Informe
Señal de Alerta- Herbert Mujica Rojas
13-9-2023
La sociedad imposible
https://senaldealerta.pe/la-sociedad-imposible/
Para no pocos estudiosos,
la peruana, es una sociedad que al carecer de horizonte nacional, argamasa
doctrinaria o ideológica de cualquier tipo, vectores capaces de dinamizar un
sentido común de trabajo o ambiciones de corto o largo plazo, deviene en
conjunto imposible.
Es una realidad física
de 33 millones de habitantes pero hay el doble o triple de pareceres, todos
distintos respecto de qué es el Perú. Es más, la ignorancia de qué es este país
pareciera el catecismo más generalizado y convicto.
¿Pesimismo? ¿aflicción o
derrotismo? ¿realidad incontrastable e imbatible? El dicho popular lo afirma en
su expresión cotidiana: “esto no lo arregla nadie”.
¿Ha escuchado usted la
siguiente cantinela: “siento verguenza de ser peruano”? Sin duda alguna que sí.
No obstante del aparente sentido crítico del cuestionamiento arribaríamos a la
sorpresa que el emisor no tiene idea de qué afirma más allá de una protesta
puntual o episódica y por razones personales.
No hay, en los emisores,
una actitud de principios o de pertenecer a un equipo humano con metas comunes,
sensaciones al alimón o perspectivas irrecusables urgentes y como parte del
deber cívico de todos los ciudadanos. El lampo protestante queda en aquello, en
urticaria insuficiente, en arañazo fugaz.
Sostuvo en brillante
artículo, Principios que subyacen a la
grandeza de las naciones, el embajador Félix C. Calderón, lo siguiente:
“La visión unitaria del conjunto supone la unidad en la
diversidad y la primacía del interés común en relación con los intereses particulares.
No implica el adocenamiento ni el verticalismo. Tampoco el sometimiento de un
pueblo ni mucho menos la imposición de una minoría. Es el fruto que emerge de
la convicción colectiva, aun cuando para arrancarlo pueda haber sido necesaria
en un principio la violencia cruenta.
Un ejemplo que viene a cuento en este sentido es la
guerra de secesión en Estados Unidos. Cuando se comprobó que la conciliación de
intereses no era posible y que los caminos que preconizaban las facciones
conducían a la implosión del conjunto primordial, se tuvo que recurrir por
única vez a la fuerza para imponer lo que en ese momento se consideró
acertadamente como lo que era mejor para el conjunto”.
Objetivo y puntual es señalar que en Perú hay una
competencia de pandillas que se disputan las pitanzas que ofrece el Estado como
el mejor campo de Agramante para hacer negociados inmorales y robos descarados.
Son minorías y grupúsculos microscópicos que por diversos mecanismos se
apoderan de las claves que permiten el enriquecimiento de los patrones que
pagan el esfuerzo y las excusas ideológicas son sólo basura literaria que
arropa a los hijos de Caco.
El manido tema (casi 200 años) pasa, además, por
apellidos recurrentes, personalidades que están en todos los cócteles,
formadores de opinión que no tienen un sólo pensamiento propio, en suma, la
adición de mercenarios que actúan como si fueran los comisarios de un ejército
de ocupación.
Premisas básicas son mantener la pobreza, la falta de
información, el engaño colectivo, los mitos con que llegan las inversiones y la
dación de esquemas jurídicos que consagren la expoliación, el saqueo y la
impunidad de quienes son los ocasionales ministros, parlamentarios, burócratas,
autoridades financieras, en buena cuenta, un menú que diseña una realidad
perversa perpetrada por organizaciones de nuevos gángsteres de la sociedad o de
los instrumentos transnacionales cuyos rostros cambian con cada alianza
estratégica o rescate tras negocios sucios.
La sociedad imposible basa su afirmación en dos comportamientos
masivos indispensables: en el silencio y en la falta de memoria. La mudez
garantiza el acriticismo y la aceptación resignada de toda clase de abusos. Y
la no recordación fleta que los rufianes vuelvan a gozar de las confianzas y
estén donde no deben estar dando órdenes y consagrando edificios de corrupción
que comprometen seriamente los fondos del pueblo.
¿Qué hacen los partidos, asociaciones, clubes y sistemas
similares de agrupación societal? Nada o muy poco. Los líderes apenas si
sobresalen del común y con pobreza cultural o de interpretación histórica muy
ignorante del comportamiento histórico del cuerpo social del Perú a través de
momentos estelares de su penoso avatar colectivo. Es decir muestran
ineficiencia y falta de creación.
No sólo eso: los grandes ladrones y estafadores
pertenecen a esas patotas depredadoras.
Entonces ¿cuánta verdad hay en lo consignado líneas
antes? ¡Esto no lo arregla nadie!
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