Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-9-2023
Chile: 50 años después
https://senaldealerta.pe/chile-50-anos-despues/
Acudo al testimonio presencial de Javier Lajo Lazo en esos
días aterradores de setiembre de 1973 en Santiago de Chile y que publicara el
17-12-2006 en Las heridas del olvido:
“Luego un oficial dijo: ¡bájenlo
al patio!, allí me pusieron contra la pared y me dijeron que si sabía rezar,
porque me iban a matar, luego de un rato escuché el rastrillar de los FAL, yo
solo sentía un peso muy fuerte en la cabeza, como un "casco negro"
muy pesado dentro de mi cráneo y mucha electricidad en la base de las muelas y
los dientes, esperé nuevamente ...esta vez sí es de verdad dijo alguien ...
otra vez sentí el rastrillar de las armas, otra vez el casco pesado y negro y
la electricidad en la raíz de los dientes, luego alguien me volteó de espaldas
contra la pared, era un oficial gordo que alternaba y hablaba con el oficial
gringo y que le daba órdenes solo con señas, me dijo:
-“Si soi cristiano weón... reza
porque te vamos a fusilar..." y esta vez de cara a ellos los miraba y
dentro de mí pensaba... ¡Porqué la muerte si no había hecho mal a nadie!... ¡Y
no había tenido hijos!... se prepararon para disparar, otra vez el sonido
metálico de las armas, el peso negro en el cerebro y la electricidad en las
muelas... ahora sí vi el rostro de preocupación de los pelados, ni siquiera una
sonrisa... ¡estaban preocupados por mí!,... me miraban de forma preocupada...
pensé que era admiración por mi aguante ante los golpes y la tortura psíquica
de los fusilamientos.
- ¿Tu, soi boliviano weón?
- No, soy peruano respondí,
también bajito... y ahí fue que escuche lo increíble, me dijo:
- Hablas como indio...
discúlpanos peruanito, pero...
- Ya estamos cansados de matar
gente inocente..., mi compañero se mató frente a tu casa por esto...
Allí comprendí que eran
"pelados" mapuches.
¿Dónde están las armas?
Yo no tengo armas, si hubiera
tenido armas, las hubiera usado... ¿No le parece?...
...le respondí con mucha
serenidad... la vuelta de mi pasaporte y la solidaridad de los pelados
mapuches, me devolvieron el alma y la serenidad esa noche. Siguieron los golpes
y patadas, pero ya tenía una leve esperanza de salir bien librado. Y así fue,
el oficial me tiró mi pasaporte, ordenándole al gordo,
-Llévenselo y bótenlo en la
calle....
Me sacaron a la calle los tres
pelados y el oficial, me dijo amenazante:
¡Escápate ahora peruano... nos
vemos el 79...!” Hasta aquí párrafos de Javier Lajo.
“Tampoco se puede idealizar al
Chile de Allende que provocó, en proporciones cataclísmicas con su desorden y
quiebra financiera, desmadre político y caos generalizado, la respuesta
autoritaria y de hierro que dieron los militares y los sectores más retrógrados
del país austral. La mitología, los libracos, las leyendas de no pocos, creó,
más bien distorsionó, la realidad de lo que entonces vivió Chile. Por tanto y
sin embargo de aquello, nada podía presagiar el baño de sangre, el dolor de
tantos años y la aparición de pandillas de gángsteres que decidieron la
diferencia entre la vida y la muerte de miles de personas.
A mucha gente en Chile pareció
que Pinochet representaba el orden, la respetabilidad y la lucha contra el
comunismo que a los medios se antojaba como una amenaza terminal para la
constitucionalidad. Sin embargo, las heridas creadas por más de tres lustros, a
sangre y hierro, balas y crímenes, aún no cierran y hoy Chile tiene un debate
inconcluso. Para unos un dios, para otros un caco, Pinochet, representó, sin
duda alguna, un baldón inexcusable para cualquier cosa que se pareciera a la
democracia, los derechos humanos y la posibilidad de vivir y respirar aires no
contaminados.
Nuestra visión es desde afuera y
desde la experiencia que alguna vez nos hizo víctimas de aquel régimen
tiránico, por largas horas y días de angustiosa incertidumbre. Entonces éramos
estudiantes curiosos e ignaros de aquello que en Chile fue una larga noche de
terror, miedo inenarrable y largo túnel de sucesos que hasta hoy no tienen
explicación. Y, por cierto, mucho menos, sanción a los responsables.
En Perú hemos escuchado mil veces
que “se necesita un Pinochet”. Claro que quienes así decían jamás supieron qué
era estar en las ergástulas o perseguidos sañudamente por quienes eran chacales
de ese gobierno. Nunca pasaron por las penas de ser extranjeros en sus propias
patrias y de ser negados por la tierra natal. Y, como es obvio, no tenían
detenidos-desaparecidos ni familiares presos ni nada por el estilo.” (Murió Pinochet: ¡una rata menos! https://www.voltairenet.org/article144346.html
10-12-2006)
En aquellos días (1973) era estudiante
secundario y sentí que los nubarrones se cernían sobre Chile y pasados 50 años,
vuelven los recuerdos, se avivan las pasiones pero es importante mirar y
comprobar que el espontaneísmo no suplanta las etapas históricas ni los procesos
sociales. ¡Mucho menos los baños de sangre desatados por afán criminal!
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