por Herbert Mujica Rojas
20-8-2008
Hasta la inercia se acojuda*
Díceme un amigo de inteligencia potente que las cosas se caen de puro
maduras. De repente eso ocurre en alguna nación civilizada pero en un
país bananero como el nuestro, pleno en historiadores plásticos, rico
en políticos de nivel zoológico, colmado de intelectuales a la carta,
premunido de organizaciones de nuevos gángsteres que han hecho del
mercenarismo al mejor postor un apostolado, abarrotado de brutos con
miles de diplomas pero que ignoran todo salvo aquello por lo que le
dictan que diga y parafraseando al viejo alcalde capitalino quien se
refirió al proceso de cojudización de la gripe, afirmo: en Perú hasta
la inercia se acojuda. Nada viene solo si no es por acción y empuje.
En efecto. La lobotómica inacción del esteta que aguarda esas
maduraciones es la viveza criolla que todo lo facilita engrasando
mecanismos o aprovechando simplemente del conocimiento sabio que es
entender a la entelequia que espera que las cosas lleguen o caigan del
cielo. La bobería esa de los peces y los panes sólo puede leerse en
pasajes bíblicos.
Pongamos ejemplos imbatibles. ¿Por causa de qué si junta usted cinco
peruanos obtendrá más de cien opiniones distintas sobre cualquier
cosa? No es del caso atribuir al ingenio semejante chisporroteo
cerebral. De repente es todo lo contrario: cuando la inercia se
acojuda produce esperpentos con saco y corbata que llegan a ministros,
embajadores, congresistas, cuando no intelectuales al peso avaluados
en dólares y euros para resguardarse de los vaivenes de la moneda
gringa.
¿Tienen alguna representación los partidos políticos? No, son meras
corporaciones proveedoras de burócratas, en no pocos casos de
sinverguenzas con pasados delictivos y monreros. ¿Funcionan los
controles o filtros al interior de estos grupos? ¡Tampoco! Sí, por el
contrario, imperan las maquinarias cerradas, sectarias, conservadoras
del status quo que manda no perturbar en nada el perverso diseño que
apunta a enriquecer a los vectores y a las sociedades que lideran los
negociados y en la sucia actitud de regalar el país vía concesiones,
contratos con nombre propio, TLCs claudicantes y decretos leyes
reaccionarios y so pretexto de no generar "inestabilidad política".
Los no activos permiten con su silencio que la inercia acojudada in
extremis sea aprovechada por otros, los que entienden que aquellos NO
van a hacer nada.
¿Qué perpetra el gobierno? Obedece al diseño, lo administra en nombre
de quienes son el real poder por una razón fundamental: el gobierno lo
tiene cualquiera. El poder es otra cosa y es el que nos embute sebo de
culebra y nos tasa la moneda, nos dice si somos elegibles para
créditos, nos radiografía cual guarismos fríos y nos sindica como
conejos experimentales para sus armazones económicos que no se salen
del modelo clásico: los ricos se hacen más ricos, y los pobres y
tontos, más pobres y bobos. ¿Qué sociedad doctrinaria, pensante,
ideológicamente formada, opone algo o estructura acción política
contra semejante realidad cruel? ¡Y no vengan a decir que los fautores
de recetas de hace cuarenta años muestran originalidades otoñales!
Cuando la inercia acojudada se une a la mediocridad sempiterna se
produce un hueco negro inextricable.
Insisto. En Perú no hay nada que madure y evolucione per se. La
historia que desde hace más de 180 años se cuenta en los colegios está
plagada de mentiras, héroes falsos, hechos inexactos, protagonismos
superlativizados, en suma negra: un fardo de monsergas y basta con
recorrer las calles y plazas y ver qué nombre llevan. Verbi gracia:
¿serán pocas las que tengan el nombre de Piérola, el regalador de Lima
en 1881 y las de Bolívar el declarado enemigo del Perú que le enajenó
Guayaquil y luego le declaró la guerra? ¿Y qué se ha enseñado por
decenios de años en el país? Es que la inercia acojudada dejó hacer,
dejó pasar a los vivos que siempre supieron que los muertos vivientes
nunca fueron más que eso.
En los días actuales brillan por su ausencia los iconoclastas. Hay los
repetidores de las ideas de otros. No pocos viven, duermen, copulan y
citan hasta el hartazgo a Norberto Bobbio, pero desconocen las
monumentales imposturas que nos han contado los historiadores de
plástico. Y aún así figuran como "formadores de opinión" y apenas si
superan el suma cum laude que les otorga la inercia acojudada
premiadora de mediocres ante la mirada impávida, consentidora,
cómplice, del resto.
No hay duda, en el Perú, hasta la inercia se acojuda.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.voltairenet.org/es
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
*Dice el Larousse, cojudo: n. m. Amér. Merid. Estúpido, imbécil. 2.-
Argent, Par y Urug. Caballo que se dedica a la procreación, semental.
1 comment:
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!, una gran frase, es verdad que el poder económico siempre condiciona a los políticos, puede ocupar cualquiera el sillón presidencial, pero siempre estará a la orden del Titiritero que tiene los billetes y todos sabemos quien es y todos sabemos para quien se dictan leyes con nombre propio.
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