decir, en el papel ¡jamás
trabajaron aquí con la consiguiente evasión de impuestos!

Cuando la primera fuga de gas el trabajador Miguel Amao, murió
carbonizado el 1 de enero del 2005 y esto ocurrió en el km. 8.800 del
gasoducto. Con un acto fraudulento y la declaración cómplice y
comprada de un mecánico, tanto Techint como la compañía de Seguros
Rímac, se han librado de pagar la indemnización correspondiente a los
deudos de Miguel Amao. Quienes ordenaron que Miguel llevara a cabo
maniobras temerarias que culminaron con su muerte y la mutilación
parcial de otro, siguen en Perú ¡cómo si fuera un perro el herido o
muerto! ¡Qué desverguenza la inacción de las autoridades peruanas!

Denuncié, años atrás, en el vídeo: Valle de La Convención, Cusco:
Tierra de Nadie, cómo Techint, Pluspetrol, TGP, habían destruido las
cabeceras de los cerros en La Convención, que ríos y campos habían
sido contaminados, que los muertos superaban decenas y por negligencia
y explotación infame de estas empresas. A cuatro años de aquella
jornada patriótica, los hechos letales y contra los pobladores
peruanos siguen sucediéndose en una espiral creciente de inseguridad
suicida. Aquí en Lima, desde el presidente a parlamentarios y desde
políticos a defensores u ONGs, ¡todos callan porque los que mueren son
otros peruanos de quinta o sexta categoría según los aberrantes
escalafones de estos frívolos!

Las denuncias continuarán. Son hombres y mujeres valientes los que
manifiestan su impotencia porque nadie les escucha. Los medios de
comunicación, envilecidos hasta el tuétano, sólo hacen fintas y
maniobras epidérmicas para aparentar un cumplimiento que jamás llega.
Pocos días atrás, constituyendo la excepción que confirma la regla, el
programa de César Hildebrandt emitió un valiente reportaje de cómo
están las cosas realmente en el gasoducto de Camisea. Y aquí
seguiremos en una lucha pionera, absolutamente patriótica y que
reclama a otros peruanos más información. Y nada más.

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

Lea www.redvoltaire.net

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