¿200 años de
independencia ficticia?
por Javier Lajo Lazo; javierlajo@hotmail.com
30-7-2017
Dicen los "entendidos", que la situación del
mestizaje peruano e incluso el "latinoamericano", más propiamente se
podría llamar "bastardismo", pues desde Pizarro y luego los
"independentistas" de 1821, se negaron siempre a reconocer a los
pueblos indígenas como sujetos de gobernabilidad e integrantes de los Estados
"latinoamericanos" creados e "independizados" en los
escasos años que van de 1815 a 1825.
Después de cerca de 200 años de depredación económica
mercantilista y de farsa política despótica de una minoría centralista limeña y
criolla, y al amparo del fracaso de esta casta criolla que creó un país y en
acto conjunto creó también su "independencia", podemos afirmar que
debemos re-fundar una legítima república plural con una legítima democracia (no
está demás redundar y decir: Una democracia de todos) y una legítima
constitucionalidad de todos las naciones que conviven en Perú.
Precisamos que ahora NO necesitamos una "nueva" Constitución
de las minorías criollas, centralistas y excluyentes, lo que necesitamos es un
nuevo régimen constitucional, esta
vez plurinacional, que re-funde una nueva república plural, que no excluya a
ninguna de las naciones o etnias que compartimos nuestro país. Tiene que
acabarse este “bastardismo” dentro de nuestra nación. Es decir debemos poner
fin a la falta de reconocimiento, o exclusión por parte del Estado peruano de
alguno o de casi todos los componentes o “nacionalidades” que conforman NUESTRO país.
El problema fundamental de la Constitución (o régimen
constitucional) actual es que solo corresponde exclusiva y excluyentemente a
una sola "constitucionalidad": la de una minoría criolla y de
mestizos acriollados (una casta o etnia de cultura occidental, apoyados por
subalternos mestizos aculturados en proceso de "blanqueamiento" o
transculturación) excluyente, que creó
en 1821 una república a su medida, a través de la cual esa minoría se permite
manipular el país a su antojo, usando el despotismo político criollo (partidos
políticos e instituciones del Estado) y depredándolo a través del mercantilismo
económico (neoliberalismo) más intenso y profundo.
No solo se tratará, esta vez, de "remozar" la
Constitución, o “volver” a la Constitución del 79, se trata ahora de cambiar el
régimen constitucional criollo discriminador, excluyente y centralista, hacia
un régimen plurinacional de verdadera democracia, con una Carta Magna que sea
debatida en todos nuestros idiomas, redactada y firmada por todas las naciones
(quechuas, aymara, amazónicas, criolla, mestizas, etc) en una asamblea
constituyente plurinacional, convocada y realizada por un poder constituyente
de todas las naciones que constituyen e integran el Perú. Es decir el cambio
debe ser radical y debemos dejar atrás la desvergonzada maniobra del criollaje
que graciosamente quiera otorgar "cupos", dentro de "su Estado"
para los "excluidos".
Si no pasa esto, no habrá pasado nada, habremos “saltado del
sartén a la brasa”, habremos “cambiado babas por mocos”. No habremos dejado de
padecer esos 200 años de “bastardismo”, con que el “hibris” nacional criollo,
nos ha retenido prácticamente en la barbarie. Hay pues una diferencia abismal
entre remozar la Constitución actual y acabar con el régimen constitucional que
soportamos estos 200 años.
Y entre el clima "bamba" creado por la "leche
bamba" que vende Gloria, hace pocos días y valga el “lenguaje analógico”,
para expresar y comunicar las miles de imágenes que se me vinieron a la
memoria, viendo esas escenas horrorosas de los “trabajadores informales",
aquellos de los contenedores en las Malvinas, incendiándose y pidiendo auxilio
sacando los brazos por esos “respiraderos” que simulaban ventanas, y sintiendo
la horrorosa perplejidad del inmovilismo de TODOS los peruanos, frente a esa
tragedia televisada en vivo. Para ellos NO hubo rescatistas especializados, ni
“Chavín de Huántar”, ni “PN-Rescate”, ni helicópteros de la FAP, ni nada. Estaban
condenados en contenedores para que estos obreros “secuestrados” no puedan
escapar –así estaría tipificado el delito que cometen estos empresarios que los
contratan y los encierran- es un secuestro. Este “poner candado” existe en las
Malvinas, y en todo sitio en el Perú…”, para que los cholos “bastardos" no
puedan escapar de su situación de sometidos, de ilegítimos. Es igual también, por ejemplo, esa norma del Congreso que
pone "candado", castigo o “penalidad” a los “otorongos” de FP u otra
bancada, que les impide renunciar y aspirar a formar otra “bancada”. Estas imágenes trágicas y crueles de los
jóvenes carbonizados en aquel contenedor de las Malvinas, traducen y nos
muestran (las podemos volver a ver en Youtube) impecablemente, la situación en
la que subsistimos, todos los “cholos peruanos”, en esta “cárcel constituida”
desde la independencia, de esto que se llama Perú.
Aunque parezca muy radical, he tratado -y trataré en
adelante- de fundamentar que esta es la situación real de la mayoría de los
peruanos y simbólicamente de TODOS LOS PERUANOS, reducidos a una situación
legal de "bastardos", es decir que por las incapacidades de un Estado
de minorías, no puede y no quiere RECONOCERNOS A TODOS, en derechos y deberes
constitucionales, cuestión que fácilmente es justificado diciendo que sucede
por "la herencia colonial", y puesto que este reconocimiento quitaría
a esas minorías sus evidentes privilegios. Así sucedió en 1821 en adelante y
así sigue sucediendo en esta “historia de los 200 años de una independencia
bamba”.
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