Informe
Señal de Alerta-Herbert
Mujica Rojas
3-6-2023
¡Congreso y labor mediocre!
https://senaldealerta.pe/congreso-y-labor-mediocre/
A los parlamentarios, de todos los tiempos, les halaga que
sus asesores, secretarias y el resto de personas comunes y corrientes, les
llamen doctores.
En casos excepcionales sí que lo son y sus cimas académicas
así lo prueban, pero no ocurre eso con el 90% de los legiferantes.
Si aconteciera una nueva elección general y pierden el
respaldo de sus “bases”, también dejarían de gozar de este trato o protocolo
cercano al halago o la adulación.
Y día que pasa, suceso que ocurre y los legiferantes nos
brindan espectáculos poco constructivos. En Perú a veces tenemos chispazos en
el lenguaje y la fabla popular ya bautizó a los vivazos como “mochasueldos”.
Los más grandes oradores parlamentarios de la última década pronunciaron
la palabra Presente como único
término de su frondosa “producción” legislativa. Y por eso el público
contribuyente les paga de manera mensual y oportuna, no poco dinero.
En el Congreso, y es una lástima, se discuten escasos temas
relevantes para el país.
Por ejemplo, y lo hemos citado varias veces, el Memorándum
de Entendimiento Aéreo que regula, como si fuera un convenio o tratado
internacional, las relaciones entre Perú y Chile en ese ámbito, ¡ni siquiera es
de conocimiento y menos análisis de los parlamentarios!
Y ese Memorándum que obsequió segmentos de quinta libertad
en favor de las aeronaves chilenas, por falta de reciprocidad, ha ocasionado
que Perú no perciba algunos miles de millones de dólares que sí van hacia LATAM
(antes LanChile).
Para citar otro caso más reciente: la concesionaria del
Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners, (empresita que se
hizo del AIJCH con un esmirriado capital social de S/ 10 (diez mil soles), no
ha pagado el seguro contra terrorismo, US$ 200 millones y el MTC y Ositran,
guardan vergonzoso silencio.
¿Qué opinan los inquilinos de Plaza Bolívar? ¡Nada de nada!
El AIJCH tiene una segunda pista que sólo funciona de 4 a 6
pm. y no en la totalidad de su longitud sino con un recorte significativo.
¿Saben de esto los congresistas? ¡Nada de nada!
Grotesco el caso de una parlamentaria que se fue a
Gringolandia hace meses y que no vuelve pero sí vota en cuanta ocasión le es
propicia. ¿Le paga el pueblo para que “teletrabaje”?
¿Quién fiscaliza a los legisladores? ¿La Comisión de Etica?
El actual Congreso ha extendido perdones a granel. Las
inconductas de parlamentarios fueron pasadas por alto y desestimadas. Y como
respuesta los disparates en forma de mociones de ley, se repiten con harta
frecuencia.
Como en Perú, lo sabido, de puro sabido, se olvida, es
menester refrescarle la memoria a los lectores.
Don Manuel González Prada no ahorró condenas y calificativos
que parecieran haber desafiado el tiempo porque hoy mismo razón no le falta:
“Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué, en lugar de discutir la
disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela de juicio la necesidad
y conveniencia de suprimirse? ¡Qué han de hacerlo! Senadurías y
diputaciones dejan de ser cargos temporales y van concluyendo por constituir
prebendas inamovibles, feudos hereditarios, bienes propios de ciertas familias,
en determinadas circunscripciones. Hay hombres que, habiendo ejercido por
treinta o cuarenta años las funciones de representante, legan a sus hijos o
nietos la senaduría o la diputación. No han encontrado la manera de llevarse
las curules al otro mundo. Haciendo el solo papel de amenes o turiferarios del
Gobierno, los honorables resultan carísimos, tanto por los emolumentos de ley y
las propinas extras, como por los favores y canonjías que merodean para sus
ahijados, sus electores y sus parientes. Comadrejas de bolsas insondables,
llevan consigo a toda su larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada
miembro del Poder Legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia
de subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona los
jugos vitales de la Nación”. Nuestros
legisladores, Horas de Lucha 1906.
¿Aceptarían el reto los
parlamentarios de una medición de sus bienes y posesiones, al ingresar al
Congreso y al salir, medida que debiera aplicarse al presidente, alcaldes,
gobernadores regionales?
Quien entre en pánico estaría
revelando planes subrepticios y conciencia fétida.
Conste que el Perú profundo
perdió la paciencia y exige probidad y limpieza en la cosa pública.
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