Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
31-7-2017
Andrés Townsend
Ezcurra: espectacular vigencia de sus palabras
“Que otros ocupen transitoriamente un inmueble y utilicen en
forma interna un logotipo. Pues así como el hábito no hace al monje el local no
hace al Partido.
Que el Partido, tú y nosotros lo sabemos, lo forma este
cuerpo místico de militantes que aclaman tu nombre, profesan tus ideas y se
mantienen inflexibles en torno a tu línea moral. (Aplausos)
Todo esto compañeros nos lleva también a otra circunstacia.
Debemos devolverle al Partido los altos niveles morales que le fijó la vida
austera de Víctor Raúl Haya de la Torre. El Partido se ha resentido de
profundas quiebras en su ética partidaria. Ha visto resucitar en su seno viejas
mañas de la política criolla contra las cuales reaccionó nuestro movimiento
desde que apareciera en la escena política peruana y se ha visto también la
aplicación de sistemas de fuerza, de imposición y de violencia que son
incompatibles con la dignidad, con la auténtica disciplina y mutuo respeto de
los compañeros apristas.
Estos problemas nuestros, no son solamente, y lo saben
ustedes, problemas de los apristas. Interesan a la opinión pública y aún los
partidos competidores comprenden que si el Partido Aprista se dividiera o se
debilitara irremediablemente se produciría un vacío profundo en la estructura
democrática del Perú. Es más: podría lesionar esa misma organización
institucional porque nuestro Partido, por su antigüedad, por su línea, por su
Jefe, por su mayorazgo cívico e histórico, ha sido y es una columna
sustentadora del régimen democrático en el Perú y si esa columna cae, pueden
pasar cosas temibles. Los extremos chocarían entre sí y vacilaríamos entre el
golpe reaccionario o el caos extremista. Por eso y tantas cosas más, porque es
el producto heroico de generaciones de peruanos y peruanas, el Apra no debe
morir, ¡el Apra nunca muere! (Ovación) El Apra nunca muere y el Apra no
debe morir y aquí estamos para salvarla, aquí estamos para revitalizarla, para
vigorizarla, para empujarla hacia adelante, olvidando los transitorios
desastres del año pasado. El Apra no debe morir, ni puede morir porque no ha
cumplido todavía la misión para la cual fue creada. Mientras haya una libertad
que reclamar, mientras haya una injusticia que abolir, mientras haya un dolor
que socorrer, vivirá el Apra, eterna y necesaria como el pueblo mismo. (Ovación)”
Plaza San Martín, 21 de febrero, 1981.
Un día como hoy en 1994, partió el maestro Andrés Townsend
Ezcurra. Sus escritos y ensayos reunidos en una veintena de libros, discursos y
textos periodísticos de potencia lógica imbatible y galana con buida pluma,
como la describiera Nicanor Mujica Alvarez Calderón, persisten en su meridiana
admonición verificada en los hechos. La destrucción del aprismo a cargo de Alan
García Pérez y epígonos grises es un suceso que ya entonces asomaba sus
siniestros contornos y que Townsend advirtió tempranamente.
Andrés Townsend Ezcurra fue en vida maestro, consejero,
editor, periodista, escritor, orador y hombre de proverbial buen humor y
sabiduría que amenizaba con anécdotas muy divertidas.
Es hora de reivindicarlo en la política a la que él dedicó
sus mejores horas. Son no pocas sus contribuciones en la edificación
latinoamericana de una integración de pueblos, desde abajo y desde dentro.
Hoy muchos militantes del Apra comprenden que tuvo razón en
oponerse a los desmanes de los facinerosos que liquidaron al movimiento
político creado por Haya de la Torre.
El “Congreso” que los alanistas y los alanistas de oposición
llevaron a cabo hace menos de tres semanas, se inscribe como mácula de esas que
Andrés Townsend denunció a partir de 1980.
Para mí, su recuerdo y enseñanzas, viven siempre como norte
y guión, manual fraterno y orientación que nunca se olvidan.
…………………………………….
No comments:
Post a Comment