Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-5-2019
Voto de confianza,
supervivencia y Congreso
¿Por qué creer a rajatabla
que los precarios inquilinos de Plaza Bolívar negarán el voto de confianza
solicitado en su mensaje a la Nación por el presidente Vizcarra ayer por la
noche? ¿Principios, moralidad, excelencia? ¡Para nada! Vulgar supervivencia.
El presidente Vizcarra
planteó el voto de confianza al Congreso en torno a las reformas políticas que
debieran ser esencialmente respetadas tal cual las envió el Ejecutivo. Esto no
ocurrió, los manipuladores aviesos y mañosos se dedicaron a, literalmente,
sacar la vuelta, al encargo del gobierno. Era claro que el interés egoísta,
mediocre y miope de unos pocos tenía más valor que las urgentes medidas que
atacan los pútridos cogollos del cual forman parte los legiferantes.
Tiempo atrás escribí estas
palabras que, desgraciadamente, guardan vigencia acusadora:
“Perú es un país en que
ocurren ridículos descalabrantes; la razón vive en la clandestinidad desde
largos lustros atrás, “cualquiera es un señor.....lo mismo un burro que un gran
profesor....los inmorales nos han igualado” como reza el inmortal tango
Cambalache y no pocos protagonistas de los entuertos parecen no comprender que
están escribiendo páginas abisales de infamia. ¿Con qué derecho palurdos
multipartidarios ensucian las avenidas del porvenir de la Nación que los
desprecia y abomina por mediocres?
Alabarderos, en lenguaje
parlamentario, se dice portavoces, han pronunciado la especie campanuda que hay
en el ambiente campañas de demolición para destruir la imagen del Congreso. Me
temo que semejante idiotez no resiste el más modesto análisis.
Debiéramos subrayar que si
hay algo que no tiene aquél, a eso hay que llamarle carencia absoluta de tal
cualidad. A un ciudadano común y corriente, la palabra Congreso le suscita
sentimientos de indignación, de cólera, de odio hacia una entidad que alberga
ciudadanos privilegiados que no atinan una y que encima ganan sueldos copiosos
cuanto que inmerecidos. ¿Podría Perú vivir sin Congreso?” 16-12-2009 Los burros del Establo*
González Prada escribió en Los
honorables, Bajo el oprobio, 1914:
“¿Qué es un
Congreso peruano? La cloaca máxima de Tarquino, el gran colector donde
vienen a reunirse los albañales de toda la República. Hombre
entrado ahí, hombre perdido. Antes de mucho, adquiere los estigmas
profesionales: de hombre social degenera en gorila politicante. Raros,
rarísimos, permanecen sanos e incólumes; seres anacrónicos o inadaptables al
medio, actúan en el vacío, y lejos de infundir estima y consideración, sirven
de mofa a los histriones de la mayoría palaciega. Las gentes acabarán por
reconocer que la techumbre de un parlamento viene demasiado baja para la
estatura de un hombre honrado. Hasta el caballo de Calígula rabiaría de ser
enrolado en semejante corporación.”
Dar por descontado que el
Congreso y sus integrantes negarán el voto de confianza puede parecer
temerario. ¿Dejarían la figuración postiza, el adorno impostado, la grisura de
siempre, los sueldos abultados, quienes dejaron de ser nada para quedarse sin
fuente de ingresos? Eso sí que es dudoso.
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