Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
30-12-2025
Educación y soberanía
https://senaldealerta.pe/educacion-y-soberania/
El ámbito educativo
en sus diferentes versiones, escolar, universitaria y técnica, se convirtió en
Perú en uno de los negocios más rentables. Además de la inversión del liderazgo,
analfabetos “dirigiendo” el portafolio, es uno de los rasgos más vergonzosos y
atrasados de que padece la sociedad civil.
La "ultra democracia" que existe en el ámbito
educativo ha permitido que se enseñen carreras profesionales diversas en las
universidades, técnicas en las academias, de mando medio e innumerables
entidades que otorgan diplomas a nombre de la Nación.
Un análisis superficial aprehendería que un país así, está
lleno de "esperanzas". ¿Qué ocurre cuando la educación es un mecanismo
que nutre el bolsillo de sus gestores?
¿Tiene o no tiene un país, vía su Estado, el derecho a
planificar qué carreras son útiles a la forja y construcción de la Patria?
¡Claro que lo tiene!
Pero, por cierto, quienes han hecho de la educación una
alforja gruesa proveedora de dinero a carretadas, invocan la democracia, el
libre mercado y demás tonterías. ¿Para qué necesita Perú más que los 50 mil
abogados que ya tiene titulados y litigantes en las cortes judiciales de todo
el país? Lo mismo vale para periodistas, sociólogos, literatos, antropólogos y
demás áreas de las ciencias sociales. Tenemos, en esas áreas, profesionales en
número suficiente.
¿Se ha dado cuenta amable lector que en el Congreso, en la
industria, en las gerencias, en lugar de científicos hay profesionales formados
en letras? En el Poder Legislativo cuando se trata de discutir sobre tecnología
advienen poesías ricas en citas jurídicas o literarias, de nulo o casi ningún
valor para el despegue de los estudios en el país.
Ningún partido o -mejor dicho, club electoral- plantea un
cuestionamiento enérgico al pseudo modelo educativo prevaleciente en Perú. A lo
más, alguna crítica por rutas epidérmicas que por avenidas de fondo.
De mala suerte que eso permite comprender el porqué hay más
de 100 universidades ofreciendo, cada año, miles de titulados que simple y
llanamente son desempleados potenciales cuando no taxistas o independientes
(eufemismo galano con que se designa a los que no tienen trabajo fijo).
Si Perú posee una riqueza en biodiversidad e ingente
patrimonio marítimo, minero y gasífero, es más que probable que una exégesis
rigurosa determinaría que la Nación requiere de científicos capaces de
desplegar lo último en tecnología para potenciar la explotación con ganancia
para todos los involucrados: profesionales, Estado, empresa privada, y la
garantía que los recursos no renovables no se extinguirán violentamente por el
lucro del capitalismo salvaje.
Una quimera de nuestros días que tiene hasta un canal de
cable, la gastronomía, es ofrecida como panacea para los jóvenes. Basta con
citar el deleite con que se narra la cocción de un cebiche de mero y preguntar
¿tiene el espectador común y silvestre acceso a un plato con esos ingredientes?
La respuesta es NO.
Por tanto, comienzan las dificultades. Si se reputa al
pescado como un producto de estupenda calidad merced a los platos que con él se
hacen, pero éste sólo es para minorías pudientes, ¿qué se está diciendo? ¡Algo
muy simple: el que tiene billetes puede consumir, el resto que mire televisión
por cable e imagine que su paladar engulle esas delicias! Discriminación
subliminal. Y ganancias pingues para los dueños del comercio.
Que los profesionales de la gastronomía son respetables, no
hay la más mínima hesitación. Pero que este renglón represente fuente de
puestos de trabajo capaz de absorber la enorme cantidad de postulantes, es otra
cosa. Una segunda conclusión es que la propaganda es muy engañosa.
Es evidente que la gastronomía está inscrita en otro acápite
de interés para el Estado: turismo. La industria sin chimeneas sí tiene
importancia pero también requiere de planificación científica: qué queremos, en
qué áreas, con qué personal se cuenta, qué profesionales se necesitan, de qué
edades, cómo se incluye a quienes, sin poseer títulos, ejercen desde muchos
años atrás, esta clase de actividades con muchos méritos y bastante
experiencia.
No es una alternativa contraponer a científicos con
cocineros. Mientras que los primeros están llamados a la contribución con
ciencia y conciencia en la forja, desde el Estado o la empresa privada, de
riqueza y retorno justo a sus protagonistas, los segundos están dentro de otro
rubro más grande, el turismo.
Una tercera conclusión es que cuando se hace demasiada
propaganda por televisión respecto de la gastronomía, simple y llanamente se
pretende barnizar y convertir en "patriótico" lo que es un ejercicio
laboral, loable y muy lucrativo para sus dueños, pero de muy escasa generación
de puestos de trabajo.
El Estado tiene que ser el ente rector de cómo conducir la
educación y cautelar los intereses de las grandes mayorías nacionales. Médicos,
geólogos, astrónomos, científicos nucleares, biólogos, matemáticos, ingenieros
multidisciplinarios pueden trabajar y ser muy bien pagados en todo el Perú. Al
Estado corresponde la coordinación con el sector privado y también la fijación
de los límites a que deben constreñirse las entidades que han confundido
educación con lucro acelerado so pretexto de la democracia.
La democracia, por definición, es el gobierno para los más y
no para los menos. Y la soberanía popular prevé como piedra fundamental, la
participación popular como ejercicio fundamental de dignidad indispensable.
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera;
atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien; rompamos el
pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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