Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-8-2018
¡El pavor a la No
Reelección!
Excusas van, excusas vienen en el Congreso. Pretextos no
faltan, los legiferantes aún a pesar del repudio popular al Parlamento que
frisa casi el 80%, persisten en dar largas, ahora de manera tímida, mañana lo
harán con descaro, al proceso de referéndum que contempla la no reelección de
congresistas.
Algunos ciudadanos, hombres y mujeres, estrujan de las ubres
del Estado, vía el Congreso, desde hace largos lustros. Si se los juntara con
estadística severa, se comprobaría que su producción legislativa es miserable,
coyuntural y en no pocos casos, a favor de episódicos grupos. En buen romance
¡absoluta mediocridad!
Aunque parezca contradictorio, el anonimato acompaña a
muchos parlamentarios. La gente se entera que lo fueron porque en sus tarjetas
de presentación ponen ex congresista.
La grisura de sus desempeños les hace merecedores de semejante y poco
envidiable status.
En los días presentes, de repente con más notoriedad que en
algunas otras épocas, el repudio hacia el Congreso es mayúsculo. Los escándalos
rebasan cualquier paciencia y están en proporción inversa a los emolumentos que
perciben por varios miles de soles que no merecen.
Entonces la pregunta deviene directa: ¿oirán al pueblo y su
respaldo popular a la iniciativa del presidente Vizcarra de referéndum, entre
otras cosas, para la no reelección de congresistas?
Nótese que el modus vivendi puede ser seriamente afectado:
chofer, auto, tropas de asesores y pelotones de secretarias, título de doctor
aunque sean cuasi analfabetos (algunos sin primaria completa siquiera) y roce
con los medios de comunicación que les producen “momentos estelares” diciendo
monsergas con voz engolada y académica.
Las relaciones de alto nivel, y esto lo saben los
reeleccionistas con curules que parecen prolongaciones de sus posaderas, son
valiosas. Allí sí sirve la experiencia y sabiduría de con quiénes sí
relacionarse para tal o cual cosa. De la construcción de componendas han vivido
muchos legiferantes que así obtienen fondos para las campañas. ¿No es cierto
acaso que bancos, organizaciones empresariales y espacios de poder local e
internacional, sufragan a muchos en el camino al sillón parlamentario?
Hasta ahora, luego del 28 de julio, pareciera imperar miopía
y falta de escrúpulos en buena parte de los grupos congresales.
Pero la imaginación también es descarada. Muchos de los
eternos ya empezaron a mover sus hilos en pro del Senado porque –dicen- su
experiencia allí sí serviría. El enroque infame entronizaría a vacas sagradas
en un eventual Congreso bicameral. Más de lo mismo con otro nombre.
Si el Congreso no oye al pueblo, se arriesga a que todas las
iniciativas ciudadanas contra la reelección consigan las firmas y por voluntad
popular impulsen en olor de multitud su aspiración democrática.
¿Podría descartarse que 20 ó 30 mil personas rodeen Plaza
Bolívar y consigan un triunfo desde y para el pueblo?
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