por Herbert Mujica Rojas
24-8-2008
Superando la cincuentena
Cruzar las cinco décadas y superarlas en un año es asunto que ocurre
sólo una vez. De puro simple el palurdo dirá que esto es lugar común,
no obstante que no es quien celebra sino otro. De algún modo
constituye la chance de mirar atrás pero, sobre todo, es el acicate
retador para otear el horizonte y definir ambiciones, bruñir
expectativas, concretar sueños. Y la premisa fundamental es que uno es
apenas un modestísimo obrero transcriptor de informaciones y
conocimientos, un soldado que tiene muy claro que la sabiduría
encerrada representa un genuino crimen. Un país con lumbreras que sólo
proyectan el haz de luz a sus avenidas es como la oscuridad hambrienta
que atrapa en sus sombras y yugula cualquier porvenir.
Nada puede ser más satisfactorio que recibir comunicaciones de toda
índole. La mayoría felizmente demandando más datos o informes sobre
temas en particular y hasta polemizando con tesis distintas. Llegan,
también, no pocos insultos, críticas aunque resienten por su debilidad
que no contrasta conocimientos sino tan solo camina por el dicterio
ramplón y huérfano de base o ciencia. Los siniestros Doctores No a
Todo, abundan en Perú. A veces pareciera que hay quienes han hecho del
NO una carrera, un temperamento, una construcción que al final termina
en maire, maire, cabellicos que se lleva el aire porque no dan, sólo
pretenden descalificar.
En tiempos de Internet y listas de interés, de blogs y demás
denominaciones a cual más estrambótica, el comunicador tiene el deber
irrenunciable de aprovechar estos recursos. No hay excusa alguna
válida. O se está en el combate diario y proveedor de informaciones,
análisis, o se opta por la claudicación lastimera de la típica queja.
Mirando desde los 51 años estas evoluciones del alma pareciera mentira
pensar que tres décadas o algo más, atrás, bucéabamos en bibliotecas,
apuntes, investigaciones que se leían con ojos miopes o présbitas de
tanto esfuerzo pero había la satisfacción que enseñaba y aleccionaba.
Hoy Internet provee de facilismos corruptores y que cercenan la
capacidad de buscar y conciliar pruebas y asertos. No sólo eso: ha
permitido que algunos se consideren a sí mismos escritores talentosos
o científicos que firman lo que otros hacen, no siempre bien. Una
recomendación ineludible debiera ser por tanto no dar crédito de cosa
juzgada a lo que hay en la red. Dice el dicho: no todo lo que brilla
es oro.
En día aniversario cuesta mucho pensar, si aquel recodo de ínsito
valor, nos es permitido, de modo que la mejor celebración que puédese
hacer es renovar la promesa insobornable de pelear en buena ley,
buscando la victoria de nuestros ideales de justicia social, igualdad
y fraternidad. Creer que obtendremos comprensión total es una quimera.
Afincar en el esfuerzo la mejor voluntad de construir el anhelo
perenne y rector de nuestras vidas. Hoy que comenzaron los segundos
cincuenta años simbólicos, mi saludo de esperanza, mi respeto
invariable y la jaculatoria cantante por los que lucharon por la
patria, por su historia genuina de la que aspiramos a ser sus
trovadores y difusores, algún día.
Amén.
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