Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
8-12-2005
Camisea: ¡los sismos tienen la culpa!
El especialista en temas energéticos y gasíferos, el contador público
argentino, Norberto Benito, gerente general de Pluspetrol, asociada
con TGP (Transportadora del Gas Peruano) enseñó cómo se explica, con
la brillantez esperada en estos casos, la cuarta falla del gasoducto
que parte de Camisea, por cuarta vez, en menos de un año, afirmó el
científico: ¡los sismos tienen la culpa! O sea: los equipos técnicos
que tendieron el gasoducto no previeron, en un país con sismos al por
mayor, que esta contingencia podía ocurrir en cualquier momento.
Al margen de la deliciosa estupidez que destilan las palabras de
Benito hay un asunto que no puede dejar de resaltarse: ¡ni los
partidos políticos –mejor dicho, clubes electorales-, ni los
gobernantes, mucho menos los organismos de control, parecen percibir
la gravedad que tienen estas continuas fallas en el gasoducto que
indican, a simple vista, que hay algo mal hecho o muy deficientemente
fabricado. ¿No es hora que la flamante Defensora del Pueblo, Beatriz
Merino, meta el diente a un problema delicadísimo que compromete la
salud de las poblaciones y la pulcritud de normas que deben seguirse
para NO destruir el medio ambiente?
El ex ministro de Energía y Minas, ingeniero Carlos Herrera Descalzi,
afirmó, días atrás, en tono enérgico sobre la necesarísima
intervención del gobierno y sus entidades fiscalizadoras en un tema
altamente sensible. ¡Y tiene motivos para hablar sobre el particular!
Nadie puede –ni debe- olvidar que fue ¡precisamente! Herrera quien
admonizó, años atrás, sobre el porcentaje de regalías no precisado con
exactitud en el contrato de concesión final actualmente en vigencia.
No pocas veces, el desaparecido Carlos Repetto Grand, discurrió por
denuncias en torno a irregularidades de ese contrato que jamás fueron
contestadas por absolutamente ¡nadie! Más modestamente, estuve en
Camisea, recorrí el Valle de La Convención y múltiples poblados y
comprobé la destrucción de la cabecera de los cerros; la contaminación
temprana de ríos y tierras; la migración desesperada de poblaciones y
los daños causados por los camiones, helicópteros, de las empresas
Pluspetrol, Techint y TGP en esas zonas sin que nadie tomara en cuenta
lo que luego compendiamos en un vídeo Valle de La Convención, Cusco:
Tierra de Nadie.
Por tanto, hoy vivimos las consecuencias de criminales acciones que
pasan por tubos más baratos, de colocación en sitios poco propicios y
los resultados no pueden ser más deplorables: ¡cuatro fallas en el
gasoducto en menos de un año! ¿Se puede, con la caradura que ha
demostrado el contador Norberto Benito, insultar la inteligencia de
todo un pueblo, echándole la culpa de estas rupturas a los sismos?
¿Qué, ellos no sabían qué clase de topografía era en la que debían
tender el gasoducto?
Esta es una brillante oportunidad para que Perú examine al milímetro a
través de organismos honestos y acreditados, ¡qué está ocurriendo con
ese gasoducto! ¡Y si las fallas son atribuibles a una pésima y ladrona
gestión, como muchos sostienen, a cargo de los concesionarios,
entonces hay que cancelarles el contrato, multarlos y tomar las
previsiones para que no se fuguen del país! ¡Y retornen más adelante
con cualquier otro gobierno permisivo y sumiso!
La abyecta miopía de políticos, partidos, ONGs muy bien financiadas
para NO ver, permite que este atentado contra la vida de cientos de
miles de peruanos, no sea erradicado, de una buena vez, del ambiente y
corrija lo mal hecho para que evitemos lo que mañana podríamos
lamentar en vidas y proyectos tronchados.
¿Dirán que no oyen los que tienen que oír so pena de ser acusados de
crímenes lesa humanidad?
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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