Informe
Señal de Alerta-Herbert
Mujica Rojas
3-8-2023
¿Aportes santos para campaña?
https://senaldealerta.pe/aportes-santos-para-campana/
Un añejo y querido amigo abogado me dio una clave sobre el
tema que involucra a varias personas con un “aporte” efectuado, años atrás, por
Odebrecht. Sostuvo aquél que entonces no era ilícito. ¿Desde cuándo las
bondades-coimas dinerarias de empresas con prácticas delictivas, se hacen
porque son buena gente y “no piden nada”?
Por fortuna, el tema no es uno puramente abogadil: como no
era ilícito recibir dineros de empresas transnacionales, ergo, no hubo delito.
Olvidando que para esas firmas no hay lonche gratis y que el aporte-coima
llevaba, como el cañoncito de Castilla, su carga a explotar en los momentos
adecuados.
Cuando presidente, el señor García Pérez hizo algo más de 10
viajes por avión a diferentes destinos flanqueado por el señor Barata, mandamás
y operador de Odebrecht. ¿No fueron muchas las obras de esa firma brasilera en
Perú? Son hechos objetivos.
Queda claro por tanto que en el mundo contemporáneo las
empresas no ¡invierten ni UN DÓLAR sin beneficio a cambio! Los aportes-coimas
son solo eso: vulgares pasaportes que compran conciencias o para que se hagan
de la vista gorda aquellos a quienes toca vigilar y custodiar los intereses
nacionales.
Que entonces dineros de esa naturaleza torcida, no fueran
prohibición expresa, no amaina, más bien engrandece el designio corrupto de esa
recepción descubierta pocos años atrás. Por algún pudor, el intermediario,
guardó silencio, hasta que forzado por las noticias, tuvo que aceptar el hecho.
La tendencia abogadil de capturar todos los temas es
tradicional en Perú. Actas, citaciones, documentos, apelaciones, etc. Ese mundo
también deja las puertas abiertas para que la “justicia” libere de todos sus
asaltos a los ladrones y delincuentes.
La indigesta inmoralidad de recibir aportes-coimas es de una
bajeza insondable. Puede que haya resultado de beneficios múltiples a quienes
conocieron el asunto, determinaron cómo gastarlo y en qué, pero los mandobles
contra la ética son evidencia que practican las organizaciones criminales.
Recordemos que el fundador del Apra, Haya de la Torre, murió
a los 84 años y en casa fraterna pero prestada. Cuando presidente de la
Asamblea Constituyente de 1978-79, percibió S/ 1 (un sol) mensual como sueldo
por su primer cargo en el Estado. Sus restos descansan en el Cementerio de
Miraflores, Trujillo, en tumba prestada que los alegres recipendiarios
(¡ninguno de ellos!) jamás arreglaron esta insólita realidad macabra.
Las diferencias con los aprovechadores que a posteriori se
hicieron del mando del partido aprista, son inmensas. A Haya le dijeron de todo
pero su digna pobreza fue muestra perenne que no cambió ni después de
fallecido. Otros vivos y pícaros pretenden seguir gozando de las mieles fáciles
y de orígenes sucios.
El patrón delictivo no es nuevo. Se enuncian los grandes
robos y coimas, con adecuado halo de misterio y entonces los ilustres ladrones
empiezan a usar las redes sociales para clamar con hipocresía rufianesca: “al
ladrón, al ladrón”. Saben ellos que la gente no les cree, pero también conocen
que en Perú la gente NO importa para nada.
¡Aquí deciden las taifas judiciales, los precarios en la
administración del Estado y los bufetes de abogánsteres que ahora buscan
afanosamente todos los resquicios de qué agarrarse con tal de obtener el
diploma de inocencia!
¿Hay análisis franco al interior de los clubes electorales,
alias partidos políticos? Todo parece indicar que cada “líder” tiene su
portátil y discurso escrito y muy bien planeado por lo que se “podía venir” y
que es lo que sucede por estos días.
El cuentazo que los considera como amenaza electoral no va
más allá de la imaginación fértil de quien dijo semejante brulote. La ceguera
torpe no disimula el repudio que hay hacia los militantes del Apra. Justos
pagan por los pecados que hicieron bribones. La nula influencia en cualquier
ámbito de la vida nacional del otrora gran partido, grafica la dura situación
que ningún discurso mañoso podrá cambiar rápidamente.
¿Y qué harán los militantes de esa colectividad ante el
deterioro casi terminal de su agrupación? De persistir este congelamiento
azorado empezaría a avizorarse un declive indetenible que cerraría toda
compuerta al porvenir.
Los dineros de las empresas mañosas ¡jamás! contienen
propuestas decentes. Ningún aforismo será boya de salvación para los que han
naufragado con tanta mediocridad reprobable.
¿Qué toca al país? Censurar, exigir los nombres y apellidos,
liquidar a los movimientos políticos que han estado detrás de estas jugosas
trampas y exhibir en grandes afiches, por calles, avenidas, parques y cruceros
de toda índole, las fotos de los rateros. La justicia popular del repudio y
asco de la ciudadanía es más efectivo, no pocas veces, que los veredictos y
sentencias de un Poder Judicial que hiede a corrupción desbocada e
incontrolable.
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